02- Cuida de mi

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—¿Qué me vas a preparar de comer, Woo?— Preguntó el más pequeño sentado, con la cabeza apoyada en la barra, observando cómo el mayor abría un bote de proteína y comenzaba a vaciar cucharadas en su batido de frutas. Batió un poco y después comenzó a beberlo, sonrió satisfecho y después dirigió la vista al más pequeño, que comenzaba a cerrar los ojos pesadamente.

—¿Qué quieres comer?— Preguntó el mayor acariciando el cabello castaño. El menor cerró los ojos y comenzó a mover su cabeza para que el mayor lo acariciara más, como un pequeño gatito.

—Pizza— Respondió el menor bostezando, estiró sus brazos y después se reincorporó para comenzar a caminar hasta el rubio que se encontraba del otro lado de la barra — Puedo pagartelo— Respondió el menor abrazando al mayor, recargandose en su pecho para después comenzar a bajar su mano por el pantalón deportivo del mayor

—Haces parecer que esto solo trata de sexo— Respondió el mayor apartando con delicadeza la mano del menor que se había colado dentro de su pantalón. Chan hizo un puchero y Woojin sonrió por lo tierno que era el pequeño castaño, tomó por la barbilla al menor y lo obligó a que lo mirara, apreciando cada detalle de su suave rostro.

—¿Y no es así?— Atacó el menor separándose, cruzándose de brazos y frunciendo por completo su ceño, formando un adorable puchero con su boca.

—No. Me gustaría ser mucho más que tu fetiche— Respondido el mayor inclinándose hacia adelante, quedando a la altura del menor, depositó un corto beso y se alejó para después tomar su teléfono celular de la mesa y comenzar a insertar los dígitos correspondientes al número de comida rápida. El menor sonrió satisfecho y un leve sonrojo apareció en sus mejillas.

Chan lo sabía, estaba seguro de ello. Sabía que estaba volviendo loco a su profesor, y no precisamente por el sexo, pero aún así le encantaba que el profesor Kim se lo repitiera una y otra vez.

El castaño bostezó por segunda vez y frotó las palmas de sus manos sobre sus ojos. Salió de la cocina y recorrió el pequeño pasillo, en el cuál sólo se encontraba un baño y, delante de este, la habitación del profesor Kim. Era un pequeño departamento pero estaba situado en el mejor edificio de la ciudad. Después de las tantas visitas al departamento del mayor, a Chan ya no le parecía tan extraño lo mucho que ganaba un maestro de preparatoria privada. Recorrió la habitación de Woojin y se dejó caer de espalda sobre la enorme y esponjosa cama del mayor, giró su vista a la derecha y observó la enorme pared de vidrio de la cual se podía apreciar la mayor parte de la ciudad. Las preguntas azotaron en su cabeza; ¿Qué hacía saliendo con hombre que le doblaba la edad? Tarde que temprano el profesor Woojin conseguiría pareja, y él se quedaría solo, con su corazón roto, una vez más. Las lágrimas comenzaron a emanar de sus ojos. Un adolescente inmaduro... Involucrándose con un adulto experimentado. Era la peor combinación que podía existir ¿Por qué? ¿Por qué tenía que doler tanto? Tomó la almohada más cercana e inhaló el fresco aroma del perfume que utilizaba Woojin, la abrazo con todas sus fuerzas y comenzó a llorar. Tal vez si le daba más sexo el profesor Kim no lo dejaría.

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Woojin ordenó la pizza, y se mantuvo esperando en la cocina, si iba a la habitación probablemente terminaría enredado en otro de los juegos del menor.

Y eso no era lo que el mayor quería. Él quería cuidar al pequeño Chan, lleno de sueños, metas e iluciones, pero tan frágil y roto por dentro. Él no quería pasar un simple rato con el menor, quería estar a su lado por siempre, protegerlo para que nadie más volviera a dañarlo.

Pero no quería apresarlo, quería que disfrutara su juventud como los otros chicos. Que tuviera pareja de su edad. Saliera con amigos a fiestas, sufriera por estupideces adolescentes, y aprendiera un poco sobre la vida, ya que era la edad indicada para hacerlo. Así que había llegado a una conclusión; permanecería a su lado hasta que el menor se cansara de él, o hasta que terminara el ciclo escolar.

Porque Woojin estaba seguro de una cosa; Un relación entre maestro y alumno nunca terminaría bien, ni llevaría a ninguna parte. Era por eso que al terminar la preparatoria le diría adiós. Aunque el pequeño Chan aún no supiera sus planes.

El timbre sonó y el mayor se reincorporó de inmediato, caminó a paso lento hasta la puerta y abrió. Tomó la pizza en sus manos, pagó la cuenta, dejó propina y dejó la pizza en el sillón. Caminó hasta su habitación y encendió la luz, encontrándose con el menor acostado, con las rodillas flexionadas, abrazando una almohada. Sonrió con ternura y se acercó.

—La comida ya está aquí— Habló el mayor acariciando el brazo, cubierto por una chaqueta de mezclilla, del menor. Chan abrió los ojos lentamente y soltó otro bostezo.

—Ven, duerme conmigo— Pidió el menor tomando la mano de Woojin, entrelazando sus dedos, y estirándolo, indicándole el lugar en el que debería estar. El mayor río y negó con la cabeza, simplemente accedió a sentarse junto a él.

—Apenas son las ocho— Aclaró el mayor acariciando la pálida piel de las mejillas del menor. El más pequeño se reincorporó, se apoyó sobre sus rodillas en el colchón y pasó una de sus piernas por el lado contrario del mayor, quedando sentado en su regazo.

—Acuestate conmigo— Susurró Chan al oído de Woojin haciendo que la piel de éste se erizara por completo y un escalofrío lo recorriera. Se inclinó hacia adelante, haciendo que el rubio perdiera el equilibrio y ambos quedaron acostados en la cama, Chan encima del otro. El menor alcanzó una almohada y la puso detrás de la cabeza del mayor, para después comenzar a bajar y acostarse sobre las costillas del mayor. Woojin abrazó por la cintura al menor y sonrió, observando al pequeño y mimado Chan sobre su regazo.

¿Cómo fue que el amor había entrado por la puerta de su aula sonriendo nervioso y diciendo con un muy extraño coreano "Mi nombre es Christopher Bang Chan, soy Australiano pero vivo en Corea desde hace unos meses, me transfirieron porque hace poco nos mudamos a un vecindario cercano y esta escuela me pareció una mejor opción"?

¿Cómo había entrado el amor a su corazón desde el primer instante? Peor aún; enfrascado en un pequeño niño de dieciséis, mientras que él ya estaba cerca de los treinta y cinco.

Si cupido existía probablemente ellos dos eran su juego favorito.

Entre besos y rosas [WooChan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora