𝚝𝚎𝚛𝚌𝚎𝚛𝚊 𝚌𝚊𝚛𝚝𝚊

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Buen día, adorada Marie.

¿Estás molesta por mi última carta? Si es así, no lo estés, querida niña. Sabes que adore que estuvieras conmigo hasta el último instante que estuve en esa casa.

Y si pudiera regresar, lo haría con muchísimo gusto más no puedo, porque soy un irresponsable y solo traería infelicidad a tu vida. Solo sería un estorbo si viviera otra vez junto a ti.

No me gusta estar solo, viviendo por mi cuenta, de hecho lo odio pero es lo que me toca. La soledad es una cosa desagradable así que espero que toda tu vida estés acompañada de personas que te hagan siempre reír.

Espero que si algún día llegas a casarte, sea con quien sea, esa persona te llene de amor y cariño. Y si decides no hacerlo, ruego porque buenos amigos te acompañen hasta el final.

Y perdón de nuevo, por no estar allí para darte consejos sobre la vida.

El hombre que ha sido un fracaso como padre

Siete cartas y otros arrepentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora