Yoon Seungho fue el primero en despertar ese día, una de las imágenes que más disfrutaba últimamente, era ver a Nakyum durmiendo a su lado con el cabello desarreglado y con los labios rojos como si se los mordiera mientras dormía. ¿Cuántas noches llevaban durmiendo juntos? Ni siquiera podía recordarlo, fueron tantas veces que se volvió una costumbre, sin mencionar que la noche anterior no habían tenido sexo.
Las pesadillas que solían incomodarlo mientras dormía, eran más llevaderas cuando abrazaba a Nakyum y el chico, bueno, se había acostumbrado a sus movimientos.
Alguien llamó a la puerta, un sirviente apareció frente a él y a Seungho poco le importo que notarán la presencia de Nakyum en su habitación porque todos ahí sabían que ese chico recibía tratos especiales que ningún otro empleado había recibido antes.
Seungho se vistió y esa mañana salió de caza acompañado por varios de sus empleados, estuvo ocupado bastante tiempo y al llegar, solicito que un baño le fuese preparado, quería agua tibia y jabón perfumado, odiaba estar sucio. Buscó ver a Nakyum por alguna parte pero no pudo encontrarlo, fue entonces hasta que la empleada que preparaba su baño respondió a su curiosidad.
—Él está en el pabellón, está hablando con el señor InHun— Seungho hizo una mala expresión, le ordeno a la mujer que saliera de inmediato y solo unos segundos después ya estaba caminando hacia donde el chico se encontraba. Que Nakyum estuviera con InHun Seonbi era algo que le seguía inquietando, pero no iba negar el mal humor que la presencia de ese hombre le provocaba, Nakyum era aún tan ingenuo albergando sentimientos hacia una persona como él. Un parásito que buscaba siempre la aceptación de todos. Su cuerpo se tensaba cuando los veía hablando, su furia subía hasta su cabeza cuando había el mínimo roce entre sus manos, y qué decir cuando InHun Seonbi acariciaba el rostro del más joven, simplemente era algo que no podía soportar, así como tampoco soportaba que Nakyum defendiera a ese hombre cada vez que terminaban hablando de él.
Seungho se consideraba alguien sin emociones además del enojo o la pasión, pero había que ser tonto para negarse lo que Nakyum despertaba en él, no diría que era algo romántico, pero si era un deseo de posesión completo, ese chico se había convertido en algo importante para él, le gustaba tenerlo a su lado, quería más y más cuando se besaban, ansiaba ver a ese pintor rogando por su atención, deseaba seducirlo y hacer que Nakyum cediera ante su cercanía. Sólo, no había forma de explicarlo.
Cuando llego al pabellón se acerco un poco sin ser visto, no pudo escuchar bien la conversación pero las últimas palabras intercambiadas entre esos dos establecían un acuerdo para fugarse juntos durante la noche.
Naturalmente Seungho se puso histérico, apretó las manos con muchísima fuerza y vio que Nakyum cerraba los ojos cuando InHun Seonbi dejaba un beso en su frente y acariciaba su rostro. El de gafas fue el primero en irse, Seungho espero a que se alejara lo suficiente y se acercó a Nakyum haciendo que este reaccionara nervioso bajo su mirada.
—Mi señor...
—¿Qué tiene ese individuo para que estés bajo su hechizo?
—Yo...
—¿Entonces ha sido tu plan desde el inicio?— Nakyum no podía ni mirarlo y a él se le terminaba la paciencia ¿Dejarlo? Justo cuando pensó que ambos se habían acostumbrado a la compañía del otro, que estupidez. No se trataba de eso, Nakyum desde el inicio sólo fue un capricho para satisfacer esa absurda necesidad por pinturas eróticas que le excitaban.
—Mi señor...
—Puedo terminar con él justo ahora.
—¡Usted dijo que podía ayudarlo a tener un puesto en el gobierno!
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Cuando nos volvamos a encontrar (Pintor Nocturno)
Fanfiction¿Creerías en lo que dice una psíquica? Una pregunta demasiado complicada para alguien como Yoon Seungho. Sin embargo, su vida parece cruzarse una vez más con la de Byun Nakyum, aún no saben como deben reaccionar, pero una atracción inexplicable po...