Durante su juventud, Ginebra era una joven entusiasta y llena de vida. Apasionada por las ramas del arte, era una destacada vocalista, una eximia artista urbana y su gran pasión era la fotografía. Su sueño como cantante se había esfumado una noche lluviosa, en la que a pesar de haber ejecutado una bella entonación, la ausencia de Hugo esa noche y una serie de eventos brutales le hicieron perder su encanto.
Pasaron algunas semanas y tanto Hugo como Ginebra decidieron volver a vivir su amor. Ese amor, por el cual más tarde celebrarían sus 20 años de casados.
Durante todo ese tiempo, Gin continuó dándole forma a su carrera artística, convirtiéndose finalmente en una destacada artista plástica. Su talento para manejar el pincel se había multiplicado fuertemente y de una gran artista urbana, pasó a ser una de las más reconocidas galeristas de España.
Esa mañana en la que Gin y Hugo celebraban sus 2 décadas de casados, tras el desayuno y la despedida de él, Diego se levantó de dormir y se acercó a saludar a su madre. Al hacerlo, la notó triste y preocupada.
- ¡Buen Día madre! Felicidades.
- ¡Muchas gracias hijo! ¿Cómo has amanecido?
- Muy bien pero… A ti no te veo bien. ¿Por qué estas afligida?
- Tu padre me preocupa. Se levantó extraño y no lo vi bien.
- Pero ¿Cómo? Si estaban de lo mejor en el desayuno.
- Son cosas de su pasado. Cosas que creyó haber superado y no pudo.
- Que pena. Es triste que suceda esto. – dijo Diego y finalizó – Bueno madre, perdóname, pero me tengo que ir. Voy al circuito a entrenar.
- ¡Recuerda que no debes olvidar tus estudios!
- ¡Lo sé madre, lo sé! – exclamó Diego huyendo por la puerta.
Tras haber quedado sola, Gin se encerró en su atelier e intentó combinar colores sobre un lienzo en blanco. Al quedar frente al lienzo, sintió que por primera vez estaba artísticamente vacía. Ninguna idea lograba acercarse a su mente abierta e imaginativa. Sentía que los pensamientos de Hugo de alguna forma la involucraban y la hacían sentirse mal: "¡Ay amor! Si tan solo supiera cómo hacerte salir de esta aflicción." Pensaba ella. Y con este pensamiento, decidió salir a la calle a caminar. Recorrió calles, bares y plazas. Paseó la vista por diferentes sitios, admirando su arquitectura grecorromana. Visitó galerías de exposición y salones de fotografías, para ver si podía hacer resurgir esa fuerza inspiradora que la convertía en artista… Nada podía satisfacerla.
Regresó a su casa, buscó la cámara fotográfica, salió a tomar un taxi y reinició su recorrido por la ciudad. Se adentró un poco más en ella y comenzó a capturar imágenes interesantes con su flash. Comenzaba a disfrutar del momento. Ya con la memoria de su cámara bien cargada, decidió retornar a su casa para comenzar a plasmar el arte en su lienzo. Sin embargo, nuevamente la mirada abatida de Hugo la volvía a preocupar. Cuando ingresaba, sintió que su móvil empezó a sonar:
- ¿Aló?
- ¡Mi amor! Llamo para avisarte que no he asistido al trabajo.
- ¿Cómo que no has asistido cabrón? Yo preocupada por ti y tú te rajas por cualquier lado ¿Cómo es eso?
- ¡Ya mujer no empieces a cuestionar! Peor hubiera sido contarte primero lo que tengo a mi lado y que por ello tu deduzcas que no fui a trabajar, antes que yo te lo diga.
- OK, vale. Pero dime ¿Qué llevas contigo?
- Jajaja, te carcome la curiosidad
- Ándale mítico, no seas así. Nos conocemos de hace tiempo. ¿Qué es eso que tienes para contarme?
ESTÁS LEYENDO
Por tu amor
RomanceLos hechos ocurren 21 años después del último encuentro entre Babi y Hugo (Hache). A pesar de haber confirmado su amor por Gin, Hugo parece no olvidar a Babi. Sus hijos reviven...