Eres una niña que siempre has estado deseando de conocer a Jose Julio, has hecho todo lo posible, pero nada funcionó.
¿Qué pasará cuando por fin lo pueda conocer?
¿ Y si su ídolo se enamorase de ella?
¿Será un amor correspondido?
Todo esto lo sabrás...
Al día siguiente me levanté un poco desanimada al pensar que tendría que dejar toda mi vida que viví aquí para irme con mi tía a Los Ángeles. No estaba preparada, no estaba preparada para dejar a todos mis amigos...Era muy complicado.
Después de todos esos pensamientos que invadín en mi mente decidí levantarme y hacer mi aseo de siempre. Terminé de ducharme y me vestí así.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bajé las escaleras encontrandome a Naim sentado en la mesa con una taza de café en sus manos. Preparé mi desayuno y me senté al lado de él. Al parecer no estaba muy contento, su mirada estaba mirando a un punto fijo, creo que estará perdido en sus pensamientos así que decidí llamarlo.
- Naim ¿Que te pasa? -rodeé mi brazo en su hombro-
No reaccionaba y yo lo sacudí un poco hasta que volteó su mirada hacia mí.
-Mmm..no nada Nerea. -intentó sonar convencido, pero eso me hizo dudar más-
-Cuentame. -lo miré mal.- ¿Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, verdad? -él asintió.-
-Lo que pasa es que no quiero que te vayas. -habló triste y una lágrima resbaló por su mejilla derecha.-
No sabía que decir, así que lo abracé.
Narra Naim:
Desde que ayer me enteré de que Nerea se iría por un año a Los Angeles me quedé destrozado. Ella es una persona muy importante para mí y le cogí mucho cariño con el poco tiempo que estuvo aquí. Nada más que nos contó la noticia no sabía como reaccionar, me quedé en shock. Al fin y al cabo eramos como hermanos.
Entre todos la intentamos tranquilizar y hacerla sentirse bien para que no pensara mucho en el tema.
Cuando ya era hora de dormir, no conseguí conciliar el sueño. El hecho de pensar que ya no estaría con nosotros durante por un tiempo me mata.
Ya era otro nuevo día y como no pude dormir nada me preparé un café para poder mantenerme despierto, porque sino, juro que me quedo dormido.
Me estaba tomando mi café y me encontré a Nerea bajando las escaleras, se sentó al lado mía y empezó la conversación.
- Naim ¿Que te pasa? -rodeó su brazo sobre mi hombro.-
No reaccioné y seguí pensando en lo mismo que he estado pensando desde que me enteré sobre su partida. Pero como podía escuchar su voz de preocupación me atreví a hablar.
-Mmm..no nada Nerea. -intenté sonar tranquilo, pero al parecer no funcionó porque me vio más preocupada aún.-
-Cuentame. -me miró mal.- ¿Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, verdad? -asentí a lo que dijo.-
