— ¡Jaehyun, que no me gustan las fiestas, no me obligues a entrar!
— Mark, has accedido a venir conmigo, así que vas a entrar como que me llamo Jeong YoonOh. — Se escuchó un bufido por parte del rubio. — Además le dije a Johnny que venías y Yug le dijo a Bambam que comprara de eso que te gusta beber.
— Desde que te juntas con los de la universidad te estás volviendo raro, ¡ni siquiera te gustaba salir antes!
— Que sí, que sí, sh.
Rodó los ojos mientras era empujado por el pelirrojo hacia la casa, ahí le vió y estaba tan impecable como siempre.
YoonOh le gritó al chico de ojos miel, el cual volvía loco a Mark desde que empezaron a hablar de una forma más seguida.
— No esperaba que en realidad vinieras, Changbin me dijo que hoy hacíais noche de películas, ¿no?
Changbin Seo, hermano de John, estaba en su misma clase, y claro que eran amigos, simplemente no quería negarse a la fiesta aunque no le gustaran. Tenía ganas de ver al mayor.
— A-ah, le dije que no iba.
Una sonrisa se formó en los belfos ajenos y mostró sus dientes blancos en su dirección, segundos después le extendió su mano y pronunció un "¿Bailas?". Lo único que pudo hacer el menor fue casi tropezarse consigo mismo gracias al empujón que le había dado Jeong detrás de él, agarrándose por ende a su mano para después darle una respuesta con un simple asentimiento.
Siempre ha sido de pocas palabras.
Se dijo Seo a sus adentros, pareciéndole tierno el leve rubor que cubría las mejillas del más bajo.
Comenzaron a bailar de forma lenta y, para la sorpresa de Minhyung, Johnny le tomó de la cintura para apartarlo un poco más a su cuerpo. Como acto reflejo el rubio deslizó sus brazos por el cuello del más alto mientras no dejaba de mirar a los brillantes y preciosos ojos ajenos.
— Mark — llamó, sacando al chico de su trance. Él solo le respondió con un "¿Hm?" lo cual hizo reír suavemente al más alto. — Sé que nos atraemos mutuamente, bueno, Jae me lo confirmó.
Ese maldito. Pensó Mark mientras fruncía el ceño.
— Y por razones obvias, ejem, él también, ejem, no hemos podido tener nuestros momentos solos. Toma este baile como el principio de nuestra primera cita, si me concedes guiarte toda la noche como si fuera una, claro.
— ¿Eres así de raro en cuanto a pedir citas siempre?
Eso hizo reír a John, acercándolo más a su cuerpo y agachándose para poder apoyar su mentón en su hombro.
— Supongo, si no te gusta lo sien-
Interrupción, su cuerpo se tensó al escuchar la voz de su menor tan cerca de su oído, haciendo que algo de su piel se erizara.
— Sí quiero, pero para la próxima me llevas a comer un helado o algo.
Esta vez el que rió fue él, inundando los oídos ajenos con su melodiosa risa. Claro que no fue la primera vez que lo escuchó reír, pero la mayoría fueron hechas por Jeff, a quién le tenía algo de envidia por ello mismo, la que se esfumó en cuanto sintió al menor posar sus labios en su mejilla.
— ¿Entonces mis mejores amigos son amigos y están saliendo?
— ¡Dios, Jeff, déjanos en paz!
El comentario del rubio hizo explotar en carcajadas al pelirrojo quien solo respondió con un "ya, ya" para después marcharse y por fin dejarlos solos.