01 | 06 | 2017

44 4 0
                                        

He tenido un mal día.

Los recuerdos se han revuelto en mis entrañas y hacen que todo duela.

Desde ver el cielo sin sol, hasta una comida sin compañía.

Me siento ahogar en un mundo sin tu presencia.

¿Adónde te has ido, Venus?

Recuerdo mis meses después de haberte conocido aquel 30 de mayo.

Fue turbulento, era buscarte con la mirada todos los días, absolutamente a cada minuto.

Ir al colegio dejo de ser un lugar de estudio a ser una búsqueda de tu persona, analizar cada movimiento tuyo, cada palabra que podía oír al acercarme cada vez más a tu mesa, ver como en tu rostro se iban formándose las arrugas de las carcajadas que soltabas, inundabas mi cuerpo con la calidez que me dabas al sonreír y al reírte porque esos eran los estados de ánimo que siempre te veía, siempre siendo feliz, siempre con una sonrisa perenne.

Me contagiabas cada gesto de felicidad que proferías, desde que te conocí mi existencia vacía se llenó de ti, Venus.

Odiaba mi timidez perenne que siempre me acompaño toda mi vida, el cómo era incapaz de hacer un amigo o de siquiera expresarme a través de las palabras, era un total, y sigo siendo, inútil en ello.

Pase un año sufriendo sin poder acercarme a ti, viéndote de lejos, imaginándome como tu amigo, ser ingenuo que era.

El odio me invadía contra la vida, contra mi ante mi cobardía.

La frustración me irrumpe al ver que éramos tan lejanos y diferentes, tú eras oro y yo solo era hormigón.

Abstractamente veía nuestro futuro juntos, riéndonos de alguna tontera, abrazándome como lo hacías con todos tus cercanos, tan abrasador.

Hasta que sucedió.

Un 05 del 06 del 2015 nos miramos.

Duro un segundo, pero para mí fue una eternidad.

Pude observar aquellos ojos que refulgían fuego mirarme y sentí que todo mi cuerpo se calentaba.

Mis mejillas pasaron de ser mármol a ser un incendio.

Fue en ese momento en donde decidí que tenia que ser tu amigo, alguien cercano para ti.

Tenia que respirar tú mismo aire, oírte hablarme, decir mi nombre y yo, proferir, con la solemnidad que necesita, tu nombre.

Así que por primera vez en todos mis años de escolaridad tome la decisión de hacer amigos.

Que complicado es aquello, de verdad.

Inicie con los de mi grado, algunos de ellos se juntaban contigo, Venus, así que ese era mi objetivo.

Mi primer intento fue acercarme a pedirles algo prestado, necesitaba que se dieran cuenta de mi presencia.

Fue un total fiasco, me quede mudo ante ellos y al final se fueron mirándome como si estuviera mal de la cabeza.

Lo cual, a mucha honra, no estoy.

Así que mi segundo intento fue pedirles si podía estar con ellos, algo más atrevido, algo totalmente fuera de mi zona de confort, pero necesitaba verte de cerca, Venus.

Paso de ser un simple "quiero" a un "necesito"

Te necesitaba.

Así que puse en marcha mi plan, con toda la poca valentía que tenia me acerqué a mis compañeros, deseando que se hayan olvidado de la ultima vez que me vieron y lo solté.

Se, con total conocimiento, que quede como un patético que no tiene amigos, aunque todo por ti, Venus.

Mas o menos la conversación fue algo así:

"Hola"

"¿?" - realmente había signos de pregunta en sus cabezas.

"Quiero amigos"

"¿Eh?"

"¿Pueden ser mis amigos?"

"..."

Fue realmente patético, pero lo logre, seguramente cause la suficiente pena para que me aceptaran en su grupo.

Y ahí fue cuando nos presentamos, un 09 del 06 del 2015, sí, llevo la cuenta de todo lo que confirió lo nuestro, Wei Wuxian.

Escribir tu nombre sigue doliendo, aunque también me sigue dando la misma calidez de siempre.

Desde que lo escuche de tus labios se que ese nombre no se iba a borrar nunca de mi mente.

Extraño tu voz.

Te extraño.

------------

Hola! Aquí les traigo la segunda parte de esta historia, sigo re nerviosa pero estoy feliz de seguir aquí y no haberlo abandonado altiro, espero que les guste y nos vemos♡

Dear Venus. [lzn + wwx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora