The Fate Of Your Life (L.S)

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Los guardias nos encontraron en la entrada del bosque, sorprendidos de vernos. Inmediatamente uno de ellos fue a palacio a informar de nuestra llegada mientras los otros nos asistían. Se hicieron cargo de nuestros caballos y nos llevaron a una sala con un curandero que asegurara que nos encontrábamos bien.

Se nos llevó un sinfín de comida y cosas para beber, el curandero afirmo que estábamos en perfectas condiciones, solo extenuados por el viaje, pidiendo que se nos dejara descansar y comer. No mucho tiempo después una discusión se escuchó no muy lejos de donde estábamos. Cuando unos pasos apresurados se acercaron a la puerta, Harry inmediatamente se paró frente a mí, para protegerme de cualquiera fuera la situación que sucedía fuera.

La puerta se abrió y mi madre junto con dos de mis hermanas, Hans y Niall se encontraban afuera. Harry al instante se relajó y se alejó de mi lado. Las gemelas corrieron a abrazarme, mi madre no se quedó atrás. Hans y Niall hicieron lo mismo con Harry, pero ambos sonriéndome con felicidad también.

-Tienes mucho que explicar Harry. -dijo Hans, arrastrándolo fuera de la sala, solté una suave carcajada. Niall nos dio una rápida reverencia y se fue tras ellos.

-tú también tienes algunas explicaciones que dar Louis. -dijo mi madre, aun sin soltarme. Pero igualmente me alejé de ella, senté a las gemelas en mis piernas y ella se sentó junto a mí.

- ¿Dónde están lottie y fizzy?

-estaban terriblemente preocupadas por ti, no dejaban de mirar por las ventanas en tu espera. - dijo con un suspiro. -así que las envié hoy al mercado con pauline y Nathaniel. No estaban muy entusiasmadas, pero fueron igual, ya deberían estar por llegar.

-y.... ¿padre? -la verdad no quería preguntar, pero necesitaba hacerlo. Ella levanto su mano a su cuello, al lugar donde estaba la marca de mi padre.

-aun en su habitación, recuperándose, se encuentra bastante mejor la verdad. -sonrió, feliz y yo le sonreí de vuelta. Mi padre estaba bien, todo seguía igual. -ahora si no te importa, me podrías decir por qué en nombre de todos los dioses te fuiste al bosque de esa forma.

Trague saliva, su voz no había sido así de reprochadora desde la vez que arruine uno de los banquetes de bienvenida a unos viajeros lejanos.

-niñas, vallan a jugar, yo y madre tenemos que hablar. - les di un beso a cada una y un abrazo, ellas se bajaron y se fueron riendo. Miré a mi madre y le dije la verdad. -escuche a la curandera decir que mi padre podría morir. -las lágrimas pronto bajaron al recordar ese angustioso momento. -no podía respirar madre, sentía que todo se derrumbaba a mi alrededor, necesitaba salir de palacio. Por un terrible e infinito momento todo era demasiado y solo...necesitaba alejarme de...de todo.

Mi madre me abrazo y consoló como cuando tenía pesadillas, o me daba terror hacer algo, ella limpio mis lágrimas, acaricio mi cabello y susurro palabras alentadoras, recordándome que mi padre, aunque aún enfermo, estaba en sus habitaciones.

Ya más calmado, pregunte. - ¿Qué querías hablar conmigo ese día? Y ¿a qué se refería la curandera?, me mandaste a llamar, pero cuando escuche eso... bueno, ya sabes.

-sobre tu padre, la curandera dice que se encuentra mejor, no sabe exactamente porque, pero por la forma en la que iba ella esperaba que...bueno, hubiera muerto hace unos días. - la tristeza se propago por toda la sala, pero mi madre se recuperó rápido y me dio una sonrisa. -y sobre lo otro, bueno eso ahora no tiene importancia, hablaremos mañana, ve a tu habitación y duerme, mañana será un día extenuante. -asentí, y después de un último abrazo deje la sala y camine hacia mi habitación.