Tres

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Las seis semanas pasan. Louis ahora tiene doce semanas y no se está divirtiendo.

Las náuseas matutinas se han calmado, claro, pero no tanto como quisiera (él quisiera que se hayan ido por completo).

Pero también tiene una barriguita con la que Harry está literalmente obsesionado. Es adorable, sin embargo, así que a Louis no le molesta.

—¿Puedes hacerme un poco de té?—Louis croa, aclarando su dolor de garganta y suspirando. Las nauseas matutinas siempre hacen que su garganta arda, y la única cosa que parece ayudar es el té.

—Claro—asiente Harry. Tararea caminando hacia la alacena y la abre. Louis camina detrás de él y envuelve sus brazos alrededor de su cintura, descansando su barbilla en el hombro de Harry.

—Buenos días—dice en voz baja. Harry sonríe y ladea su cabeza un poco hacia atrás para picotear los labios de Louis.

—¡Buen día!—dice alegremente, comenzando a verter agua en la tetera que descansa sobre el mostrador. Louis suspira y presiona sus labios para un suave beso en el cuello de Harry.

—¿Por qué tan feliz?—se queja Louis, pero hay una luz de burla en su tono, porque, bueno, ¿cómo podría no estar feliz con Harry?

—No lo sé—admite Harry, encogiéndose de hombros alegremente mientras pone la tetera en la estufa.

—¿Cómo estas, por cierto?—sonríe más ampliamente—¿Cómo está el bebé?

Es el turno de Louis para sonreír y encogerse de hombros.—Bien y bien—él asegura, apretando la cintura de Harry un poquito.

—Creciendo, supongo. No lo sé. Creo que tú has estado prestando más atención que yo.

Harry ríe.—¡El tamaño de una ciruela!—él recuerda. Louis se ríe también. Harry gira en el agarre de Louis, poniendo una mano en el pecho de su esposo y presiona un beso en sus labios.—Te amo.

—También te amo, bebé—dice Louis con una brillante sonrisa en su cara. Harry entonces tose falsamente y arruga la nariz.

—¡Ve a cepillar tus dientes!—se carcajea Harry.—¡Tu aliento matutino es asqueroso!

Louis se acerca de nuevo y pellizca el trasero de Harry antes de caminar hacia el baño para seguir las indicaciones de sr. Mandón. Puede escuchar un grito de Harry mientras se aleja, haciéndolo sonreír.

Las baldosas en el piso del baño están frías cuando las pisa con los pies descalzos. Se estremece ligeramente, tomando sus cepillo de dientes y la pasta dental.

Louis se mira en el espejo mientras cepilla sus dientes, porque, ¿quién no? Sin embargo, nota algo diferente en su rostro. Se ve mas brillante de lo normal. La línea fuerte de su mandíbula también está desapareciendo, luciendo un poco más redonda.

No lo odia. Simplemente no sabe si va a llegar a acostumbrarse. Después de un profundo lavado de dientes, escupe la pasta de dientes y se limpia la boca con el dorso de la mano y camina de regreso a la cocina.

Harry inmediatamente le da una taza de té caliente, haciéndolo sonreír.—Gracias, bebé—dice tomando un sorbo. Harry sonríe y se sienta en la mesa de la cocina mientras desbloquea su teléfono. 

—Deberíamos conducir a la casa de mi madre más tarde, para darles las noticias—sugiere Harry, y Louis asiente. Es tan suertudo de que Anne lo ame, porque el sentimiento es mutuo. Harry siempre quiere visitarlos a menudo, y sería horrible que Louis tenga que ir hasta allá todo el tiempo y que no le agrade a nadie.

—Está bien—Louis concuerda, y toma un sorbo más de su té.

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Masculinity | L.S. mpreg (traducción) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora