Dos Iguales.

4

– Wahh, estoy muy cansado.

– HoSeok callate ya. – Hablo NamJoon.

– ¿Falta mucho?

– No Taehyung, ya casi llegamos. – Hablo Nam.

Los cuatro chicos se encontraban caminando, ya les dolía el trasero, pero ya no tenían tiempo para detenerse, ya casi llegaban a su destino.

– No podemos deternos ahora, si apresuramos el paso llegaremos en la tarde-noche. – Dijo su majestad.

– Suban a sus caballos, tenemos que avanzar rápido. – Dijo Namjoon y todos subieron a sus caballos.

No tenían tiempo que perder.

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– Traigan a Park, quiero que vea esto. – Ordeno su majestad el príncipe.

El joven fue llevado hasta donde el príncipe.

– Bonito, ven, quiero que presencies algo. – Habló su majestad al pequeño Park.

– ¿Qué cosa su majestad? – Preguntó este al príncipe.

– ¡Hazlo ya Bae! – Ordenó.

Después del grito el verdugo hizo lo que su majestad ordeno y se acerco al sujeto que estaba hincado en medio del patio del palacio, vertió un poco de agua en la espada y en un solo movimiento corto su cabeza.

La sangre salpico por todos lados, la cabeza había salido rodando dejando detrás de ella un hilo de sangre.

El verdugo tomo el saco donde estaba envuelta y lo cerro completamente, colocándolo en la caja de madera y llevándola hasta los pies de su majestad.

JiMin estaba en shock, no hablaba, no pestañaba, inclusive no respiraba.

¿Él en serio había hecho algo así? ¿Eran ciertos los rumores?

Él se veía tan perfecto, su físico era hermoso, pero su mentalidad era una completa basura.

Quería salir corriendo y no regresar nunca a ese infierno.

– A parir de ahora vas a acompañarme siempre, cada que uno de las personas de este horrible pueblo intente desafiarme. – Habló su majestad.

JiMin comenzó a sentir que desfallecería.

Solo asintió.

– Puedes ir a tú casa, mañana te quiero aquí temprano. – Hablo y camino adentrándose al palacio con la caja en sus manos.

JiMin quedo parado en la misma posición, quería desaparecer.