Capitulo 6

14 3 5
                                    





Lo único que se me vino a la mente en ese momento, es que aquellos labios eran los más suaves que había besado alguna vez, no se en que instante le correspondí a  aquel beso, dejándome llevar por aquella sensación, me sentía en el cielo así que no estaba preparada para caer en el infierno. Sin pensar, lo atraje más a mí deslizando mis brazos por su cuello, profundizando más el beso mientras el me agarraba fuertemente de la cintura y me arrastraba hacia adentro de la habitación. Me encontraba tan perdida en el beso, que no me di cuenta como poco a poco alejaba sus brazos de mi, me percaté de lo que pasaba hasta que separó sus labios de los míos, sintiéndome vacía por un instante, lo miro a los ojos y solo observo como una sonrisa socarrona salía suavemente de su rostro y fue cuando desperté, sentía que me había caído un balde agua fría encima.

– Mm así de fácil eres,  creo que me gustará jugar contigo.– yo me quedo como una estatua aún asimilando lo que había pasado mientras el se aleja y cierra la puerta y no se me pasa desapercibido el sonido del seguro que había colocado  desde afuera, me acaba de dejar  encerrada.

Apenas se fue tomé lo primero que estaba cerca a mi, lo cual había sido un florero y lo estrellé contra la puerta, consumiéndome con la rabia. Había sido tan estupida, como pude caer tan fácil ante él. De verdad, que había un gran problema conmigo, no podía seguir así y estaba segura que si volvía a ver esa sonrisa socarrona en su cara, lo mataría. Caminaba de un lado a otro por la habitación, intentando controlar mi ira, no se cuánto tiempo había pasado, pero supongo que ya era algo tarde, al visualizar por aquel gran ventanal que había en el cuarto, el cielo estrellado. Suspiré profundo y decidí dormir, no creería que tuviera otra visita a estas horas. Me quite aquel vestido que ahora odiaba por el comentario que  había recibido y decido dormir en ropa interior, o al menos eso iba a tratar, no sabía si aún iba a quedarme algo de sueño luego de todas esas horas inconsciente.

En algún momento en la noche, debí quedarme dormida, luego de horas de dar vueltas en aquella gran cama que al sentir un fuerte luz en mi cara gruño.



– A levantarse, bella durmiente. – escucho decir a una voz con demasiada energía para mi gusto mientras tomo una almohada y me tapo la cara, no sabía que hora era  lo único que sentía era que aún era demasiado pronto para despertarme.

– No molestes y déjame dormir. –medio balbuceó aquellas palabras sin querer salir de mi  comodidad, mientras siento como aquel chico me quita las mantas que tenía encima.

– Oh lo siento,  no era mi intención. –indica con algo vergüenza en su voz.  mientras me viene el recuerdo en la cabeza  de quien era esa voz, Mateo. Abrí los ojos levemente y puedo ver como se encuentra de espalda con las orejas levemente sonrojadas, no  entendía su reacción hasta que vi mi cuerpo. Ah cierto que dormí en ropa interior. Sin importarme, me pongo de pie y me estiro.

– Mateo, por favor, estoy segura que no soy ni la primera ni seré la última chica que  verás en  ropa interior. –indicó sin nada de pena, después de todo hace mucho que no siento vergüenza, ni aunque me encontrara desnuda la sentiría.

– Lo sé, pero de igual manera es inevitable, por favor puedes cambiarte.–ya se había volteado pero su mirada iba a cualquier sintió de la habitación menos a mí.

Me encogí de hombros, mientras avanzó hacia el baño dispuesta a darme una ducha, lo hago rápidamente y salgo luego de 10 minutos con una toalla rodeada en mi pecho. Lo primero que veo al salir es a Mateo sentado en mi cama con una bandeja de comida, avanzo y me siento a su lado, tomando aquel cruasán que se veía demasiado apetitoso.



– Tenemos que hablar. –dice mientras yo asiento con mi cabeza es  verdad, había muchas cosas que quería saber, y estaba segura que solo él, sería lo suficiente honesta conmigo o al menos eso intuía y mi intuición nunca fallaba.

– Bien, pero primero puedes darme algo de ropa no sé, normal. Un Jean,  una camisa, si me vuelven a dar para poner un vestido de flores, me suicido. –comentó y al instante sólo escucho la suave carcajada de él a mi lado.

– Esta bien, te ayudare con eso. Lo siento, lo único de mujer, que tenemos son los vestidos de mamá, pero conseguiré algo más para ti.

– Bien,  bueno ahora si me vas a explicar que es lo que está pasando aquí. –le pregunto mientras dejo de comer por un momento para observarlo.

– Bueno es algo complicado y bastante largo, pero alguien tiene que ser sincero contigo y yo lo seré. Aún se debaten si deben decirte o no la verdad, y me parece absurdo porque tú te la mereces.–suspira y antes que yo diga algo continúa hablando.– empezaré contando como todo empezó, hace 18 años secuestraron a alguien de esta familia, yo tan solo tenía dos años, no tengo recuerdos sobre lo qué pasó, solo sé lo que los demás me contaron. Secuestraron a mi hermana gemela. –yo no sabía en que  momento había dejado de respirar pero suelto el aire que estaba sosteniendo suavemente, escuchando atenta a sus palabras. – alguien  de confianza en la familia, nos traicionó. En esos momentos mi familia manejaba la mafia más poderosa en el mundo, nadie podía contra nosotros. Así, que por supuesto empezó la envidia y muchas personas querían destruirnos y lo hicieron con la única debilidad que mi padre tenía, la familia.  Así que secuestraron a mi hermana, cuando teníamos dos años e íbamos de camino a nuestro hogar,  luego de un día en casa de nuestros tíos maternos, nadie nunca supo el porque se la llevaron a ella en vez de a mí, o no a los dos.–al terminar de decir aquella frase suspira con tristeza.–  Eso ocasionó una gran grieta en nuestra familia y en el negocio, ya que todo los recursos y dinero lo usaban para buscarla, y nunca pudieron dar con ella. Fue algo muy doloroso después de cinco  años de búsqueda ,  se rindieron y todos aceptaron su muerte menos mi madre ella nunca logró superarlo y creo que internamente nadie lo hizo, y yo aunque no recuerdo esa época, todo este momento también viví con un vacío en mi interior, hasta que te ví. – comenta mientras toma de mis manos y me da una mirada significativa.- Eres tú, luego de tantos años, finalmente estás con nosotros Helena.

Después de escuchar toda su historia, lo miro sorprendida. No podía creer que de verdad fuera yo aquella niña que tanto buscaron,  y que tenía una familia que había sufrido mi pérdida , mientras yo sufría en manos de aquel hombre sin alma, que desde que tengo consciencia solo había tenido sufrimiento en mi vida. Aturdida me pongo de pie y le doy la espalda,  intentando asimilar y recordar todas sus palabras.



– Pero.. cómo estás tan seguro que soy yo, no tiene sentido. – expresó aún sin poder asimilarlo.

– Eres tú créeme, además de nuestro parecido, aquellos ojos violetas, solo lo puede tener alguien de nuestra familia. –dice Mateo, mientras siento como se acerca a mi, yo aun de espaldas a el siento que  pone sus manos en mis hombros de alguna manera dándome consuelo.– Sé que puede ser bastante confuso para ti, lo entiendo por completo porque hasta yo estoy sorprendido de que volvieras a nuestra vida y créeme que no dejaré que nadie te aleje de nosotros nuevamente.

– No, esto no puede estar pasando. Yo tengo una vida. Y ¿Dónde estoy? No se si confiar en esto que me dice, yo mate a alguien de esta familia. –indicó sintiéndome un poco mal ante eso, pero a la vez no iba culparme por nada de esas acciones, tan solo fueron ordernes que cumplí.

– Si lo hiciste.– dice y visualizo en sus ojos dolor por un instante y luego se va al mirarme. – pero no sabías, y quien sabe con que clases de personas crecistes y te convirtieron en eso, pero si yo puedo entenderlo,nuestra familia lo harán. Perdimos a alguien importante pero eso nos trajo a ti, hubiéramos querido que fuera de otra manera pero ya no hay vuelta atrás.



Mateo me reconfortaba tanto, toda esa fé que tenía en mí, a pesar de mis pecados, él quería estar conmigo, no sabía si lo merecía. Sin pensarlo me volteo quedando enfrente a él y lo abrazo. –Gracias.– fue lo único que salió de mi boca, sintiéndome bien por primera vez en mucho tiempo, aún había cosas que tenía que aclarar pero por ahora me encontraba bien, si tenía un hermano como él a mi lado.

• The beauty of the night •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora