Necesidades...

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Fumando un cigarro desde el balcón de mi habitación la observaba jugar con el perro en el jardín, lindo carácter tenía la morocha, cuando quería sacaba las garras, y los colmillos también; porque pude ver que tiene unos bonitos colmillos. Colmillos que muy pronto estarán mordiendo mis almohadas en lo que yo le doy sexo duro y salvaje a su dueña.

Como dije, la quería para mí, y me cabreaba un poco no saber si tenía pareja o no. Estuve a punto de hacer una estupidez y exigirle que me respondiera si tenía o no pareja, tenía que pensar con la cabeza fría frente a ella, si quería ganármela para luego cogerla, tenía que ser paciente. Pronto la doblegaría, ella sería mía, y nada iba a impedirlo.

Su sarcasmo me daba gracia. ¿Amigos? Claro que tenía amigos y eso lo vería en un rato cuando todos llegaran en manada, éramos cinco hombres. Ya quería ver el desastre que tendría que limpiar luego. Me frustraba que no me prestara la atención que quería, ni que se inmutara cuando estaba tan cerca de ella, tan cerca de su piel, de su aroma, aroma a algo que aún no llegaba a reconocer.

- Acosador y pervertido ¿Se me olvida algo más "señor"? – Susurro Morena en mi oído.

No ponía fáciles las cosas esta mujer, no era bueno controlándome

- Si, un jodido violador si te acercas tanto a mi ¿Qué queres? – dije gruñiendo y apretando los puños, había tomado mis pastillas para la ansiedad, pero como dije ella era perjudicial

- Su majestad, quería saber si quería que le preparara el almuerzo antes de irme - Respondió la descarada sin asustarse y riéndose en mi cara, pero ¿Qué era eso de irse?

- No. ¿Tan temprano salís? Quiero una hoja con tus horarios – exigí

- Bueno me voy, le dejo la hoja sobre la mesa – dijo retirándose aunque creí escuchar que susurró controlador muy bajito. Y es que todavía no tenía ni idea en quien podía llegar a convertirme.

Admirando su redondo culo cubierto por la fina tela de la falda la seguí hasta el comedor, donde ya se encontraba su bolso y celular encima de la mesa. Me quede esperando que trajera papel y lapicera con la idea de revisar su celular rondándome la cabeza.

Pero cuando me decidí por hacerlo ella ya estaba llegando y anotando todo rápido y con letra clara. Lo curioso fue la cara de pánico que puso al escuchar su celular sonando por una llamada entrante. Y como era yo quien estaba más cerca pude leer el nombre del contacto y una sonrisa escapó de mis labios.

- ¿Basura caca infiel? – pregunte tomando el celular y leyendo, pero ella estaba inmóvil y ruborizada

- Mmm si, es un ex insistente... Jesús – dijo acercándose para querer tomarlo.

- ¿Y no lo has bloqueado, existe esa opción en el celular sabes? – Me burlé levantando el celular encima de su cabeza haciendo que ella se pusiera de puntitas para lograr alcanzarlo

- Devuélvamelo por favor, a usted no le interesa - bufó cruzando sus brazos y es que la morocha era sexy enojada

- Solo jugaba, pequeña niña – dije acercándome y arrinconándola contra la mesa, pero ella nunca bajó la mirada, ni siquiera hizo amago de alejarse

- ¡Deme mi celular ahora! – ordenó cuando una nueva llamada hacía sonar el teléfono

- No se me da la gana – dije acercándome a su boca y luego contestando la llamada - ¿Hola? – dije sonando cansado y agitado.

- ¿Y vos quién mierda sos y que haces con el teléfono de mi novia? – gritó un estúpido del otro lado de la línea

- Difícil pregunta hermano, espera Morena, no ves que estoy al teléfono - dije soltando un gemido actuado cuando ella luchaba por quitarme el celular.

- Dame ya el puto teléfono – susurró enojadísima la niña caprichosa

- Pásame ya con Morena porque voy a matarlos a los dos – amenazó "Jesús" alias basura caca infiel.

- Para para para, ¿Vos me estas amenazando a mí? – Pregunté carcajeándome en sus narices – Así mi amor, pero más lento – susurré fuerte volviendo a gemir y observando a una atónita y furiosa Morena

- Sos un estúpido no puedo creer que estés haciendo esto – dijo riéndose y volviendo a arremeter contra mi pecho para recuperar el teléfono,

Y ahí lo supe, ese era mi paso libre tomándola de la cintura la di vuelta y la encerré entre mi pecho y la mesa. Poniendo el altavoz y dejando el celular encima de la mesa, lejos de sus manos.

- ¿Morena qué estás haciendo, tan rápido me cambiaste? Yo sabía que eras una puta que se hacía de rogar – grito y se carcajeo el forro de su ex.

- Shhh shhh shhh, paraa, vos hace lo que yo te diga, si no voy y le bajo el ego a trompadas al hijo de puta ese ¿okey? – le dije agarrándole las manos. Y separándome un poco de ella, tenerla tan cerca me estaba excitando.

¡Contrólate ya no sos un puto crio, ya sos un hombre!

- Quiero que digas mi nombre gimiendo, ahora – pedí

- ¿Vos queres que después me busque y me mate? – susurro enojada mirándome con pánico

- ¡Solo hazlo joder! – Susurré golpeando la mesa, España no se iba a ir nunca de mi

- ¿Morena? ¿Qué le estás haciendo hijo de puta? Dejala en paz– se escuchó de fondo

- Ahora me defiende y recién me decía puta, ¿Es pelotudo o se hace?


- "Puleme el jodido clítoris..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora