Semana Damirae (En edicción)

Primer beso

Hizo esto para un artista en Tumblr, quién me prestó a Malik, que su personaje y su arte es hermoso y precioso. 

Se llama Deep-in-mind67. Por favor, observa su arte porque es genial. 

Quiero aprovechar para desearles que todos estén a salvo, es muy triste lo que está pasando en el mundo y quiero pedirles que peleen como puedan contras las injusticias, nadie debe sufrir por percepciones erradas, el abuso y la impunidad justificada por un uniforme y/o una corbata. Necesitamos construir una sociedad basada en la justicia. Todos merecemos amor.

 Quería que esta entrega tratará de eso, del amor.

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Había escuchado historias sobre la paternidad, hombres que miraban con amor a sus hijos, sintiendo que habían obtenido un tesoro precioso, sus vidas podían cambiar para siempre. Ellos prometían que los protegerían, era como un rugido interno, algo hermoso e inesperado y nunca volverían a ser los mismos. Marcó un antes y un después.

Damian nunca tuvo eso. Su madre era una asesina, una mujer de ojos fríos que estaba acostumbrada a luchar todos los días, una parte de él asumió que ella lo había amado de una manera retorcida y dominante, lo amaba de la misma manera que tratas un objeto valioso, se preocupaba cuando él se desviaba del camino que habían planeado para su vida, y su abuelo era un hombre que se colocaba en una posición alta, obligándolo siempre a mirar hacia arriba y disfrazó su dominio y control bajo discursos sobre pertenencia y devoción. Damian pensó que era lo mejor que tenía y si alguna vez se enfrentara al mundo sería por Ra's Al Ghul, ambos lo dejaron en algún momento de su infancia. 

Luego, llegó su padre, quien es alguien que dedicó su vida a una ciudad consumida por el crimen y la corrupción, vivió en una eterna búsqueda de justicia que consumió todo lo que lo rodeaba, incluyendo a su propia familia. Bruce Wayne lo mira con amor y se ganó su aprecio, pero nunca será su máxima prioridad, así como no lo fue para Talia y Ra's Al Ghul.

Nunca se ha quejado de su vida. Quejarse y lamentarse es para los débiles, y Damian Wayne no lo sería, pero quiere tener mejores referencias para su hijo, para poder sostenerlo en sus brazos sin sentirse como un idiota.

Damian puede maniobrar todas las armas del mundo, ensamblar y destruir cualquier objeto usando solo su intelecto, pero su bebé de tres semanas es diferente.

Se había ido por dos semanas. Pasó poco más de cinco días con su hijo después del nacimiento, ya que tenía que entrenar a los nuevos asesinos para la liga, lo que implicaba una preparación intensiva antes de que los nuevos reclutas se unieran a la Liga de los Asesinos y no confiaba en nadie más que en él, pero eso lo había separado de su familia. Dos semanas podrían no ser mucho tiempo, pero es el suficiente para que su hijo no lo reconociera.

Damian lo sabía, pero Raven insistió en que había otras razones por las que lloraba cuando se acercaba. Aún sorprendido por su habilidad para hacer las tareas y atender a su hijo, Raven es cariñosa y dedicada, de una manera que lo hace envidiarla y preguntarse qué hubiera pasado si se hubiera quedado, en lugar de atender sus deberes como jefe de la Liga de Asesinos.

Miró hacia la ventana, la nieve cae y esa mañana en el Himalaya el viento suena como el rugido de un leopardo enojado. Damian había tenido una noche tranquila, dado que fue Raven quien se hizo cargo del bebé dejándolo dormir después de que apareció anoche reconociendo su cansancio, agradeciéndole en secreto, ya que no sabría cómo reconocer las solicitudes de su hijo.

Está sentado en la cama bebiendo té con una rodaja de limón y azúcar morena, es una bebida familiar, pero la situación es diferente. Le faltarían dedos para contar las veces que ha tomado té mirando el paisaje con Raven a su lado, simplemente se apoyarían contra el otro en silencio, el aire estaría lleno de secretos y confesiones. Nunca se había sentido así con otra persona, pero el espacio entre los dos ahora lo ocupa una nueva persona.