Dulce Russo, la pequeña y única hija del gran empresario Carlo Russo y la actriz Nicoleta Petreanu. Una niña especial, inteligente, inocente, que adora ser la niña de la casa y la luz de los ojos de su padre. Es idéntica a su madre, rubia casi albina, de ojos pardos como su padre pero pequeña como su madre, no llega al metro sesenta. Su apariencia la hace ver cómo una auténtica muñeca de porcelana. Pero es prohibida, quien sabe que haría su padre si viera que su pequeña está en brazos de otros hombres.
Dulce tiene apenas 16 años, aún le queda un año y unos meses de secundario, y luego... No tiene ni idea que piensa hacer con su vida universitaria, no sabe si tal vida va a existir. Pero lo único que sabe es que quiere vivir día a día, disfrutar de todo lo bueno que puede tener y tiene.
Sus padres siempre la han consentido mucho, su padre más ya que su madre por su profesión siempre se encuentra viajando por distintos países rodando muchas películas y series. Pero Carlo decidió sacrificar un poco de su vida para dedicarla a su única hija.Dulce cree tener todo lo que necesita: amigos, familia unida, un padre consentidor y educación de muy buena calidad y todo lo material que pueda llegar a querer. Sin embargo en el fondo sentía que algo más le faltaba,no es que no le bastará lo que tenía; pero sin duda su vida era muy monótona. A excepción, por su puesto, de las fiestas universitarias a las que las llevaba su mejor amigo Nicolás Montreal. Ella quería aventurarse, cometer errores, aprender de ellos para caer en nuevos errores. Quien sabe si por esas casualidades del destino, un meteorito atravesaba la tierra o los aliens aparecían una noche y la abducían o simplemente se atoraba con un trozo de pan en una cena y acababa con su pobre vida rutinaria, sin siquiera haber tenido su primera borrachera, su primer beso, su primer novio y encima virgen.No, Dulce no estaba dispuesta a eso. Iba a encontrar el modo de encontrar aquello que la apasione de tal forma que no la deje pensar y que la lleve a hacer locuras. Eso era lo que quería, hacer locuras. Tener los mejores años de su adolescencia antes de meterse en la vida universitaria, que seguro acabaría siendo lo que su padre le diga. Él siempre tiene la palabra exacta a la vista de Dulce, por eso le respeta tanto las decisiones que el tomé para la vida de ella. Pero quién dice quizás debe aprender a tomar las riendas de su vida y realizar todo lo que le provoque terror.
Dulce se encontraba en su alcoba, pensado en como se pasaba el tiempo y ella no hacía nada más que estar con sus amigos casi todos los fines de semana, salir algún que otro viernes o sábado de fiesta -aunque muy esporádicamente para su gusto- estudiar, obedeciendo siempre a su padre. En su momento de reflexión, se escucho que la puerta de su habitación se abría y por ella entró su padre.
- Hija, cómo estás? Recién llego de la oficina.- le dió un beso en la frente a su pequeña.
- Pa! Bien he estado todo el día estudiando.- se arrodilló en su cama y abrazo a su padre.- recién pare a descansar, ya me aburre leer esos libro.
Su padre río.- Dulce, esos libros plomazos son a los que en un futuro le darás las gracias por el conocimiento que te brindaron.- Dulce le sonrió.- vamos a comer pequeña ya son las nueve y Fiona ya preparo la cena. En realidad encargó la cena, sushi de Fredo's, tu favorita.
- Oh! Es que mi nana es la mejor.- se soltó de los brazos de su padre para correr escaleras abajo.- Fiona, nana hermosa.-abranzando a la anciana, ama de llaves de los Russo, prácticamente su "abuela".- ¿Dónde está mi sushi?
La anciana correspondió el abrazo gustosa y riendo le contesto.- Esta en la mesa, ya está todo listo.
- Eres la mejor, algún día te compensaré.- contesto Dulce dándole un sonoro beso en la mejilla.
- Con ver tu sonrisa todos los día ya soy feliz pequeña.- contesto la nana mientras se iba a la cocina.
Dulce y su padre se sentaron en la mesa solos, sin su madre como casi todos los días del año.
- Dulce, quiere hablar de algo importante contigo.- la rubia soltó sus cubiertos y sin dejar de saborear su porción de sushi favorita, asintió.- sucede que tienes un tío, el hermano de tu madre. Hace mucho tiempo no tenía contacto con tu madre ni conmigo, para ser.mss exactos, desde nuestra boda que no nos hablaba. Nikolay para nuestra boda tendría sus 17 años, tu no lo recuerdas porque eras mas pequeña tenías 4 años. La cuestion que al tiempo decidió entrar en el ejército ruso, y desde entonces no tuvimos contacto. Hace un tiempo nos contacto, y tú madre arregló que Nikolay vivirá con nosotros. Espero que no sea molestia, llegará en unos días.- Dulce que tenía un nudo en la garganta no podía pasar su rollito, y su padre la miraba expectante.
Con esfuerzo y un poco de agua, logro pasar el rollito y le contesto.- No tengo a nadie más que ustedes y a los abuelos de parte de mamá que nunca los veo porque viven en Rumania, y ahora resulta que aparece un tío ¡Un tío! ¿Cómo es posible que no me hayan dicho?
- Hija no te pongas histérica que te pones roja, fue un desliz, olvidamos a tu tío por feo que suene, o en realidad olvidamos el hecho de que era tu tío. En realidad seguro que en algunas cenas nombramos a Nikolay, pero es hermano adoptivo de tu madre, y nunca fue muy apegado a la familia, creo que no se consideraba parte de nuestra familia, yo creo que por eso olvidamos decirte de tu tío. Pero bueno ahora sabes que tienes un tío que seguro te va a adorar, porque ¿quien no te adora?.- su padre sonrió y espero a su respuesta. Sin embargo Dulce lo observaba sin expresión alguna.
ESTÁS LEYENDO
Dulce
RomanceDiecisiete años son cortos para querer vivir aventuras pero Dulce era así y todo lo que quería lo tenía. ¿Una niña malcriada? Quizás pero quién le puede decir algo: hija única, padres con dinero y amigos un poco adinerados también. Su nuevo propósit...