Capítulo 2 ¿UN SALVADOR?

151 1 1
                                    

NARRA JOSHEP

Debía buscar a mi hermanita Yasmine de su terapia, ya que mi madre Angela estaba lo suficientemente ocupada como para hacerlo, está vez decidí el llegar antes de que ella saliera tenía un presentimiento de que algo interesante sucedería en ese lugar, quien sabe, puede de que ocurra una pelea entre enfermos mentales o algo así, y quería entretenerme un buen rato.

Apenas aparque el auto frente a la clínica de una u otra manera espere un tiempo allí sentado, hasta que me decidí a salir a buscar a mi hermana. Iba caminando muy tranquilamente, al parecer mi maldito presentimiento no se haría realidad, era inútil todo estaba completamente aburrido. De repente veo una chica viene corriendo en dirección hacia mí, pero por alguna extraña razón se detuvo y me observó detalladamente, yo también lo hice. Tenía un cabello largo que casi llegaba a sus caderas, una mirada profunda mezclada de un color marrón claro, tez blanca, sus labios… sus labios formaban una perfecta obra de arte, su belleza natural era inconfundible. Luego de quedarme por un momento perdido en su ser, extrañamente esa linda chica se lanzó hacia mis brazos como si buscase algún tipo de refugio en ellos, la observe un instante y respondí a su abrazo, apenas lo hice ella no dudo y se pegó más hacia mí. Tenía un leve aroma a vainilla que me enloquecía, parecía ser un aroma propio más no tristemente obtenido de un pobre frasco, tenía la gran necesidad de averiguar que había atrás de ese bello rostro, sus miedos, su ternura, sus sueños, sus gustos y disgustos, lo quería todo. ¿Qué diablos te pasa Josh? ¿En que carajos estás pensando? Es realmente inútil sacar tanta conclusión sobre alguien que apenas conoces pero… ¿Qué te pasa? ¡HABLALE IDIOTA!.

Luego de la gran guerra con mi interno yo, me digne estúpidamente a hablarle.

-  Hola, ¿te conozco?.- ¿En serio eso fue lo mejor que se te pudo ocurrir? Idiota.

Al parecer está chica ignoro completamente cada una de mis palabras, ella solo me abrazaba, ya podía sentirme algo mareado pues teníamos unos cuantos minutos así y cada vez me apretaba más sin algún tipo de compasión. De repente un señor de cabello marrón claro, ojos idénticos a los de la chica, porte de macho alfa y una mirada algo recelosa y dominante, junto a una mujer de cabello teñido de rojo al parecer, pues se notaban sus raíces negras de color natural, completamente pálida pero con unos ojos color miel verdaderamente hermosos. Ambos se acercaron con preocupación.

-   Victoria deja al chico en paz.- dijo el señor algo molesto tratando que apartarla de mí, comprendí que debían ser sus padres y que posiblemente ella sufra de algo, de manera inconsciente me aparte junto con ella evitando que rompiera nuestro eterno abrazo, no quería que  absolutamente nadie la alejara.- ¿Joven que haces? ¿Por qué no la sueltas? ¿La conoces?.- dijo su padre con recelo.

-      Disculpe, nos acabamos de conocer.

-     Hagamos esto más sencillo, suéltala por favor.- No quería, y sabía que ella tampoco, de repente comencé a sentir como mi camisa se mojaba levemente ¿Estaba llorando?.

-Vic, tu padre se molestara.- dije tiernamente no quería que llorara, me hacía sentir culpable de su llanto y diablos, como odiaba ese sentimiento de culpa.

-No me quiero alejar de ti, ¡SE QUE TU ME SALVARAS DE TODOS!.- dijo gritando mientras me abrazaba más y se privaba a llorar cada vez más en mi pecho. La señora se acercó levemente con algo de vergüenza en su mirada.

-Hija por favor debemos volver a casa, apenas regresemos te haré lo que tú quieras pero por favor deja ir al chico.

-  Victoria hazle caso a tu madre.- dijo su padre con preocupación pero aun con su mirada intimidante.

-  Victoria prometo buscarte ve con tus padres, no hagas que se molesten más.- dije mientras levantaba un poco su mentón para marcarle un beso en la frente, está se estremeció al instante. Tenía los ojos completamente rojos, pero luego de decirle se fue apartando poco a poco para luego tratar de parar el mar que corría por sus mejillas, la ayude un poco a quitar una de las últimas gotas que iban fluyendo.

-   Creo que no es lo correcto el que la vuelvas a ver, joven.- dijo su padre casi que matándome con su mirada, al parecer no le agradaba la idea de que un chico desconocido estuviese abrazando a su pequeña.

- Chris por favor, recuerda lo que dijo Billie, no estaría nada mal que Victoria comenzará a sociabilizar poco a poco.- dijo su madre con mirada de súplica.

-  Para eso está el grupo de apoyo.- dijo con el tono más cortante posible.

-   ¿Cómo te llamas?.- dijo la señora algo curiosa.

-    Me llamo Joshep, tengo 19.

-Muy bien Joshep… creo que sí puedes volver a visitar a Victoria, al pareces os llevareis de maravilla.- Pude observar como Victoria comenzaba a sonreír plácidamente, de pronto brinco hacia mí para dedicarme otro de sus abrazos tan perfectos. A su padre no le agradaba tanto la idea, pero al parecer comprendió que sería buena de que ¿volviera a sociabilizar? ¿acaso ha estado todo este tiempo con el trato de familiares?. Su madre comenzó a rebuscar entre sus cosas hasta que consiguió un bolígrafo y papel, me lo entrego y era una dirección, era donde vivía Victoria obviamente. En el caso de ella se encontraba con una felicidad que le brotaba.

-Mi hermana al fin me cumplió, me mando a mi ángel, a mi salvador de las… voces. Te esperare con ansias en casa querido Josh.-  ¿Qué voces? ¿Un salvador? ¿Yo soy su salvador? Luego de cuestionarme reaccione rápido y me dispuse a despedirme de sus padres, para luego dedicarle nuevamente un beso en su frente, mientras la tomaba de las caderas.

-    Iré lo más pronto posible, lo prometo.

Vi como sus padres la tomaron de ambas manos y la llevaron fuera de este horrendo lugar, oh mierda… me olvide por completo de Yasmine. Me apresure para llegar al no tan agradable consultorio en el que se encontraba.

-Llegas tarde.- dijo cortantemente, se encontraba fuera del consultorio, ¿Qué tanto habré tardado?

-   Discúlpame, es que… se me complico todo.

-   Con que?

-   Mejor olvídalo si?, igual ya estoy aquí vámonos.

Apenas salimos, era inevitable pensar en Victoria, ¿Qué sufrirá acaso?, su ternura e inocencia me tenían loco. Apenas llegamos a casa pude notar que mamá no se encontraba, Yass no perdió tiempo en correr a su cuarto yo preferí dirigirme hacia la cocina para hacer la cena, apenas termine llame a mi hermana que al parecer había caído en un profundo sueño, así que a vistas de que mi madre no llegaba acabando de comer me fui directo a la cama, estas ganas de volver a ver a Victoria se hacían cada vez hasta más fuertes que las ganas de consumir de un drogadicto.

No tan RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora