𓃠𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 3𓃠

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Los cansados pies del mayor habían entrado por fin por la puerta principal de la casa, había tenido una jornada laboral bastante dura.
Pero al menos valió la pena y ganó más de lo que gana junto con varias propinas que los clientes le dejaban.
Es un trabajo bastante sacrificado pero al menos vale la pena trabajarlo.
Deja su mochila en un de los sillones de la sala y observa todo el lugar en busca de su amigo gatuno pero este no estaba por todo aquello.

Camino hacía la cocina, abriendo el refrigerador que tenía ahí y tomo una botella de agua bebiéndola sin parar.
Tenía demasiada sed por lo que veía.
Dejo aquella botella vacía en la meseta y empezó arrastrar sus pies a dolorido hacía su cuarto para así poder descansar por un par de horas largas.

Giró el picaporte abriendo la puerta dejando correr una pequeña corriente de aire que no se sabia de donde venía ya que la única ventana que el tiene no se abre.

Se adentro a la habitación y vio una silueta de un joven acostado en su cama, el corazón del rubio se acelero pensando desde su cabeza que era un ladrón o algo parecido.
Giró su cabeza mientras que su mano, desesperadamente buscaba el interruptor para poder encender la luz y ver si de verdad lo que estaba viendo era real o simplemente era producto de su imaginación.

Wooyoung: Joder Sannie! -Se toca el pecho viendo que era solamente ilusión de el y el único que estaba acostado en su cama era su gatito- Pensé que era un chico el que estaba en mi cama, mierda.

San: Miau~

El pequeño se levanta de la cama al ver a su humano parado en el medio de la habitación sufriendo un ataque de susto.
San se acerca al gigante y le empieza acariciar sus piernas con su cuerpo pequeño haciendo que este riera de lo tierno que se ve el animalito.

Wooyoung: Veo que me extrañaste. Yo igual te extrañe mucho cosi. -Carga al pequeño tomándolo por su cuerpo y le da un pequeño abrazó dándole mucho amor en este- Vayamos a dormir si? Ya mañana te compró el helado que te prometí.

El michi maulla mientras le da una pequeña lamida a su mejilla de forma de beso y por rara razón el rubio se sonroja, pero, por que se sonrojó? Es un simple gato, un animal que no tiene sentimientos, como pudo sonrojarse por ello?

Sus preguntas no tenían respuestas, esta más que claro, entonces decidió ignorar eso y camino hacia su cama dejando a su pequeño en ella mientras iba hacia su armario a cambiarse de ropa por algo más cómodo.

El pequeño de cuatro patas no dejaba de mirar con curiosidad a su amigo humano, como este sacaba varias ropas para al final quitarse la que el tenia y colocarse esa.
Sannie al ver como el gigante se quitaba la camisa este no dudo ni por segundo en taparse sus ojitos con sus patitas peludas para no tener que ver esa escena tan.... pornográfica para así decirlo.

El rubio se dio cuenta de lo que estaba haciendo su amigo peludo y este se río a carcajadas al ver como San se tapaba sus ojos para no tener que ver su torso desnudo a igual que sus piernas descubierta.

Al terminar, se acercó a su laptop para hacer la típica rutina de la madrugada dejando una película romántica para así ir variando.
El cuerpo gigante de Wooyoung fue acostado en su cama siendo atacado por las patitas de San que este iba subiendo hacia su pecho, acurrucandose en este para mirar desde ahí la laptop.
El corazón de Jung estaba siendo rellenado por un pequeño gatito, se sentía bien esto.

Wooyoung: Buenas noches Sannie, descansa.

Dicho esto el rubio dejó de acariciar al pequeño al sentir los brazos de morfeo alrededor de el cayendo en profundo sueño.

𝐸𝑦! 𝑆𝑎𝑛𝑛𝑖𝑒     -Woosan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora