Las Confesiones Duelen

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Diego en medio del camino le agarra la mano a Briggi y la guía para poder sentarse en algún lugar, llevaba una sonrisa en su cara, mientras que ella iba muy nerviosa, llevaba un sonrojo por la cercanía con el muchacho y no sabía que hacer o que decir, encuentran una banca.

—¿Nos sentamos aquí? —Pregunta dudoso Diego.

—Claro— dice Briggi feliz

El la observa nervioso— ¿Tu sabes de que es lo que te quiero hablar?

—No para nada, ni sabía de esto— ríe nerviosamente.

— Entonces seré directo — Diego voltea su rostro.

— Está bien ya dime—lo mira dudosa.

— me llegaron unos rumores sobre ti.

Briggi se sorprende— no sé qué decirte.

— Solo respóndeme esto con la verdad.

Ella lo incentiva— esta bien.

— ¿Es verdad que yo te gusto?—dice él mirándola con intensidad.

—No creo que alcancemos a hablar hoy, debo irme— se levanta y trata de irse.

— no te vayas, debemos hablar—le coge la mano y la detiene.

—no puedo quedarme ya llegaron por mi — se va y abre la puerta del auto

Él trata de volver a detenerla pero no puede y le grita — tengo novia—

— Que te vaya bien con ella — se sube al carro con lágrimas en sus ojos.

El auto se va pero no solo se va con la chica también se va con los corazones de ambos; ella no tiene el valor de verlo lo único que puede hacer es llorar en los brazos de su mejor amiga mientras que el solo la ve irse en el auto sin saber que su corazón se iba con ella, no sabe qué hacer, se siente impotente.

Por Favor No Me OlvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora