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Tomás:

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Tomás:

Estaba en una fiesta, me encontraba un poco drogado y con Julieta sentada en mis piernas, había algunos chicos a nuestro alrededor que no conocía bien, vi al frente en la pista de baile y mi vista se fijó en una cabellera morada y unos ojos castaños de los cuales aunque esté drogado, no dejo de recordar, ella bailaba y movía sus caderas al ritmo de la música.

— perdón, tengo que ir al baño. — quité a Julieta de mis piernas y ella asintió.

No sé si era por la droga que tenía encima, pero me acerqué a ella con confianza de más y la tomé de la cintura.

— Ah, Tomás. — dijo Olivia algo sobresaltada.

— Hola. — sonreí y ella también. — no pensé que vendrías.

— Veo que te divertías. — Evitó mi comentario y su tono era algo serio.

— un poco.

— En mi opinión estabas demasiado bien. — me veía algo desafiante y negué. — ¿entonces?, ¿te hacía falta algo?

Me acerqué a su cara lentamente y me acerqué a su oreja, tomé su cintura y la pegué a mi.

— Me hacías falta tú. — Susurré en su oído, para después dedicarme a ver su rostro y ver cómo mordía su labio.

— No digas mentiras. — se quiso alejar, pero la apreté más a mi. — ¿Qué estás tramando?

— Nada que tú no quieras. — Nuestras respiraciones chocaban más  a medida que yo me estaba acercando a ella.

— No está bien. — negué y ya me encontraba a milímetros de sus labios.

— He querido hacer esto por tanto tiempo Olivia. — ella sonrió, sentí su mano rodear mi cuello.

— ¿Qué esperas entonces? — dijo y con eso me impulsé a ella, nuestros labios se juntaron y en cuestión de segundos nuestras lenguas estaban bailando, mis manos acariciaban su cintura y espalda, mientras que ella me tomaba del cuello, ocasionando que me sienta en el cielo y los demás desaparecieran.

— ¿Olivia? — nos separamos, me giré y me topé con Julieta, con sus ojos cristalizados.

— Juli, n-no es lo que parece. — Olivia se separó de mi y se quiso acercar a Julieta, ella simplemente se hizo hacia atrás.

— ¿Por qué me haces esto?, vos sabías mis sentimientos hacía Tomás. — una lagrima rodó por su mejilla y Olivia la veía mientras mordía su labio. — Sé que Tomás está enamorado de vos. — Olivia me vió sorprendida, yo negué.

— No es verdad. — dije casi en un susurro.

— No mientas, Tomás. — Dijo Julieta. — Siempre hablas de ella, te preocupas por ella incluso cuando no te preocupas por ti mismo, Dios mío, incluso cuando estabas drogado hablabas de ella. — me veía con lágrimas en los ojos. — Hasta cuando lo hicimos la mencionaste. — Olivia me veía sin expresión, yo negaba.

— Es mi mejor amiga. — mi corazón se oprimió cuando dije eso, sentí como Olivia tomaba mi mano, como cuando éramos niños y me defendía , sentía como acariciaba mi mano con su pulgar, haciendo que me sienta completo.

— Déjanos ya. — Dijo Olivia seria.

— ¿Ya le dijiste a Tomás que ese beso fue una apuesta? — y ahí todo se derrumbó, vi a Olivia, soltó mi mano.

— ¿Es verdad eso? — pregunté, sentía un nudo en mi garganta y el dolor en el pecho aparecía.

— Anda, díselo. — Julieta insistía.

— Perdóname Tom. — Dijo Olivia, sentí como todo venia encima de mi, mis ojos se cristalizaron y necesitaba salir de ahí.

— A la mierda. — dije y salí de ahí, escuchando la protestas de Olivia, pero ignorándola.

Caminaba por el barrio, con lágrimas pasajeras y sin dinero en la cartera, pero con una cosa en la cabeza: olvidarme de Olivia de una vez por todas.

Caminaba por el barrio, con lágrimas pasajeras y sin dinero en la cartera, pero con una cosa en la cabeza: olvidarme de Olivia de una vez por todas

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𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 | 𝐂.𝐑.𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora