Run Away

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―Catra... ―Hablo Adora en su forma de She-Ra fijándose en la chica felina que esta de rodilla delante suya teniendo varios cortes por la espada ―Tenemos que hablar.

Catra se quedó en silencio sujetando una de sus muñecas que estaba lastimada, miro a su ex mejor amiga que solo era su enemiga. No confiaba en ella, no después de lo que le hizo, pero hubo algo nuevo en la rubia que le dijo que la tenía que escuchar.

She-Ra desapareció y en su lugar apareció Adora en su forma normal y para sorpresa de la chica felina esta se dejo caer de rodillas para igualar en la situación en que estaban.

Fue una oportunidad para asaltar a la mujer indefensa y terminar la guerra donde llevaría la cabeza a Hordak y sería aclamada como un héroe...

La idea la estremeció y esperó su oportunidad.

La rubia la miro con lastima ―Lo he estado pensando mucho ―Intento tocar una mejilla de la morena que tenía un corte y salía sangre, pero unas garras filosas hicieron acto de presencia y la mantuvo alejada ―Nos estamos lastimando otra vez y yo solo quiero estar contigo de nuevo ¿no quieres acabar?

La respuesta siempre sería Si.

Catra se cansó de todo el asunto de la espada mágica y una princesa del poder que hizo que ella misma se perdiera en la venganza y el odio también lo que mas le dolió fue perder a su mejor amiga que tampoco tenía la culpa. Desecho la idea de asaltar desprevenidamente a su enemiga.

―Escucha si me vas a venir con todo ese asunto de que Horda es malo y que me vaya contigo a la rebelión blah blah no me interesa ―Maldita sea su orgullo― Hablas mucho princesa y ya conozco el final. ―Era algo que siempre repetía, pero decidió darle una oportunidad―. Así que escuchare lo que tengas que decir.

Adora negó con la cabeza donde sabía que Catra iba a decir eso, ya se memorizo las palabras a la perfección y no se sorprendió ante esas palabras específicas, pero le tomo sorpresa el hecho de que esta vez si la escucharía.

―Huyamos ―Lo dijo sin pensar tomando por sorpresa a ambas por igual.

― ¿Qué? ―Pregunto la morena con sorpresa cuando lo escucho la idea Adora.

Nunca pensó en que propusiera la idea. Desde que eran niñas siempre han dicho de que huirían de Horda para ver al mundo pero eran otro tiempos diferente donde no había guerra ni espada. Catra no era una persona que huía fácilmente de las batallas personales y conoce a Adora como la palma de su mano y ella era igual que ella así que tomo la propuesta con desconfianza.

―Vayámonos de aquí Catra ―Estaba realmente convencida de hacerlo, era un riesgo dejar todo a su suerte, pero estaba dispuesta a tomarla ―Dejemos que ellos se maten. ―La idea de abandonar a sus nuevos amigos no le agradaba, pero esperaba que algún día pudieran perdonarla.

Catra seguía sin poder creer lo que estaba escuchando ―Adora ¿te estás escuchando? ―Pregunto exaltada mirando fijamente para ver algún atisbo de duda en sus palabras y expresiones, pero no lo encontró solo había perseverancia ante la idea― Lo que propones...

―¿Estúpido? Lo sé, pero es algo que llevó pensando y me agrada ―Adora se levanta del suelo y levanto su espada poniéndoselo en la espalda y le da su mano a la otra chica donde la acepto― Así que vayámonos.

Es un mañana tranquilo para Catra.

Desde que ella y Adora huyeron pasaron varios años y ya contaban 21 años respectivamente. Al principio se movieron de lugar en lugar por seguridad y para que ningún soldado de la rebelión u Horda las reconociera, pero finalmente decidieron asentarse en los alrededores de un pequeño pueblo en las a fueras de un bosque. El pueblo estaba lo suficientemente lejano de todos los lugares conocidos de la rebelión u Horda así que era perfecto. Catra salió de su cabaña de madera con la orden de traer pan fresco mientras que Adora se quedaba a preparar el té y las frutas.

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