Capitulo 2

17 3 3
                                    




Caminaba tranquilamente mientras arrastraba aquel carrito de servicio lleno de comida, por aquel largo pasillo hacia el penthouse del hotel, mirando de reojo a todos esos grandes hombres vestidos de negro custodiando la habitación, podía contar cinco hombres alrededor y estaba segura que podría con ellos pero tenía que ser más rápida y sabía que lo era. El fantástico plan de Adam, había sido en infíltrame en el hotel como mesera, y luego esperar a que pidieran servicio de comida a la habitación. Un plan que no me gustaba porque no era muy seguro, pero finalmente funcionó. Miro a el hombre que me impide avanzar más para tocar la puerta y me preparo para mi actuación.

–Lo siento, pero han ordenado un servicio en esta habitación.-susurre tímidamente, esperando que tan solo vieran una chica débil e ingenua, y mi actuación funcionó porque enseguida aquel hombre ríe junto al compañero a su lado. –sigue dulzura, no te preocupes que no mordemos.. al menos no muy duro. –bromean viéndome con una sonrisa pícara, mientras abre la habitación para mi y yo ingreso, intentando no perder los cabales concentrándome en hacer mi trabajo y no darle una buena golpiza por sus estupidos comentarios.

Al ingresar al gran penthouse miró alrededor, un lugar bastante lujoso que parece más un apartamento que una habitación de hotel.. –Buenas noches, aquí le traigo la comida que ordeno.–indicó en voz alta, esperando que me escuchara de seguro estaba en la habitación que se encontraba al fondo.

–    Deja la comida en la mesa. – Dice una fuerte voz, mientras sale de aquel cuarto y me queda viendo con interés. De verdad que la foto que había visto no era nada a comparación de cómo se veía en persona, un hombre demasiado guapo, el sueño de cualquier mujer y por supuesto me quede mirando esos ojos, que en persona eran más cautivadores.

–    Si señor. – digo desviando la mirada, ya me había desconcertado por un instante y no puede pasar, el tiempo corre y no había tiempo para eso, sin que se diera cuenta, tome la pistola con silenciador que había guardado en el bolsillo de mi chaqueta, a la vez colocaba las bandejas en la mesa que el me había indicado. Sabía que no podía verme, porque estaba de espalda a él, de reojo vi su posición solo tenía una oportunidad para disparar y no podía fallar.

–    Espera. –dice aquel hombre congelándome en mi puesto, no se pudo a ver dado cuenta. –Siento que te conozco.–comenta mientras sentía como caminaba hacia a mí, debía actuar ya, o perdería mi oportunidad.

Sin perder más tiempo, me doy la vuelta, saco mi arma por completo y apunto hacia su frente. Aquel hombre se sorprende un poco pero no tanto por mi acción sino a verme más de cerca, parece como si hubiera visto un fantasma. –No puede ser.. eres tú...Helena.–dice y al instante yo disparo, con los ojos abierto cae al piso en un fuerte estruendo. Enseguida actuó y lo arrastró hasta la habitación del fondo, así me daría más tiempo para mi escape antes de que lo descubrieran. Me desconcertó bastante que allá dicho eso al verme, por un instante me sentí confundida, pero ya me han enganañdo bastante en esta vida. Así que me dejé llevar por inercia y tan solo dispare antes de escuchar cualquier cosa que pudiera decirme.

Miré por última vez aquel cuarto, todo se encontraba medianamente bien, guardó mi pistola en el mismo lugar donde la traje. Y salgo de aquella habitación, les doy una media sonrisa a aquellos hombres, que me miran lascivamente sin dejar de hablar entre ellos. Bien, no habían escuchado nada. Un punto a mi favor, tenía treinta minutos o menos. Antes que descubriera todo, tenía que apurarme y espero que Adam ya esté en su posición esperando por mi. Estaba tan distraída en mis pensamientos que no me di cuenta del chico que caminaba hacia mi, chocando el carrito de servicio contra él.

–    Lo sient.... –empiezo a decir mientras levantaba la vista para ver su rostro y por primera vez en mi vida me quede embobada viendo a un hombre, después de todo su rostro era de otro mundo, otra vez esos ojos violeta que me perseguían, junto a una nariz perfecta, con unos labios carnudos bastante provocable y con ese cabello rojo cobrizo, tan alto...el chico más alto que he conocido y me miraba con una sonrisa divertida dándose cuenta de su efecto.

–    Cariño, ten cuidado. Creo que estas babeando un poco. –dice en broma, y despierto de mi trance tragándome mi orgullo por completo y siguiendo mi camino. Solo escucho como detrás de mí ríe, una risa que me perseguirá por meses. Volteo para ver aquel hombre por última vez, y a al ver que se acerca a la habitación del fondo y empieza a hablar con aquellos tipos. Reaccionó, ya el tiempo se había acortado tenía menos de un minuto para salir de allí, antes que descubrieran lo que había hecho.



Sin perder más tiempo, a paso rápido me acerco al ascensor de servicio ingreso el carrito y luego me desvío hacia las escaleras de emergencia, bajando lo más rápido que mi cuerpo me me permitía mientras tomo mi pistola de la chaqueta debía tenerla a la mano. Sentía que esto se iba a poner difícil. Cuando ya me faltaba tan solo un piso para llegar a la salida donde sabía que se encontraba el callejón en el que me estaría esperando Adam. Escuche un disparo miré a mi lado donde la bala había rebotado, y corrí más rápido. Solo escuchabas los pasos apurados detrás de mío, casi alcanzándome. Cuando vi la puerta la abrí de inmediato y al sentir el aire frío del la noche, sonreí. Otro disparo se escuchó a mis espalda mientras avanzaba hacia la calle donde visualicé a Adam en su motocicleta, ya tenia encendido el motor, listo para arrancar. Ellos eran rápidos pero yo lo era mucho más, enseguida alcance la moto de Adam subiéndome al instante mientras recibía el casco que me daba. Antes de colocármelo, no puedo evitar ver aquel chico que tan solo minutos atrás me había dado una sonrisa, ahora me estaba dando una mirada de odio puro, mientras apunta hacia a mi. No puedo evitar guiñarle el ojo, me pongo el casco y Adam arranca a toda velocidad. Alejando todo esos disparos detrás de nosotros. Pero sabía que las cosas no terminaría allí. Luego de unos minutos sentimos unos autos que iban detrás de nosotros.

–    Bueno por fin empezó la acción.–comentó y Adam niega la cabeza con diversión. Sabiendo que por más que ellos lo intenten, no podrían alcanzarnos, conocíamos cada calle de esta ciudad como la palma de nuestra manos y sabíamos los lugares perfectos para perderlos en un instante.

Empezaron los disparos hacia nosotros y yo sin perder el tiempo. Comienzo a contra atacar, apuntando al conductor del auto que estaba más cerca de nosotros, como siempre mi puntería nunca defrauda y el conductor cae muerto en el volante, ocasionando que el auto perdiera el control. Punto para mi, aunque quedaban dos autos que no se rendían al pesar del trafico, nos seguían a toda velocidad. Al instante veo como Adam se desvía a la autopista hacia el sur, por supuesto ya imaginado cuál era su plan, a está hora siempre se hacía un estancamiento que ningún auto puede avanzar. Bendito seas que Adam vino en motocicleta. Cuando llegamos al estancamiento Adam con gran facilidad avanzaba entre los autos, volteó hacia atrás y tan solo observo como los autos que nos perseguían quedan estancados en aquel tráfico, sonrío intenarmente pero enseguida observo como aquel chico pelirrojo sale del auto y empieza a correr como nunca he visto correr a una persona detrás de nosotros. Estaba completamente desquiciado si pensaba que podía alcanzarnos, pareciera como si hubiera leído mi mente, porque enseguida se detiene y apunta hacia nosotros. En el momento en que Adam sale de aquel tráfico hacia una calle libre y más fluida, un disparo se escucha y lo único que siento es un dolor fuerte en mi brazo, la bala me había rozado un poco. Me sorprendo y veo aquel hombre pelirrojo que cada vez se hacía más pequeño a la distancia, nadie habría logrado dispararme alguna vez, pero supongo que el era especial.

–    ¿Te disparo? Mierda, debo apurarme. –escucho a Adam con preocupación cuando voltea y ve mi brazo sangrando.

–    No es nada Adam, solo es un rasguño.– indicó sin darle importancia mientras agarro mi herida, viendo como Adam nos alejaba de la ciudad en camino hacia la casa de mi padre después de todo, era hora de infórmale las buenas noticias.

• The beauty of the night •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora