Capítulo 13

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Audio libro –capitulo {13}) Todos los derechos reservados Xiao xiang Dong'er el autor original y al canal Gabriela Reyes H por compartir el audio libro.

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 Yan Xuen fijó su mirada en ella intensamente, sus ojos iluminándose como fuego. Chu Qiao bajó del caballo, su ligera forma no mostrando problema alguno en hacerlo. Una vez bajó del animal, alzó su barbilla para mirarle. —Me voy, Yan Xuen. Aunque podríamos vivir en mundos diferentes, en mi corazón recordaré todas las veces que me diste una mano. Si llega el día en que pueda devolverte ese favor, lo haré.

Yan Xuen no respondió, pero una leve sonrisa llegó a sus labios.

Por la mirada en su rostro, Chu Qiao sospechó que algo pasaba pero no pensó más en ello. Se acababa el tiempo, y no le convenía quedarse allí. Aunque todo el asunto estaba un poco fuera de sus manos, no solo Yuwen Yue salió de la nada, sino que las tropas de la Familia Wei y la Caballería Intrépida fueron alertados también. El alcance de la conmoción fue ridículo. Sin embargo, en una ciudad tan grande, ella confiaba poder ocultarse de manera segura.

La niña se arrodilló y apretó el abrigo que llevaba puesto. Echó un último vistazo a Yan Xuen, entonces se giró y rápidamente corrió hacia la calle vacía.

Pasos de caballo sonaron bruscamente detrás de ella. Antes de que pudiera volverse y ver, el diminuto cuerpo de Chu Qiao fue recogido por alguien. La risa de Yan Xuen sonó cálida detrás de ella.

—¿Crees que no puedo proteger a una chica como tú? ¡Vamos! Regresamos a Yan Bei esta noche.

¡Veré qué pueden hacer al respecto los generales del Ejército Wei y la Caballería Intrépida! —Dicho eso, hizo caer su látigo con fuerza, luego galopó rápidamente hacia las puertas de la ciudad.

—¡Su Alteza! —Sorprendidos, Feng Mian y Yan Shiqi gritaron en voz alta al mismo tiempo.

—Shiqi, reúne a nuestros hombres y seguidme fuera de la ciudad.

El viento del norte silbó y la nieve cubrió el cielo. Más de cien jinetes galoparon frenéticamente en las calles y asustaron a una gran parte de los residentes de la ciudad de Zhen Huang. Pero ninguno estaba interesado en saber qué sucedió esa noche. Sellaron cautelosamente sus ventanas, temiendo que les llegara un problema si se involucraban.

Yan Xuen detuvo a su caballo de guerra, y luego levantó una mano para detener los movimientos de los Guardias Yan detrás de él. El joven príncipe levantó su barbilla ligeramente, mirando fijamente las filas de soldados en el lado opuesto. Yan Shiqi espoleó hacia adelante. —Somos soldados de Su Alteza, el Príncipe de Yan Bei, Yan Xuen. ¿Quién va allí y por qué bloqueas nuestro camino? —Gritó en voz alta.

—Yo soy el Comandante General del Ejército de la Barricada Norte de la Caballería Intrépida con órdenes de cerrar esta carretera. —Una voz resonante sonó a través de él.

Las cejas de Yan Xuen se tensaron. —¡Tengo órdenes imperiales del palacio de Sheng Jin! ¿Quién se atreve a interponerse en mi camino?

—Proclamó, mostrando su disgusto.

—Eso es bastante desafortunado. —Una voz ligeramente femenina habló lentamente. La voz no era fuerte, pero en la noche silenciosa sonaba más bien penetrante y densa de frialdad.

Un joven vestido con una túnica de seda verde rodeó a la multitud. Sus labios formaron una leve sonrisa, entonces lentamente dijo: —Príncipe de Yan, desafortunado para ti, también tengo órdenes imperiales del palacio de Sheng Jin.

La leyenda de Chu Qiao: Príncipesa Agente de la 11ª DivisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora