Marie, mi niña.
Ya van seis meses desde mi partida, desde que oíste a tu madre llorar en la entrada de la casa, bajar asustada solo para verme con una maleta en la mano.
Si me odias, estás en todo tu derecho pues ¿quién perdona al que le hirió el alma? Yo, estaría lleno de rencor y haría lo posible para que esa persona pagara.
No sé si llegues a comprenderlo algún día, pero quiero que sepas que siempre te querré. Siempre serás mi niña, no estaré allí para ti, sin embargo, durante todo el tiempo que viví contigo, siempre procuré que fueras la más feliz del universo.
Te quiero, hija.
El padre que secretamente, ruega tu perdón
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Siete cartas y otros arrepentimientos
Short StoryPorque la verdad resultó ser más cruel que el abandono de su padre.