Ace Elin. 21 años. Estudiante con honores en la escuela de médicos más reconocida del mundo. Sus profesores solo tienen palabras positivas acerca de él, sus compañeros lo envidian y admirar, sus compañeras caen rendidas ante su melena negra y sus oj...
- ¡Healing! -Un aura verde me envolvió y sentí como recuperaba fuerzas, aun no puedo creer que esa mocosa haya aprendido un hechizo tan útil.
-Oye amigo... eso es trampa- Frente a nosotros estaba nuestro rival, un zorro. Le había ladrado por intentar robarse unas gallinas y al fin estaba frente a el para darle su merecido... fue una pelea reñida, pero tenia mi arma secreta. Una niña de cinco años.
Corrí hacia él, cuando estuve a punto de embestirlo, me esquivo, pero yo ya sabia eso, obviamente era mas inteligente que un estúpido zorro altanero.
/Spark/
A mi alrededor una esfera de rayos apareció y fue creciendo hasta electrocutar a mi objetivo, este comenzó a convulsionar hasta que finalmente dio su ultimo aliento, la batalla era de nosotros...
/Obtenido 5 de exp/
-Solo yo puedo robar gallinas – Di media vuelta y me aleje mientras su cuerpo se desvanecía -Imbécil.
Con el día de hoy, ya cumplía unos cuatro meses en este mundo, lo de mi anterior vida parecía cada vez mas un sueño lejano a una realidad y pese a molestarme mucho la idea, le estaba agarrando cariño a la familia Herldist, en especial a Luna. La mocosa decido ponerse a estudiar para poder apoyarme y había aprendido hechizos sumamente útiles para mí, como Healing o Signal. Incluso yo aprendí a usar magia, cuando subí a nivel dos por defender mi honor justificadamente, obtuve mi primer hechizo y con todo el avance que habíamos hecho en estos dos meses, conseguí aprender la suma de... dos.
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Yep... dos meses me tomo subir dos niveles. Nos la pasábamos peleando con perros, pajaritos y cualquier cosa de menos de veinte centímetros, principalmente porque Luna tomaba la siesta a las cinco y no podíamos adentrarnos mucho en el bosque para buscar otro tipo de bestias. De todas formas, no es como que haya prisa, podía tomármelo con calma y disfrutar de esta experiencia... si, ya no me molestaba tanto el hecho de ser una masco... ani... pe... ¡Soy un maldito pokemon!
Al regresar, la enana fue a contarle emocionada como nos había ido en nuestra pelea, por mi parte me puse en la ventana. Esto de andar a cuatro patas es más versátil de lo que uno cree, ósea obviando el hecho de no tener pulgares, podía escalar y ya me habían crecido garritas.
-Hola enano- Desde fuera, mirándome por la ventana estaba Yoel, el grifo del padre de Luna – Veo que vas en racha.
Era diez o doce veces mas grande que yo, pero era buen tipo, lo mismo para Ziry, el fénix de la madre. Los había conocido por un incidente desafortunado... ¿Recuerdan cuando quería venganza porque la madre me llamo bestia tonta?... Bueno, me vengue.... Sobre su vestido, fueron litros de venganza en su vestido por algunas semanas, cuando se dio cuenta, no estaba precisamente orgullosa... Me hecho a dormir a fuera como castigo y ahí estaban ambas bestias gigantes, no negare que al inicio pensé me devorarían en dos segundos, aunque fui muy valiente.
