ENAMORADO DE UN IDIOTA ✔

CAPÍTULO 95: "¿SI FUI YO? ¿POR QUÉ SIGUE VIVO?"

Durante los últimos días en Qinhuangdao, los familiares siguieron viniendo a visitar a su abuelo para el Año Nuevo, pero nunca llegó la familia de su padre. Le preguntó al anciano por qué no habían venido, el lo miró fijamente y gritó: "¿Si se atreven a venir? ¡Los mataré a golpes!"

Jian Suiying imaginó cómo el anciano correría a golpe a su padre por toda la casa y se rió. Al mismo tiempo pensó en lo ridículo que sería, no pudo evitar suspirar. Conoce el tipo de relación que tienen el anciano y su papá, y cree que será difícil de reparar en esta vida. Finalmente, los dos pudieron sentarse en la misma casa y cruzar algunas palabras, además, de la farsa entre él y Jian Suilin. El padre ya no podía perdonar a este hijo, y no quería volver a enfrentarse a su padre.

Sacudió la cabeza y vio a la empleada poner su ropa en la maleta.

"¿Te irás hoy?" Preguntó el anciano.

"Bueno, él también debe regresar al ejército, desde Beijing", dijo Jian Suiying en dirección a Bai Xinyu.

Bai Xinyu suspiró: "De nuevo debo regresar al lugar donde los pájaros no cagan." Aunque las palabras fueron reacias, sin embargo, Jian Sui Ying vio que no parecía sentir repulsión, y en cambio no pudo ocultar la sonrisa de su rostro.

Jian Suiying ridiculizó: "Creo que realmente quieres estar allí. ¿Qué pasa, las tías en la cafetería son todas hermosas?"

"Tonterías, hay una tía en la cafetería, he estado allí por tanto tiempo y solo he visto una cerda" Bai Xinyu frunció los labios con enojo, "Me ha estado alimentando por más de un mes, mierda".

Jian Suiying le dio una mirada pálida: "¿Entonces de qué te ríes? Si no lo supiera, pensaría que ibas de vacaciones".

Bai Xinyu tocó su rostro, murmurando: "Quién se ríe ... apúrate, tengo que volver y empacar mis cosas".

Después de almorzar los dos regresaron a Beijing. Después de que Bai Xinyu regresó a su casa, Jian Suiying también regresó a casa de Xiao Zhu.

No esperaba que Xiao Zhu no hubiera regresado todavía, así que lo llamó y se enteró de que su boleto estaba fijado para el día mañana.

Jian Suiying no podía soportar quedarse solo en casa. Después de pensar durante mucho tiempo, condujo de regreso a su antigua hogar. Después de que las tres personas se mudaron, el lugar quedó bastante desierto, el ama de llaves que había estado trabajando en su casa durante mucho tiempo se quedó y los demás se fueron con su papá. Estaba pensando en el camino para redecorar la casa y borrar los rastros de esa mujer y Jian Suilin.

Aparcó el coche en el patio y entró en la casa envuelto en un abrigo. El ama de llaves escuchó el sonido de su auto y le abrió la puerta desde adentro, con expresión de pánico: "Joven maestro ..."

"¿Qué pasa?" Empujó la puerta de la habitación y, a primera vista, vio a Zhao Yan de pie en la sala, dando ordenes a los trabajadores que colocaran una porcelana.

Zhao Yan volvió la cabeza para verlo, su rostro se puso pálido al instante.

Jian Suiying entrecerró los ojos y dijo con frialdad: "¿Dije que no puedes entrar aquí de nuevo?"

Los labios de Zhao Yan temblaron ligeramente.

Jian Suiying señaló la puerta: "Vete".

Zhao Yan miró a su alrededor. No había marido en el que pudiera confiar, ni su hijo. sólo estaba el joven maestro de la familia Jian al que temía profundamente, y un puñado de sirvientes que habían recibido favores de la antigua esposa de la familia Jian que lo habían visto crecer. Con un apretón en el pecho, se armó de valor, apretó los dientes y preguntó: "Sui Lin todavía está en el hospital, dijo que se encontró con unos ladrones, yo, no lo creo, ¡lo hiciste tú!"

Jian Suiying apretó los puños. Si la persona que estaba frente a él no hubiese sido una mujer, definitivamente lo haría, golpearía a esta persona hasta matarla. Dijo con crueldad: "¿Si fui yo? ¿Por qué sigue vivo?"

El cuerpo de Zhao Yan temblaba horriblemente, con lágrimas en los ojos, lo miró con fiereza, abrió la boca, finalmente no se atrevió a decir una palabra más.

Jian Suiying gruñó: "¡Vete! ¡Ni tú ni ese bastardo pueden entrar aquí nunca más! Quemaré todas tus cosas y a ti junto con ellas si atreves a desafiarme".

Zhao Yan bajó la cabeza y salió corriendo por la puerta rápidamente.

Después de que se fue, Jian Suiying se sentó en el sofá y no pudo levantarse durante mucho tiempo.

Ahora, incluso si escuchaba esas tres palabras 'Jian Suilin', se volvía loco. Si aún no recitaba que Jian Suilin era de su familia de todos modos, nunca hubiera detenido a Li Yu. Cómo deseaba que el llamado hermano menor que le había impuesto la vergüenza de haberlo forzado y el pecado del mal desapareciera en este mundo.

Jian Suiying se puso de pie y dijo a la gente de la casa: "Llamen a la empresa de decoración, derribaré sus habitaciones. Si en un futuro Zhao Yan o Jian Suilin regresan, tienen prohibido la entrada".

Jian Suiying durmió en casa ese día, y esta casa no le ha dado tanta tranquilidad en mucho tiempo.

En la tarde del día siguiente, personalmente recogió a Xiao Zhu del aeropuerto.

En su impresión, Xiao Zhu siempre ha sido una persona tímida. Por lo general, los dos salen juntos, él también es muy escrupuloso con los ojos de los demás y no tendrá ningún comportamiento íntimo con él. Pero esta vez, Xiao Zhu salió por la salida, y en el momento en que lo vio, rápidamente se acercó y se arrojó a sus brazos.

Jian Suiying lo miró inesperadamente, luego sonrió y le acarició la cabeza.

Xiao Zhu tartamudeó y dijo: "Yo, yo también te extrañe". Realmente lamentó que cuando habló con Jian Suiying por teléfono ese día, no haber dicho esta oración. Si lo hubiera dicho en ese momento, se habría sentido diferente.

Es una pena que Jian Suiying haya olvidado que cuando estaba frustrado y caótico, dijo que lo extrañaba, pero él todavía estaba muy feliz con el entusiasmo de Xiao Zhu y tomó la iniciativa de ayudarlo con su equipaje.

Los dos fueron al supermercado a comprar un montón de ingredientes y luego regresaron juntos a la residencia de Xiao Zhu. Xiao Zhu trajo muchos productos especiales de su ciudad natal e hizo algunos platos típicos de su ciudad esa noche. Había vino, carne y belleza. Jian Suiying finalmente sintió que había recuperado un poco de orgullo.

Después de cenar, Xiao Zhu tomó la iniciativa de seducir a Jian Suiying, lo abrazó y lo presionó en el sofá para besarlo. No hay nada de malo con la persona y el ambiente, pero Jian Suiying todavía siente que no puede concentrarse. Besos, intimidad, sexo, esas cosas ...

Jian Suiying solo sintió que los recuerdos trágicos aparecieron en su mente, y las imágenes de la infracción sin sentido de Jian Suilin debajo de su cuerpo continuaron resurgiendo una tras otra. Se puso de pie y negó con la cabeza, sintiendo la oscuridad en sus ojos.

Xiao Zhu susurró: "¿Qué pasa?"

Jian Suiying respiró hondo, se levantó de él, apoyó la cabeza en el respaldo del sofá y respiró lentamente.

Xiao Zhu lo miró preocupado: "¿Te sientes bien?"

Jian Suiying dijo tontamente: "Estoy bien".

El timbre del teléfono sonó y los sorprendió a ambos.

Xiao Zhu se quedó atónito durante medio segundo, luego se levantó de un salto para tomar el teléfono y pasárselo a Jian Suiying, quien lo tomó y vio que la palabra "Li Xuan" se mostraba en la pantalla. Las venas azules de su frente saltaron hacia afuera, y su intuición no era nada bueno.

***Final del Capítulo***