La chica mas linda que conocí©

5. Una visita inesperada, un secreto y un papá ausente.

Miré a Travis con una clara expresión en mi rostro de "¿qué haces aquí?"

—Travis, ¿quieres algo de tomar? –preguntó atenta mi madre.

—No margaret, muchas gracias. –Sonrió Travis amable.

—Bueno, yo me voy a seguir cocinando, los dejo. –dijo mirando a Travis con complicidad.

No sé qué se traen, pero no me parece

Mi mamá se metió a la cocina y nos quedamos solos.

Lo miré sin decir nada, porque sinceramente no era yo quien debía explicaciones.

—Sé que probablemente estas molesta conmigo. –comenzó diciendo.

¿Si? ¿Qué te hace pensar eso?

Se acercó y quedó a escasos pasos de mi cuerpo.

—Y estás en todo tu derecho, no sólo por lo del colegio. Que la verdad cuando te vi me sentí bastante apenado, y no porque vinieras mojada –esbozó una sonrisa– sino porque cuando nos cruzamos el domingo para mi eras un completa extraña, y todavía te pregunté que si nos conocíamos. Eso debió ser incómodo para ti, y fue muy cruel de mi parte. Pero en mi defensa tu has cambiado mucho, estas más guapa –me guiñó un ojo, y me sentí bastante conmovida con sus palabras, es que mantenerme fuerte frente a él era difícil, y decir que es lindo es realmente poco para lo que realmente es– y bueno me siento mal por todo esto, y sobretodo todo por tratarte así en el colegio, disculpame por favor. –dijo mirándome con arrepentimiento.

La verdad sus palabras me sorprendieron mucho. No conozco a Travis precisamente por lo que es justo ahora conmigo.

Es como si fueran dos personas diferentes.

No me esperaba esto de él, y tampoco me esperaba que viniera a mi casa a buscarme.

Sus palabras fueron directamente a mi corazón, lo hicieron latir con fuerza.

No se porqué cuando estoy con Travis siento ganas de abrazarlo, esconderme en su pecho y embriagarme en su olor.

Ya Juliet, basta

Que te pasa, reacciona

—Está bien, hablemos. –dijo sentándome en el sofá.

Este imitó mi acto, y se sentó a mi lado.

—¿Por que faltaste hoy?

—¿No te lo dijo mi mamá? –enarqué una ceja.

—Si, pero quiero escucharlo de ti, de tu boca. –dijo esta última palabra dirigiendo su mirada a esta, haciendo tragar en seco.

—Porque me sentía mal, tenía fiebre, supongo que me resfrié por mojarme en la lluvia de ayer, ¿feliz? 

—Si, muy feliz. –Me miró con dulzura.

—¿Por qué me miras así?

—¿Así como?

—Con cara de menso. –dije soltando unas carcajadas, haciendo que él rodara los ojos.

—Para sentirte mal estas muy cómica. –dijo con un tono malicioso, como si tuviera algo en mente.

—Ya me siento mejor. –Me acomodé en el mueble cruzando mis piernas.

—Conmigo de compañía obvio que te debes sentir mejor. –dijo con una sonrisa coqueta.

—Yo pensé que había sido por las pastillas que me tomé esta mañana. –dije fingiendo estar pensativa.