3. Can't forget

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Llegué a casa y fui directa a mi habitación.

- Cariño, ¿dónde vas? - Me preguntó mi madre mientras oía cómo se acercaba.

- He quedado. - Respondí.

- ¿Con quién? - Dijo sonriente.

- Voy a ir a cenar con Tom, mamá... - Me reí.

- Por un momento pensé que por fin tenías novio.

- Eres una pesada. - Me reí.

- Yo también te quiero. - Lanzó un beso al aire y cerró la puerta.

* * *

- ¡Amy, estás guapísima! - Gritó Tom al verme.

- Voy vestida como siempre. - Fruncí el ceño.

- Siempre estás guapísima.

Me sonrojé.

- Pasadlo bien. - Nos dijo mi madre.

- Gracias, Anna. - Tom cogió mi mano y me sacó rápidamente de mi casa.

Salimos del edificio. El frío era el protagonista de la noche, pero aún así podía verse a la gente pasear. Todavía se me hacía raro que fuese invierno en Noviembre. No estaba acostumbrada a tener Navidades nevadas, ni abrigos de lana a principios de año.

- En Nueva York estáis locos. Hace un frío que congela y salís a pasear tan tranquilos.

Nuestras manos seguían entrelazadas, lo que hacía que conservara un poco de calor en ellas.

- Estamos acostumbrados. - Se encogió de hombros.

- ¿Me puedes decir dónde me vas a llevar ya?

- Calla y disfruta del paseo. Hablemos de algo. - Propuso.

- Eh... está bien. - Asentí.

Aunque habíamos hecho esto miles de veces sentía como si esta vez fuera diferente. Tom parecía diferente, la ciudad parecía diferente, yo estaba diferente y, sin duda alguna, el hecho de que nuestras manos estuvieran entrelazadas me producían algo diferente a lo que pudiera haber sentido antes.

- ¿Sientes algo especial por alguien? - Preguntó de repente.

Ni siquiera me miró a la cara, aunque no lograba comprender por qué. ¿Le daba vergüenza? ¿Se sentiría incómodo?

- ¿A qué te refieres con especial?

Suspiró.

- Quiero decir que si sientes atracción por algún chico.

- Pues siento atracción por mucho chicos, la verdad. ¿Sabes ese que...

- ¡Amy! - Me cortó. - Dime si te gusta alguien o no, joder. - Se rió, lo que provocó que yo también lo hiciera.

¿Se puede saber por qué tenía una risa tan condenadamente contagiosa?

- No sé. - Contesté, confusa.

Estaba claro que sentía algo por él, pero debía de aclararme a mí misma qué era ese "algo". Tom era como mi hermano, pero no sé en qué momento han comenzado a entrarme dudas. ¿Y si él es el chico apropiado para mí? ¿Y si yo le gusto? Pero, ¿qué pasa si sale mal?

- ¿Cómo que no sabes? - Frunció el ceño.

Estaba comenzando a sentirme incómoda, no sabía qué contestar a sus preguntas. No sabía ni qué contestar a mis preguntas.

- ¿Por qué me hablas de esto ahora? Nunca has sacado este tema y ahora de repente...

- Me apetece hablar sobre ello, ¿no puedo?

Broken Dreams 2 (5SOS Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora