Prólogo

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Una antigua leyenda dice que la fortuna es subjetiva.
Algunos tienen buena suerte, otros simplemente no.

Esta es la historia de dos chicos increíblemente diferentes, tanto que se los comparaba con el agua y el aceite, como el invierno y el verano.

Uno era cálido y dulce, amable, simpático. Convivir cerca de él te hacía sentir en casa, como si estar a su lado borrara todos los males del mundo. Era agradable como el verano y bello como la primavera.

En cambio, el otro era todo lo contrario. Frío y antipático, grosero, haragán.
Su pasado lo marcó tanto que terminó convirtiéndose en alguien totalmente opuesto a lo que alguna vez fue.
Era un chico totalmente cerrado y callado, no le gustaba convivir con mucha gente y disfrutaba de su soledad. Era frígido como el invierno y seco como el otoño.

Así incluso siendo tan diferentes se aceptaron, el invierno y el verano; por que pasado el tiempo se dieron cuenta que se necesitaban mutuamente para coexistir en paz.
Aún con sufrimiento y con dolor, con penas y calumnias.

Por que eran sanación mútua, ambos se precisaban para vivir.
Pero no se dieron cuenta hasta el final, cuando terminaron siendo dos míseros ciegos enamorados y perdidos en los parrales de la montaña.

Ceguera Entre Parrales. [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora