diez

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Bajé las escaleras buscando por todas partes a Joey, hasta que entre a la cocina. Encontré a Joey caminando de un lado a otro, había algo de harina y restos de agua esparramados en el suelo. Él tenía en su mejilla algo de polvo y la mezcla que preparaba. Sonreí incientememte y alce mis cejas.

—¿Puedo ayudarte?.

Joey de inmediato giro a verme, se lamento por no haber terminado antes de que yo despertara. Negó con su cabeza mientras formaba una sonrisa en sus labios mientras ponía una sartén en la hornilla frente a él.

—estoy bien Selly. Siéntate, no tardo. —a pesar de no estar de acuerdo hice lo que me pidió, apoye mi mentón en una de mis manos y mire muy detenidamente las acciones que realizaba.

Joey al estar nervioso pasa mucho sus manos por su cara y cabello, sin embargo debido a que cocinaba solo lo hacía por sus mejillas. Por lo tanto era la razón por la que tenía harina en las mejillas y cuando estaba muy concentrado atrapa su labio inferior entre sus dientes.

—¿Seguro que puedes?. No tengo problema en ayudar. —añadó y él vuelve a negar sin girarse hacia mí. — Joey.

—tranquila, no voy a quemar nada. —dice y suelto una risa, da vuelta al hotcake y la mitad de este paro fuera del sartén. Joey bufó frotando de nuevo sus mejillas. — soy pésimo en esto. Lo siento. Mi hermana era mejor para la cocina.

Hermana.

—¿Y dónde está ella ahora?. —pregunto y él alza sus hombros en respuesta. — no quise...

—está con mi padrastro, en donde no sé. Ellos se fueron tiempo después de que mamá, ya sabes. —dice y me limito a asentir. Joey se da vuelta y deja frente a mí un plato con el mismo hotcake deformado y algo quemado. — luce horrible lo sé.

—sshh. —le digo negando con la cabeza, tomó un tenedor y cuchillo. Tomó un trozo y lo llevo a mi boca. Joey está mirandome fijo esperando una respuesta. — delicioso.

—no mientas.

—no estoy mintiendo. —intentó contener mi risa para que no me delatara. Pero la cara de Joey fue lo que provocó que estallara en carcajadas y casi me ahogará con la comida que tenía en la boca. — okay, podemos mejorarlo. No está mal, sólo le falta algo. —me pongo de pie y tomó la mezcla.

Añado algo de azúcar, vainilla y un toque de sal. Joey se mantiene todo el rato mirándome como tomando notas mentales. Mezcló todo y una vez listo lo pruebo.

—te dije que solo le hacía falta algo. —le guiño un ojo y se acerca también a probar.

—eres increíble.

—lo sé, lo sé. —hablo egocéntrica, Joey comienza a reír y por unos minutos nos mantuvimos así.

—quizás tú eres lo que le hace falta a mi vida. —suelta después y no puedo evitar girar a verlo.

—puede que sea así. —asiento y luego de eso cambia la de tema mientras yo terminaba de preparar el desayuno.

Quizás tú eres lo que le hace falta a mi vida.

Esa frase jamás podré sacarla de mi vida, o más bien de mi corazón. Joey supo bien como hacerme sentir cosas preciosas, logró meterse bajo mi piel y llegar mi corazón quedándose allí sin siquiera un permiso.

Joey siempre será el amor de mi vida. Jamás podré olvidar cuan feliz me hizo.

—¿Segura de que no quieres que te acompañe?. —dice en tanto estamos a punto de llegar. Paro mi paso y giro a verlo. Asiento con la cabeza y el extiende sus brazos para envolverme en ellos. Correspondo al abrazo sintiéndome segura en sus brazos.

Joey deja un beso en mi cabeza y me separo mientras le dedicó una sonrisa de todo va a estar bien. Él tarda un poco en responderla pero al final lo hace.

—nos vemos mañana.

—nos vemos mañana. —repite y continuó mi camino, había acordado con él que me dejara ir sola una cuadra antes solo para evitar más problemas. Capaz y mi padre le hace algo o enloquece más.

Tomó algo de aire y miró hacia atrás. Joey sigue parado allí como esperando a que me arrepienta o bueno, esperando a que le diga algo.

—te quiero Joey.

—y yo a ti.

Eso fue un gran empujón, sentí como en mis labios se formó una gran sonrisa, metí las manos dentro del bolsillo del hoddie de Joey, me lo dió luego de que le dijese que estaba lindo, me comentó que no lo usaba y me lo dió. Yo al llegar a mí casa titubeó un poco mientras pienso en cómo hacer en caso de que todo se salga de control. Lo del día anterior había sido suerte.

Abro la puerta y sólo logró escuchar el gran silencio, miró a mis costados esperando encontrarme con alguna señal de que todo estaba mal. Pero nada.

—¿Max?, ¿Sis?. —preguntó caminando al interior de la casa, cierro la puerta tras de mí y tomó algo de aire comenzando a caminar en dirección a la cocina.

Frenó de golpe mirando a mi hermana sentada mientras que Max está cruzado de brazos mirando el suelo. Papá está a un lado del refrigerador mirando su celular.

—¿Qué está pasando?. —pregunto y ninguno me responde, papá se reincorpora en su lugar y guarda el aparato en su bolsillo.

—lo siento. —mi hermana mayor habla en un pequeño hilo de voz. Retrocedó recordando que Joey dijo que esperaría diez minutos en caso de que algo pasará y yo me fuese corriendo de nuevo. Pero mis piernas se quedan congeladas. — tienes que irte con papá.

—¿Qué?. —preguntó sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas. Max sigue mirando el suelo escondiendo cualquier emoción que sentía.

—vamos Selina, hagamos las cosas como debemos. —niego mientras que mi papá se acerca a mí, retrocedó de nuevo y sigo negando con la cabeza.

—yo no iré a ningún lado contigo.

—preciosa. No tenemos tu custodia. No podemos tenerte aquí. Al menos no hasta que la consigamos y eso toma tiempo. —kate añade y quiero correr pero por laguna extraña razón sigo pegada en el mismo lugar.

—vamos Selina. Ya me encargue de empacar tus cosas. —dice y yo niego comenzando a correr pero frenó al ver a un par de hombres frente a mí.

—quitense.

—Selina, haremos esto a las buenas o a las malas.

—¿Por qué mierda haces esto?.

Giro a verlo, Kate está parada a un lado. Max nisiquiera sale de la cocina, vuelvo a intentar salir de la casa pero no me lo permiten.

—Llevenla al auto.

—¡No me toquen!.

—Selly, te prometo que tendremos la custodia nena. Te lo prometo. —comienzo a llorar y camino a la camioneta, o más bien me llevan cargada a ella.

Me abrazo a mi misma sintiendo el perfume de Joey, unas cuentas lágrimas más caen por mis mejillas y no digo nada más.

Lo siento Joey.

El amor de mi vida. | Joey Birlem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora