22 - Me toca a mi...

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Te quitaste la toalla, caminaste desnuda hasta la puerta, levantaste la fusta y volviste a JUNGKOOK.
Cuando este te vio desnuda ya se comenzó a excitar, pero cuando te vio agarrar la fusta le dio un cosquilleo inexplicable.
Vos te acercabas a él y con la fusta lo acariciaste exactamente como él te acaricio a vos.
Tocaste su cuello, bajaste por su pecho, recorriste sus abdominales marcados y frenaste en su abdomen, miraste su miembro y veías cómo se estaba poniendo duro.

Le dijiste:

- ¿Dónde debería empezar? - Mientras que pensabas que era un Dios del Olimpo, decías para adentro tuyo: "¿Cómo puede haber tanta belleza junta?"

JUNGKOOK se rió y te respondió complacido:

- Dónde quieras amor.

Le sonreíste y sin pensarlo le diste un latigazo suave en su pelvis, el gimió de placer.
Volviste a darle un latigazo pero en el pecho, y ni bien lo hiciste fuiste a su miembro y comenzaste a chupárselo unos segundos, para salir y volver a darle un latigazo en su pelvis.
JUNGKOOK gimió en todo momento y su miembro estaba muy duro.

Tiraste el látigo, y agarraste un condón, entonces se lo colocaste y fuiste a montarlo, pero cuando ibas a hacerlo, frenaste, pensaste unos segundos y te pusiste arriba de él pero de espaldas a JUNGKOOK.
Cuando estabas sobre el, sentiste que estaba gimiendo cada vez más fuerte y te decía:

- Más suave...

Pero no pensabas hacerle caso, porque ahora vos tenías el mando e ibas a hacérselo más fuerte aún.
Tus senos rebotaban a medida que subías y bajabas, y también te estabas calentando mucho.
Luego de un rato saliste de arriba y te acostaste sobre su pecho, comenzaste a masturbarlo fuerte, sentías la respiración de JUNGKOOK y cómo esta se intensificaba en cuestión de segundos, agarraste su cara y la trajiste a ti para comenzar a besarlo.

JUNGKOOK dejó de besarte para decirte:

- Si sigues a así voy a acabarme enseguida, pero ¿Dónde me acabo?
- Sobre ti mismo amor Le respondiste tranquilamente -

JUNGKOOK abrió grande sus ojos, estaba sorprendido de que ibas a hacer que se acabara sobre el mismo, pero no opuso resistencia alguna, le excitaba verte tener el control al menos una vez y estaba dispuesto a correr ese sacrificio por vos.
Seguiste tocándolo, y este sintió que iba a tener un orgasmo, cuando comenzó a acabarse, su semen salía disparado cayendo a sus perfectos abdominales, en su pecho y también cayó sobre su cuello.
Te reíste de placer al ver a JUNGKOOK, te encantaba tenerlo esposado y hasta que no dijera la palabra clave no pensabas soltarlo.

Él te miró y te dijo:

- ¿Podrías limpiarme bebé?
- Claro, pero en un rato, primero déjame disfrutar verte así Mientras lo mirabas unos minutos y luego ibas al baño por una toalla y lo limpiabas

Te acostaste junto a él y sobre su pecho, ambos sonreían mientras que descansaban en silencio.

Estaban tan concentrados entre ellos que no escucharon que la puerta principal se había abierto.

CONTINUARÁ...

Mi primo lejano, ¿es Jungkook?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora