Capítulo 13 (Una Situacion Dificil)

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Luego de haber hecho el amor durante dos horas, ambos terminaron rendidos uno al lado del otro. Perla abrazaba a Diego, atravesando su brazo por encima de su cuerpo, mientras que él le acariciaba su cabello, la parte que más le gustaba de ella.

- Te has enamorado de mi cabellera. – le dijo Perla.

- De mucho más que de tu cabellera mi niña. Desde aquella bofetada que me diste en la calle, despertaste mi curiosidad. Y ahora, has capturado mi corazón.

- Pues tú me ganaste aquella noche que tuviste la valentía de pelear por defenderme. A mí y a tu prima. Luego de eso, fuiste todo un caballero, llevándome a casa. Y hoy, me has hecho pasar el mejor día de mi vida. Me hiciste olvidar mil y un cosas de mi cabeza y me siento mucho más libre. Y a todo esto, me has hecho conocer el amor.

- Pues yo ya conocí el amor al verte. Fue amor a primera vista.

Perla se sintió halagada por lo que Diego le decía y se acurrucó más contra él, para que sienta su calor.

Cuando el sol empezó a ocultarse, Diego le avisó a Perla que era hora de volver. El tiempo se les había ido volando y de seguro que Babi estaría preocupada por la ausencia de su hija. Subieron al deportivo amarillo y partieron nuevamente hacia Montmeló. En el transcurso del viaje, un mensaje llegó al móvil de Perla:

"Perla amiga, tu madre me acaba de llamar preguntando por ti. Le dije que estabas aquí y que no querías hablar con ella. No sé que sucederá. Aparécete por favor. Valentina."

Perla se asustó por lo que le decía su amiga. Diego interpretó su reacción:

- ¿Quién era?

- Es Valentina. Acaba de avisarme que mamá llamó a su casa preguntando por mí.

- Pues vamos. No podemos perder más tiempo. – dijo Diego acelerando el coche.

Por primera vez, Diego comenzó a manejar rápido y preocupado. Sin lugar a dudas, algo le latía en el corazón y no era precisamente el amor que empezó a sentir por Perla, sino algo diferente. Una corazonada que le decía que algo andaba mal. Un presentimiento de que algo malo ocurriría. En ese momento, su móvil también empezó a sonar:

"Tío, vente rápido al autódromo con ese coche. Algo raro está pasando aquí. Vente cuanto antes. Carles"

- Algo anda mal. – dijo Diego con tono pesimista.

- ¿Por qué?

- Carles está preocupado. Pero no me dice por qué. Solo me pidió que regrese al autódromo con el coche cuanto antes.

Finalmente, llegaron a Montmeló, donde el equipo estaba esperándolos. Pero ingrata fue su sorpresa, al descubrir cuatro patrulleros de la Guardia Civil demorando a los integrantes de la escuadra.

- ¿Qué carajos pasa acá? – se preguntó Diego deteniendo la marcha de su coche.

Cuando bajó del auto un oficial se le acercó:

- ¿Diego Olivera?

- Sí oficial… ¿Qué ocurre? – preguntó Diego sin entender la situación.

- Queda detenido por su participación en competencias clandestinas llevadas a cabo en el puerto hace un mes.

- ¿Cómo dice? No puede ser, debe ser un error. – dijo Diego queriendo engañar a los oficiales.

- No hubo ningún error, señor Olivera. El número de placa de su motocicleta coincide con el de una de las siete placas que alcanzamos a tomar. Además, nos llegó un video de internet donde se lo identifica claramente. – respondió el oficial.

Por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora