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Una pareja se encontraba sumergida en su pequeño mundo, sin conocer lo que sucedía a su alrededor, solo estaban ellos dos.

El Omega sonrió al ver qué por fin había terminado su cometido, estaba listo y no había nada que lo hiciera más feliz que ver que había logrado su objetivo.

- Ya está listo.

-¿Y que es eso?

- Es una combinación de químicos y plantas.

-¿Y eso para que?

- Solo pocos Omegas que poseemos los dones de la diosa luna, quiero asegurarme de que no les pase nada a los cachorros de Jimin.

-¿Pero que tiene que ver eso con los cachorros?

- No sabemos si los quieren por algo en especial, si es así está pequeña mezcla activará un campo que los proteja a ellos y a su padre.

- Wow.

- De algo tienen que servir mis dones, no solo los quiero para proteger a quien pueda si no que quiero acabar con todo esto de una vez y que nadie salga herido.

- No te preocupes Hobi, todo saldrá bien.

-¿Cómo está tu padre?

- Dice que bien, ya no le duele nada dice que está listo para lo que se venga.

- Nunca imaginé que un día estaría en un lugar en donde todo es completamente diferente.

- Pero lo estás, estás conmigo.

- Fue lo mejor que me pasó.

Tomo dos pequeños costales atados con un listón rosa y guardo uno y el otro se lo entrego a su pareja, lo miro extrañado pero lo entendió al instante.

-¿De verdad funcionan?

- Si, tienen un poco de mi don.

-¿Puedes hacer eso?

- Si, además no creo que la diosa se moleste si entrego solo un poco para protegerlos.

-¿Y porque me das uno a mi?

- Quiero protegerlos y necesito de tu ayuda para hacerlo, si llega a ocurrir un contratiempo uno de los dos debe llegar y dárselos

- Sin duda eres un Omega espectacular.

- Gracias Alfa.

Dijo para después dejar un pequeño beso en su frente y salir de la habitación, apesar de parecer de lo más feliz por dentro sentía angustia, quería proteger a todos, sin embargo sabía que no podría y algo malo sucedería.

Camino hasta bajar a la cocina y se sirvió un poco de agua, bebió un poco y se quedó mirando el pequeño costal, sabía que funcionaría pero tenía miedo a que llegara a provocar algo.

Sacudió su cabeza evitando quedarse con pensamientos malos y sonrió para si mismo.

- No se de qué me preocupo, todo saldrá bien y después nos iremos de paseo.
































Eran las dos de la madrugada cuando sintió a su lobo removerse, últimamente ocurrían los ataques a esas horas por lo que rápidamente se levantó y su pareja también.

-¿Escuchaste eso?

- Si, y no me gusta para nada.

Ambos se miraron para después bajar juntos a ver quién había provocado aquel ruido, el Omega bajaba detrás de su pareja esperando a que no fuera nada malo cuando sintió un mareo y se sostuvo de la pared al saber lo que significaba.

¿Who Are You? 2. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora