Relatos de la Fundación SCP

Dr. Cog y el Plástico Fantástico.

Un día, el Dr. Cog estaba caminando por su laboratorio (por ser un científico y todo), cuando se encontró con el Dr. Crow tratando de llamar su atención. Nunca fue una cosa difícil de hacer, ya que el Dr. Cog estaba por lo general bastante aburrido, y el Dr. Crow era un perro que hablaba.

—Usted debe echar un vistazo a esto, —insistió el Dr. Crow, de una manera un poco emocionada— es realmente muy interesante.

—Bueno, no tengo ningún experimento en ejecución en el momento, así que muéstreme el camino. —respondió el Dr. Cog en su tono monocorde habitual.

La pareja caminó por varios pasillos, y a través de varios ascensores (El Dr. Crow no es bueno con las escaleras), el doctor bípedo ocasionalmente desviando intentos de charlar.

—¿Alguna hipótesis interesante? —el Dr. Crow le preguntó—: ¿Algún avance con los cangrejos explosivos, o el laberinto de tuberías auto-consciente? —El Dr. Cog vaciló, todo era trabajo para él.

Después de un buen número de giros y descensos, llegaron a una sala de observación oscura. Detrás de la ventana grande se encontraba un niño, probablemente de no más de diez años de edad.

—¿Qué se supone que es? —preguntó el Dr. Cog.

—Esto, —el Dr. Crow indicó con un movimiento de una pata— es un niño que sólo come plástico, y es cerca de tres veces más fuerte que un niño promedio de su edad.

—Es interesante. No es especialmente peligroso. Administrar sedantes, ejecutar un circuito de cuatro meses de pruebas con algunos de los nuevos investigadores, y destruir el objeto si se presenta alguna dificultad.

—Sabe, Cog, hemos sido amigos durante años, socios de investigación al menos. Usted ha visto algunas cosas extrañas que yo ni podía imaginar. Nunca he entendido, sin embargo, cómo puede hacer frente a este tipo de cosas tan fácilmente.

—¿Cómo qué?

—Como pedirle a un perro con gafas que mate a un niño pequeño si se presentan "dificultades".

Ya en su camino hacia la puerta, el Dr. Cog respondió: "Siempre hay otro mañana."