Capítulo 5. Desayuno de chicas

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La cafetería que habían escogido para desayunar se encontraba cerca del parque donde Emily solía ir a correr cuando necesitaba desahogarse y olvidarse del trabajo. Era un lugar tranquilo, con mesitas al aire libre, y que servían las mejores tartas de toda la ciudad. Justamente era lo que estaban devorando las tres amigas, entre sorbo y sorbo de batido de frutas.

- No puedo creer que tengamos un fin de semana libre...- Proclamó J.J., quien por fin había podido recuperar el sueño perdido. Extendió las manos, estirando su cuerpo y se reclinó sobre la silla.

- No lo digas muy alto... Todavía puede ocurrir algo...- Le recordó Emily. Por puro hábito comprobó su teléfono móvil, por si había ignorado alguna llamada urgente de Hotch.

En su lugar, sólo encontró un mensaje de Derek, dándole los buenos días.

- ¡No bromees con eso!- La regañó García, espantando los infortunios con toda clase de gestos con las manos- Y deja de mirar el teléfono... Conseguirás atraer a la mala suerte...- Sentenció. Luego adoptó la misma postura corporal que J.J. y se dejó caer sobre la silla como si se hubiera sumido en un repentino estado zen- Disfrutemos del día.

Emily suspiró, desistiendo de contestar a Derek para evitar la furia de la analista.

- Está bien... De acuerdo...- Cedió. Dejó el teléfono sobre la mesa- Disfrutemos del día...- Repitió el mantra de García.

Pero parecía que el teléfono no estaba por la labor de ignorarlas. Casi de inmediato, comenzó a sonar. Emily recibió una mirada fulminante de Penélope, justo después de comprobar que era Morgan quien llamaba. Por unos segundos, se quedó contemplando la pantalla, decidiendo si debía atender la llamada en presencia de sus dos más que avispadas amigas, o si rechazarla y devolverla después. Estaba bastante segura de que Morgan deduciría el motivo.

- ¿Es Derek?- Le preguntó J.J. Estaba lo suficientemente cerca como para leer el nombre que salía en pantalla.

- Sí, es él...- Reconoció Emily en voz baja, mientras seguía observando el teléfono como si realmente Morgan fuera a salir de él.

El teléfono sonó de nuevo.

- ¿No vas a responder?- Continuó García con curiosidad.

- Sí, claro...- Cogió el teléfono de la mesa, y deslizó el dedo por la pantalla- Prentiss- Dijo escuetamente.

Escuchó la risa sofocada de Derek al otro lado. Le entraron ganas de estrangularlo en aquel mismo instante. J.J. y García podían llegar a ser tan cotillas que no le extrañaba que fueran capaces de escuchar a Morgan a través de la línea de teléfono.

- ¿Prentiss?... ¿Te excita que te llame por tu apellido?

Ella rodó los ojos con incredulidad. ¿Realmente? ¿Había llamado sólo para ponerla en un aprieto? ¿Esa era su pequeña venganza por no haberse quedado a dormir? No es como si pudiera quejarse en realidad. Al fin y al cabo habían tocado todas las teclas del piano con sus cuerpos justo antes de marcharse de la casa y, aunque no habían saltado por los aires como Morgan había augurado, no habría cambiado por nada la ternura y cuidado con que la había tratado.

- Estoy con J.J. y García, desayunando- Le recordó ella obviando su comentario. Intercambió sendas miradas con ambas, y sonrió con naturalidad- ¿Sigues con la obra?- Añadió de forma casual.

- En realidad, he tenido que ir a comprar algo de material que me faltaba... Y luego pensaba escoger algunas plantas para el jardín... ¿Te gustaría acompañarme cuándo termines?

Bien. Aquello era una invitación en toda regla. Emily comprobó la hora. Llevaban allí sentadas apenas media hora. No habría forma de que pudiera escapar aún.

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