Si te gustan los personajes del increíble shonen deportivo Haikyuu!, haz llegado al lugar correcto, así que quédate, seguro encontrarás algo que te guste: desde Hinata Shouyo, Oikawa Toorū, Akaashi Keiji, Ushijima Wakatoshi, Miya Osamu y Atsumu, Kur...
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Amigos de infancia, amigos para siempre.
Allí iba, volaba como siempre y al terminar ponía un rostro juguetón cuando observaba a su compañero de juego.
—No los hagas enfadar... —repetiste como en cada juego con tu tablilla de apuntes contra tu pecho.
Satori Tendou era uno de los mejores jugadores que tenía el Shiratorizawa, le llamaban el "Monstruo Adivinador", ocupando así la posición de bloqueador, por tú parte, eras manager del equipo desde el primer año, por lo que debías estar al pendiente de sus movimientos, posiblemente de todos aquellos que no eran necesarios a la hora del juego.
—¡Tendou! —gritaste enfurecida cuando comenzó a cantar en la cancha después de haber bloqueado un golpe del otro equipo.
El pelirrojo era raro, bien lo sabías, pues eras su mejor amiga de infancia.
Siendo vecinos y sus madres amigas de toda la vida, prácticamente creciste con él como si fuese tu hermano. Desde que eran pequeños no había nada que uno hiciera sin el otro, aunque debido a esto, era fácil que los ajenos malinterpretaran su relación de amigos cercanos, pues siempre afirmaban, ustedes tenían una relación amorosa.
—¡Victory! —El alto pelirrojo festejó una vez se terminó el juego. Por sus palabras, podíamos afirmar que el Shiratorizawa se llevaba otra victoria a casa en el torneo local en que competían antes del de primavera. El último torneo para ustedes dos, ya que se gradurían pronto.
—¿¡Cuántas veces tengo que decirte que te comportes con propiedad!? —renegaste, alzando las manos en el proceso como un duendecillo enfurruñado.
—¡Si, si, si! —solamente dijo mientras se acercaba, tomando tus palabras a juego.
No tardaron en llegar todos, tan cansados y sudados como lo ameritaba la situación después de cada juego, sin embargo seguiste regañando a Tendou como si fueses su madre mientras abastecias a los demás de toallas y termos con bebida energizante.
—Debes hacer algo con Tendou, no es digno de un jugador comportarse como lo hace en la cancha —acusaste, está vez con Ushijima, su compañero y amigo.
Por lo que podíamos ver, eras una persona educada e inteligente que prefería la discreción antes del reconocimiento; en cambio, muy aparte, el muchacho era todo lo contrario. A veces no entendías como eran mejores amigos si pensaban diferente, eran como polos opuestos.
Wakatoshi te observó mientras se secaba el sudor de la frente, esperabas una respuesta del serio muchacho, pero a cambio, recibiste un levantamiento de hombros. Él no sabía que responder, bien sabía que Tendou era de aquella manera y no importaba cuanto te quejaras después de los partidos, el seguiría jugando en la chancha entre canto, gritos y burlas.
—¡Oye, Tendou, no he terminado de hablar! —llamaste cuando le viste abandonar el sitio sin hacerte el mínimo caso después de aquellos; si, si, si.
