Capítulo 1

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Mi viaje duro toda la noche, saco mi teléfono de mi chaqueta de mezclilla y veo que son las 9:30 de la mañana, observo a la azafata caminar desde la parte trasera del avión avisando que ya es casi hora de aterrizar y saco mi teléfono una vez más y pienso que estaremos aterrizando a las 10:50 de la mañana. Me tomo el tiempo de preguntarme en como habrá arreglado la habitación mi madre ya que ella tiene muy malos gustos para ciertas cosas que traten sobre mi, trato de pensar cosas positivas sobre mi futura nueva vida que durará cuatro años, pienso en todos los lugares nuevos que podré conocer al igual que la gente. Pienso en lo caótico que es tener padres divorciados y más cuando cada uno está al otro lado del mundo, pero viene a mi mente el motivo del divorcio, vienen como pequeños espasmos que me dejan paralizado, el recordar esas manos, esas grandes y frías manos sobre mí, en como su dedo índice recorría mi cuerpo desde el abdomen hasta la parte trasera de mi nuca, en como esa voz gruesa me pedía que guardara silencio, entonces me vi, vi a mi yo de nueve años parado detrás de esos arbustos mientras mi tío Min-ho me toqueteaba, me decía que si me portaba bien ganaría un premio, un premio que muchos querían según las palabras de mi tío. Recuerdo todo el escándalo que mis padres hicieron al verme con mi jeans abajo, en como mi padre le gritaba a su hermano palabras que yo desconocía en aquel entonces, en como mi madre me sujetaba mientras lloraba y me preguntaba una y otra vez el que si estaba bien, recuerdo a mi madre furiosa gritándole a mi padre y a mis abuelos desde la otra habitación. Entonces sentí que alguien me tocó el hombro, volteo y veo a la azafata mirándome a los  ojos, sus ojos verdes como los pinos de Incheon y esa nariz tan fina que me hace pensar si es gracias a una cirugía, hasta que llego a sus labios, unos labios muy bien definidos forman una cierta serie de palabras, es entonces que reacciono y pongo atención en lo que me dice.

—¿está bien señor?—pregunta—
— Si, claro solo estaba recordando si no dejé nada importante en casa—respondo—
—Muy bien, estamos a punto de aterrizar, por favor póngase su cinturón y no se levante de su asiento hasta que la luz deje de estar encendida— me dice—
—Ok, no hay problema con eso—le contestó—
—Muchas gracias—se da la vuelta y se va—

Me pongo el cinturón y me preparo para aterrizar y afrontar mi nueva vida que me espera, espero poder dejar todo esto atrás y enfocarme en mis estudios, solo espero que a mi madre se le olvidara lo qué pasó, ya que no quiero que saque este tema en algún momento pero será inevitable.

I need u Donde viven las historias. Descúbrelo ahora