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Ya no quedaba nada de la tranquilidad que Harry me había brindado la noche anterior, el consejo espera de mí una respuesta, tengo que calmar al pueblo debido a la situación del rey, además de que luego de esta reunión tengo que hablar con los lords sobre la actitud de Dalla, y decidir qué sucederá con Riley.

Mi madre aún no se ha acercado a la sala del consejo, y probablemente no lo haga, debe estar cuidando aun de mi padre, y sin ella a mi lado apoyándome los ancianos no llegaran a ponerme atención, pero ahora no seré fácil de doblegar.

En la sala del consejo reinaba el caos, los ancianos discutiendo entre ellos sin siquiera ponerme atención se gritaban de un lado a otro, intentando decidir qué dirección tomar ahora que todos sabían de la enfermedad de mi padre. Cerré mis ojos e intente enfocar mi mente, soy el príncipe heredero y los ancianos del consejo escucharan lo que tenga que decir y lo aceptaran, ya no me dejare pasar a llevar por ellos. Abrí mis ojos, me recline en el asiento cruce mis los dedos de mis manos y carraspee mi garganta. Todos se callaron y, por primera vez en toda la reunión me prestaron atención.

-Todos ustedes sabían perfectamente que mi padre, el rey, estaba enfermo. -digo con voz tranquila, logrando que todos me pongan atención. -fue por su insistencia que mis padres aceptaron comenzar las contiendas para mi prometido, y lo comprendo perfectamente, pero yo no soy ninguno de mis padres, y mientras ninguno de ellos pueda presentarse, e incluso si lo hacen, mi palabra cuenta. -muchos de ellos me miraban sorprendidos. - no le mentiremos al pueblo ni mucho menos a los Lords, se les dirá que mi padre enfermo, y que esta fue una recaída, que pronto estará nuevamente con nosotros. Y ya que mi padre no quiere que nadie sepa que lleva tiempo con esta enfermedad esa será la única información que se dará del tema. - los mire, retándolos a que me contradijeran, pero solo asintieron. Con una suave sonrisa me levante de mi asiento. -ahora si me disculpan, tengo que hablar con los lords antes de la comida.

Camine decidido hacia la puerta, no les mostraría nuevamente debilidad, ellos saben aprovecharla, aun mas en estos momentos. Mi padre me encomendó cuidar de nuestro pueblo y eso es lo que haría, incluso de los ancianos del consejo, de los cuales varios ya están corrompidos por el poder.

Mantuve mi postura hasta mi habitación, allí se encontraba benjamín esperándome, con un te recién hecho, le sonreí agradecido y lo tome de sus manos, olí las hierbas y suspire ya más tranquilo, una victoria, falta otra.

-está seguro de esto? -dijo Benjamín con voz preocupada.

-tengo que hacerlo, todos ellos fueron advertidos, incluso los lords, no puedo permitir que alguien que se deje llevar por su temperamento se mantenga aquí, mucho menos que siga luchando por...

-por reinar junto a usted, príncipe. -dijo Benjamín suavemente junto a mí.

-realmente, dudo que lo que buscan sea reinar junto a mí, más bien solo reinar. -bebí de mi té y luego deje escapar un suspiro. - no todos, pero estoy seguro que más de uno me ve solo como un premio. - además que yo no quiero a ninguno de esos alfas, quiero a ese guardia de actitud amable, sonrisa encantadora e imponente. -ahora solo quiero terminar con esto y descansar solo un momento.

-Bueno, al menos su padre también logro a advertirles a los lords sobre ese tipo de comportamiento, así que la reunión con los lords debería ser más tranquila. - él sonrió alentador, a lo que yo solo asentí esperanzador.

Unos golpes en la puerta nos hicieron terminar nuestra conversación.

-adelante.

-príncipe, los lords lo esperan en la oficina real.

-muchas gracias, puedes retirarte. -bebí nuevamente de mi te, y me levanté, Benjamín tomo la taza de mis manos.

sacudí un poco mi traje, alisando arrugas inexistentes, tomé una profunda respiración y me dirigí nuevamente a la puerta, parece como si el estrés me persiguiera estos días.

The Fate Of Your Life (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora