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El silencio sepulcral reinó los engranajes del mundo, el viento levantó el polvo de su paisaje mental por todas las direcciones posibles, pero aun así el guardián no se inmuto.
Estaba tan acostumbrado a esta vista lamentable, que cosas tan intrascendentes como el polvo de su propio mundo ya no le importaba en lo mas mínimo.
Estaba cansado, cansado de absolutamente todo.
Cansado de los humanos, cansado de la vida, cansado de su hipocresía, pero lo mas importante.
Estaba cansado de si mismo.
No se trataba de cuanta voluntad tenia para luchar o cuanto tenia que aguantar hasta que este infierno acabara, porque, el lo sabia, este infierno era infinito, no importaba cuanto tiempo pasase, el estaba condenado a estar aquí por el resto de la eternidad, sin oportunidad alguna de regocijarse por todos sus errores.
Era justo para alguien que creyó en un sueño imposible hasta el final, ese mismo pensamiento saco una sonrisa seca de sus labios, su identidad se había ido con el paso del tiempo, a tal punto de que ya no se consideraba a si mismo como "Emiya Shirou".
Por supuesto que aceptaba sus ideales, no hacerlo seria una hipocresía completa, pero a este punto, toda su vida ya había estado lleno de eso, por lo que aceptarlos no haría diferencia alguna.
Pero aun así, el los acepto.
No hacerlo seria escupirle en la cara a su estúpido "yo" del pasado, si bien "Emiya Shirou" había perdido la pelea, había ganado la guerra, toda por su retorcida voluntad de seguir peleando.
¿Pero que tenia de malo seguir peleando? si el había sido mas estúpido al seguirle el juego y caer en lo mismo, otra risa irónica se extendió de sus labios mientras miraba el horizonte, no estaba mal pelear por lo que creía, porque aun después de todo era un ideal hermoso.
Eso es algo que le gustaría creer, y es algo que sabia que no le servia de nada, pero aun así, se aferro a esa pequeña enseñanza que había tenido gracias a su combate con "Emiya Shirou".
Por supuesto que había destruido los ideales de su estúpido yo del pasado, los había destruido completamente, le había enseñado las consecuencias de sus acciones, pero aun así, aun a pesar de todo, el estúpido siguió peleando, a pesar de que sabia muy bien que era imposible.
Sabia que su ideal era hermoso al principio, pero pasar tanto tiempo destruyendo con sus propias manos el concepto que tan idealizado tenia fue demasiado para el, a tal punto de que termino perdiendo la brújula.
¿Pero quien no perdería su camino habiendo pasado todo lo que paso? era una comparación absurda, era como comparar a una maquina en función de mas de mil años, con una que a duras penas alcanzaba los veinte, era obvio que la de veinte tendría cosas que la de mil no, y eso era algo obvio.
La simple comparación era absurda por si misma, y sabia que no había ningún sentido, pero aun así, el fue, como el hipócrita y estúpido que había sido toda su vida.
No es como si importara lo que hiciera de todas formas, ya estaba atrapado aquí, a fuera del mismo concepto de tiempo y espacio, anclado directamente a la fuerza colectiva de la humanidad.
Ni siquiera se esforzó en recordar las dos lineas temporales innecesarias, porque simplemente no era necesario, su estúpido yo seria diferente, ni siquiera necesitaba intervenir en el de forma directa para que tomara un camino diferente al de un guardián, las copias de el hicieron realmente un buen trabajo poniendo sus prioridades por encima de todo.
Una parte de el le gustaría que todo fuera diferente, pero aquí estaba, y no podía cambiar eso sin importar que, el lo aceptaría, por que era lo único que el Espíritu Heroico EMIYA podía hacer.
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La última oportunidad. (PAUSADA)
ActionEl guardián fue desplegado. El guardián sufrió en agonía. El guardián siguió matando por toda la eternidad. Una ultima oportunidad fue colocada ante él en bandeja de plata, y el espíritu heroico EMIYA la tomaría como de lugar.