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El sol empezaba a iluminar el increíble paisaje de Anaxes y el equipo de evacuación acababa de llegar.

Los dos oficiales médicos ayudaron a subir a Cody a una camilla y lo subieron a la cañonera. Kix se tranquilizó en cuanto la cañonera se elevó en el aire. "ahora Cody estará a salvo." pensó.

- ¿Como esta la situación? ¿Muchos heridos?

- Señor, - Su armadura era completamente blanca, Kix supuso que era uno de los clones recién llegados. - solo de la 501st ya hay más de 250 soldados siendo atendidos en la fragata médica. De la 212nd otros 270 y de la 91st menos de un centenar. - A Kix se le erizó la piel y sintió una punzada en el pecho. Esos eran muchos heridos, y ni siquiera estaba al tanto con las bajas.

- Esta siendo duro. - Dijo el otro médico mientras aplicaba un parche de bacta sobre el pecho de Cody. - Empiezo a preguntarme si de verdad podremos recuperar Anaxes, señor. - Kix también se lo preguntaba, pero debía mantenerse firme. Al fin y al cabo, él era el oficial de mayor rango en ese momento.

- Por supuesto que lo recuperaremos. Nos crearon para ganar esta guerra. Perder no es una opción. - Kix había escuchado esa misa frase de boca de algún clon, pero no lograba recordar quien o cuando. Solo sabia que en situaciones como esta le daba ánimos. Los dos médicos intercambiaron una mirada, Kix supuso que estaban hablando con el comunicador interno de sus cascos, no había forma en que él pudiera escucharlos estando fuera de su frecuencia de radio.

- Hay muchos heridos, pero somos pocos oficiales médicos...- Dijo Kix. Los dos clones lo miraron. - Pediré a los generales que me dejen quedarme en la fragata para echar una mano.

- ¿Le da miedo la batalla, señor? - preguntó el que estaba más cerca de Cody, con un tono que kix no supo como interpretar. Tal vez estaba bromeando, pero Kix no estaba seguro.

- Al contrario. - Contestó frunciendo el ceño y acomodando su casco bajo su brazo. - Me da miedo perder a aquellos que podemos salvar. - Apretó los puños sin darse cuenta, de no ser por los guantes, se habría clavado las uñas en la palma de la mano. - En situaciones como esta, soy más útil en la retaguardia salvando vidas, que en el frente disparando.

Después de esas palabras estuvieron en silencio. El continuo balanceo y el sonido de los motores de la cañonera relajaban a Kix. Volvió a ponerse el casco, apoyó la espalda en mamparo y cerró los ojos durante el resto del trayecto.

La cañonera se detuvo en las pistas de aterrizaje. Los tres médicos bajaron con Cody. Los dos novatos observaban a Kix.

- Llevároslo a la fragata y tratadlo. Yo iré en cuanto haya hablado con el general Skywalker. - Lo saludaron con la mano en la frente y se llevaron a Cody.

Kix observaba el lugar a medida que iba caminando. "No hace falta ser un jedi para percibir el miedo que se respira en este lugar. La mayoría de hombres que están luchando en este frente, son recién salidos de Kamino. Bueno.... Al menos no esta siendo como la primera batalla en Geonosis..." Kix realmente agradecía que así fuera. Geonosis aun le atormentaba en sueños.

- Kix, ¿Como esta Cody? - Elgeneral Kenobi parecia preocupado por el comandante. Kix se cuadró y asintió.

- Estará bien, señor. Lo están tratando en la fragata. - Kenobi sonrió levemente durante un instante.

- ¿Y tu estas bien, Kix? - Preguntó Skywalker con los brazos cruzados. - Te percibo... inquieto.

- Hay muchos heridos y pocos médicos. Me gustaría quedarme en la fragata ayudando , señor. Al fin y al cabo, poco puedo hacer en combates como los que estamos teniendo aquí. - Anakin asintió comprensible y le hizo un gesto con la mano. Kix saludó y fue hacia la fragata.

Clones en camillas subían y subían por la rampa de la nave. No veía salir a muchos, volvió a dolerle el pecho. Por los pasillos se encontró a dos oficiales Kaminoanos. Uno de ellos lo observó un una mirada tan seria y fría que sintió un escalofrío. "Los kaminoanos son las criaturas más espeluznantes que haya visto..."

Entró a un baño, dejo el casco apoyado en el lavabo y lavó la cara y las manos con agua fría. Era su rutina de antes de tratar heridos. Alzó la mirada y se miró al espejo. 

Vio a Cincos. A Hardcase. A Eco. A Tup... Cerró los ojos con fuerza. Vio más rostros de clones caídos. Hermanos que habían muerto en combate. Escuchó gritos lejanos, llantos, disparos, una explosión... Gruñó con fuerza y se dio un cabezazo contra el mamparo.

- ¡Basta! - se gritó a si mismo. - Basta... - se dejó caer al suelo, lágrimas empapando su rostro. Le temblaban las manos y sentía de nuevo ese dolor insoportable en el pecho que últimamente lo atormentaba tanto. - Kix... - se murmuró – Kix, deja de temblar. Levántate y sal ahí fuera. Tus hermanos dependen de ti. - intentaba darse ánimos para seguir a delante. No podía quedarse ahí llorando para siempre, pero incluso la voz le fallaba. Había tocado fondo. Se había hundido. Y esta vez no estaba seguro de si podría flotar de nuevo.

Pasado un rato, Kix escuchó movimiento al otro lado de la puerta. Muchos pasos, tropas moviéndose rápidamente. Se levantó y volvió a lavarse la cara, evitando contacto visual con su reflejo, volvió a ponerse el casco y salió al pasillo.

Al parecer Rex y el bad batch habian llegado y habían descubierto algo importante, aunque Kix aun no sabia lo que era. Supuso que habían averiguado la forma de ganar a los separatistas de una vez por todas.

Y los generales acababan de dar la orden de que la fragata se dirigiera a una estación médica para tratar correctamente a los heridos. La nave estaba a punto de despegar. "Ni siquiera he podido decirle adiós a Jesse como es debido" bromeó mentalmente. "Bueno, el adiós de hace un rato no va a ser el ultimo." se prometió.

Kix - Una historia de Star WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora