𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 | 𝐂.𝐑.𝐎

04

Tomás:

Me encontraba acostado, era el cuarto día en el que me la pasaba más encerrado de lo normal después de lo de Olivia, ya no había lágrimas para llorar, sólo me dedicaba a ver el techo de mi habitación, pensando en el tiempo que perdí con ella.

— Claro, pasa. — Escuché a mi madre abrir la puerta principal, mi casa no era grande, así que se podía escuchar bien lo que pasaba. — Espero y te abra la puerta o mínimo hable, lleva cuatro días encerrado y sin decir ni una sola palabra.

— Haré el intento, permiso.— escuché esa maldita voz que no a salido de mi cabeza, después de unos segundos escuché como tocaban mi puerta. — Tomás, soy Olivia.

Me senté en la esquina de mi cama y vi atento la puerta, imaginándome a Olivia al otro lado de la puerta.

— Estoy preocupada por ti, no me contestas los mensajes ni llamadas. — suspiró. — Necesito hablar contigo, por favor. — y como si me estuviera viendo, negué. — Perdóname, hablé con Homer y me contó todo. — hizo una pequeña pausa. — Créeme que si estuviera enterada de todo lo que sentías por mi no lo hubiera echo, eres lo que más quiero Tom y me duele saber que pude haberte echo daño. — el pecho me dolía más de lo normal y Mila garganta me quemaba como si hubiera tomado varios shots de vodka.

Después de unos segundos en silencio, decidí hablar.

— Olivia. — hasta mencionar su nombre me dolía.

— ¿Qué pasa?

— ¿Podrías irte?

— Tomás, no digas eso. — me recargué en la puerta, pensando en si dejar mi dolor a un lado y abrir, para verla y seguir siendo masoquista estando a su lado. — Te amo, Tomás no sé si lo hago en la manera que vos lo haces, pero sos mi mejor amigo y no quiero perderte.

— Olivia ese es el problema, te amo tanto que me duele saber que sólo soy un amigo para vos.— suspiré, tratando que las lágrimas no salieran. — por primera vez estoy haciendo algo por mi y no por ti, ¿y sabes qué es lo peor?, que aunque intente alejarme de vos, sigues presente en mi cabeza como una puta mosca.

— Perdóname tomy.

— No te tienes que disculpar, enserio, no es tu culpa que yo sienta todo esto por vos. — ambos nos quedamos en silencio unos segundos, vi la manija de la puerta, pensando en si abrir y verla de una vez por todas.

— ¿Entonces esto queda aquí? — puse mi mano en la manija, girándola, para perder mi dignidad de nuevo y abrir la puerta, encontrándome con Olivia, ambos nos veíamos, parecía que ella buscaba algo, mientras que yo tenía el corazón echo pedazos, listo para ser destrozado una vez más.

— Al parecer no. — ella sonrío y me abrazó, no tuve tiempo para responderle el abrazo, fue demasiado rápido. — ¿Cómo haremos que nuestra amistad funcione ahora que sabes que estoy loco por ti?

— Homer sólo me dijo que te atraía, no que estabas loco por mi. — ella rió, yo debí de haber puesto una cara de idiota. — Pero después hablaremos de esto, por mientras déjame abrazarte. — Asentí, y al instante sentí sus brazos rodear mi cuerpo.

Y aquí una vez más, Tomás Campos, perdiendo su poco amor propio por una chica de cabello morado y de 1.67