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Todo se había descontrolado, en menos de lo que esperaba parecía que ya no tenía ni novio, ni amigo.
Jimin a pesar de trabajar con él y vivir junto al grupo se las había ingeniado para desaparecer por completo de su vista.
De la noche a la mañana su habitación se vacío de sus cosas, el desayuno se había separado en grupos primero los maknaes y después los mayor. Todo espontáneo y para nada planeado, porque por mucho que SeokJin lo intentará los tres menores se negaban y buscaban excusas baratas para justificar su falta en los desayunos y cenas y básicamente cualquier evento donde debieran verle la cara a Yoongi.

Lo admitía, dolía como un infierno. Aquellas dos semanas en que la situación cambió por completo en la casa le rompían tanto el alma, al igual de que JiMin escapara de él en todo momento. Lo evitaba, como si fuese un pollito y él el lobo que quería destrozarlo. No era tan docente, lo sabía, le falló y lo sabe, lo destrozó y también lo sabe. Yoongi no podía evitar llorar todas las noches por eso, porque la cama se sentía fría, vacía, solo. Y lo ahogaba la oscuridad, no, lo ahogaba compartirla solo porque ya no estaba JiMin ahí para poder abrazarse a su cuerpo y susurrarse cosas lindas toda la noche, disfrutar juntos de la calidez que la oscuridad les ofrecía a ambos.

Decidió que era hora de despegarse del sofá cuando el reloj en la pared anunció que ya era pasada la media noche. No quería volver a acurrucarse en sus frías mantas, porque sabía que si lo hacía lloraría toda la noche hasta quedarse dormido otra vez, no podía permitírselo. Recién volvían como grupo de su descanso, debía preparar las canciones y estar listo para el come back que estaba tocando su puerta.

Con pereza empezó su lento camino hacia la habitación que ahora era solo suya, sintiendo que el pasillo desaparecía a sus espaldas, frenando lentamente al estar cerca de la habitación de V, sabía que él estaba ahí, y sabía que el pestillo estaba solo por él y para él.
Sintió el vago amague por abrir la puerta antes de volver a retomar camino, dejó su corazón esperado a que él salga y lo salve.

Al día siguiente debían verse las caras, debían hacer una sesión de fotos juntos, debían tocarse otra vez, fingir que todo estaba bien entre ellos.

—Yoongi, debemos irnos –Aquello significaba que todo empezaba, era la cuenta regresiva que daba inicio a la carrera entre sus nervios y su ansiedad, ambas competían por quién lo enloquecía primero.

Caminó al lugar donde sacarían las fotos lo sintió tan tenso. Como la soga de un puente viejo en ruinas. Intento aliviarlo por completo, siendo él de antes. Comportándose como si realmente todo estuviese bien. JiMin hizo lo mismo, cooperó para que la tensión se dispersase y así fue por el resto de la sesión.

—¿Jimin-ssi, puedes abrazar a Yoongi? –Pidió el fotorógrafo con las mejores intenciones.

La sangre en min se congeló por unos momento mientras el rubio lo abrazo por los hombros y apoyó su cabeza en la de él. Ambos sonriendo hacia la cámara cuando el flash iluminó sus rostros. Yoongi sintió como JiMin buscaba fuerzas para no enterrar su pequeña nariz en las hebras de min, no deseaba por nada soltarlo pero su corazón estaba tan roto como su alma en ese momento y no encontraba un poco de razón para perdonar o querer escucharlo.
Entonces se separó, alargando el toque todo lo que podía permitirse, hasta que la punta de sus dedos finalizó por completo el toque. Yoongi tuvo reacción a eso, sostuvo su muñeca y ambos se vieron entrar al camerino vació.

JiMin se sentía en pánico,  no era el momento de ver su rostro, no estaba listo para que rompa su corazón otra vez. No quería escuchar excusas, no deseaba escuchar su voz mientras explicaba algo que no tenía explicación justa para él.

—dejame ir Yoongi –ignoró completamente los honoríficos, tenía que escapar de eso antes de romperse frente a min y humillarse una vez más.

—Por favor, dejame explicarte –Susurró, tan cerca de él que podía sentirlo. Su respiración, su colonia, su olor tan característico, quería sentirlo una vez más, quería poder tocarlo sin sentir que se engañaba a sí mismo o que lo engañaban.

—Ya sé todo Min, dejame ir –Se sorprendió cuando su voz sonó tan firme como la gravedad que los mantenía de pie. Sentía su cuerpo tan tenso y duro que podrían romper hielo con su cuerpo, se sentía un martillo humano.

—Quiero expli-

Yoongi entonces se vio interrumpido, TaeHyung cruzaba la puerta echando humo por las orejas. Estaba enojada, y sabía con quién. Yoongi soltó entonces a JiMin, lo dejó ir una vez más, viendo como su espalda desaparecía tras la puerta y como el Kim menor lo insultaba de tantas formas posibles. Lo veía, y veía como su vida se arruinaba una vez más, como su corazón se rompía al ver la cabellera rubia desaparecer una vez más y a él siendo tan cobarde para no ir a buscarlo.

Jimin merecía la verdad, toda la verdad. Necesitaba exponer su corazón y que él a pesar del rencor que le guardaba lo oiga y que tome una decisión. Debía decirle que su corazón le pertenecía por completo, solo a él.

El camino a casa fue tan silencioso como lo esperaba, con la fría mirada de TaeHyung sobre él en todo momento y los ojos rojos de jimin, que solo podían expresar dolor. Las preguntas contantes de SeokJin aparecieron y él no podía hacer más que evitar el tema, NamJoon por su parte intentaba calmar de alguna forma la inquietud que SeokJin mostraba, y HoSeok que estaba más callado que nunca.

Porque, debemos entrar un poco en la mente de HoSeok, sus sentimientos siendo tan vorágines en ese momento. Se arrepentía, tenia una mancha completa en su mente, porque se sentía tan culpable como Yoongi.

Cuando entraron en la casa todos desaparecieron, se encerraron en sus habitaciones, en sus vidas. Yoongi solo podía quedarse parado, viendo como todo se disolvía. Tantos años.

—YoonGi... Lo siento

Miró a HoSeok, sus ojos mostraban emociones que palpaban su piel día y noche, que penetraban en su corazón en aquel momento mientras se aseguraban de romperlo un poco más todo el tiempo.

—No tienes la culpa, nunca hable con sinceridad con él sobre ese tema –suspiró tan pesando, quería llenar sus pulmones de aire, pero nunca lo lograba —. Pero ahora... Él no me deja, no me quiere cerca.

—Lo siento –volvió a repetir, como si aquellas palabras solucionasen su vida. Él lo quería, lo creía entonces Yoongi solo afirmó y tomó sus disculpas como unas palabras que no tenían sentido para él pero que parecían serlo para el menor.

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SIN        EDITAR
NADA DE NADA

D      O      L       Y

Sjsjs tengo un problema con el "él y él (también El)", pero es que cambie el celular y por alguna razón el teclado no parece quererme mucho sjsjsj, entonces eso, seguro hay algún error me avisan❤❤

después de veinte besos • 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora