Capítulo 5 (Leo)

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"So you think you can love me and leave me to die? Oh, baby, can't do this to me, baby, just gotta get out, just gotta get right outta here. Nothing really matters, anyone can see, nothing really matters, nothing really matters to me anyway the wind blows"

Bohemian Rhapsody (Queen)

Durante tres días, sólo vimos mar. Al anochecer del cuarto día, Gernos se divisaba en el horizonte. Hopkins suspiró al ver las luces de la ciudad.

-Falta poco menos de una hora para que lleguemos, Leonard. Te recomiendo que te eches un rato, no creo que esta noche duermas mucho.

Yo le hice caso; me acurruqué en el rinconcito de la barca y me dormí. Me despertó la voz de Hopkins:

-Despierta, hijo, ya estamos aquí.

Me incorporé con rapidez y miré a mi alrededor. Nunca había estado en una ciudad tan grande. Las luces de la noche de Gernos brillaban intensamente, las calles estaban llenas de gente que iba y venía, todo estaba muy ambientado. Nada comparado con Asamia, donde solo había unas pocas casas destartaladas y el edificio que hacía de sede del Frente, todo gris y apagado, lleno de personas tristes con rostros cenizos. Para un niño de cinco años, sin duda, no era un lugar ideal. En cambio, nada más poner un pie en Gernos, supe que era mi sitio.

En el muelle de la ciudad nos estaban esperando Walter, aunque yo todavía no lo conocía.

-¡Hopkins!- exclamó mientras venía hacia nosotros. Me miró y me revolvió el pelo- Así que este es el chaval... y ¿esa es tu niña? ¡Pero que cosa más bonita!

Hopkins, que te tenía en brazos, te dejó en los de Walter, que sonreía de oreja a oreja. Pasado un rato, aún contigo en brazos, me prestó atención a mí.

-Bien, chico, me llamo Walter, soy el líder del Frente en Gernos- me dijo con un tono bajo pero firme. Walter tenía la voz muy grave e imponía bastante-. ¿Cómo te llamas?

-Leo.

-Tu nombre completo.

-Leonard- dije, y atisbé un brillo de exasperación en los ojos de Walter.

-He dicho completo- su voz sonaba algo peligrosa.

-Leonard Blanc- se apresuró a añadir Hopkins, lanzándome una mirada llena de reprobación.

-Ya veo que es igual de cabezón que tú- dijo Walter con su habitual expresión inexpresiva-. Apuesto a que será difícil de entrenar, pero no pongas esa cara, Hopkins, ya sabes que me gustan los retos.

Hopkins me agarró por los hombros y me hizo girarme, se agachó hasta quedar a mi altura y me dijo:

-Vendré a verte dentro de poco.

-¿Cuánto tiempo?- pregunté.

-No lo sé, depende. No voy a arriesgarme a decirte una fecha concreta.

-No quiero quedarme solo- dije.

-No vas a estar solo, Walter estará contigo, igual que Li Yang.

-Tengo miedo.

-Eso es bueno.

-No me gusta tener miedo, soy un cobarde.

-Los cobardes son los que huyen de sus miedos y los valientes, los que los afrontan. Tú no eres un cobarde. Sólo los muertos y los idiotas no tienen miedo. Nunca pierdas el miedo, Leonard, es lo único que nos recuerda que estamos vivos. ¿Qué es lo que te da miedo?

-Las personas- dije. Tal vez era un razonamiento muy maduro para un niño tan pequeño, pero a mí siempre me habían tratado como a un adulto más- Me da miedo confiar en la gente equivocada.

Dark #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora