Eres una niña que siempre has estado deseando de conocer a Jose Julio, has hecho todo lo posible, pero nada funcionó.
¿Qué pasará cuando por fin lo pueda conocer?
¿ Y si su ídolo se enamorase de ella?
¿Será un amor correspondido?
Todo esto lo sabrás...
Ya han pasado varias semanas y Mara todavía sigue aquí tan pancha como si nada. En estos días la verdad que lo he estado pasando mal hasta que llegué a un punto en el que empecé a cortarme las muñecas. Menos mal que nadie se había dado cuenta...Cuando las chicas me invitaban a ir a nadar a la piscina les decía que no porque mis cortes eran muy notorios y no quería que lo vieran.
Me levanté sin gana alguna de la cama y me estiré entre las sábabas y pestañeé varias veces para estar despierta del todo. Me fui al baño a ducharme y cuando terminé me puse esto.
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Me miré en el espejo y me acomodé el cabello, iba a salir pero antes me miré de nuevo al espejo para sonreir intentando convencerme a mí misma de que estaba bien.
Bajé las escaleras encontrandome con Ángela sentada en la mesa, yo me acerqué a ella y me puse a cortar fruta. Cuando terminé puse todos los pedacitos de frutas en un cuenco y cogí un tenedor para sentarme al lado de ella.
-Hola. -volteó a verme con una sonrisa.-
-Hola. -la sonreí para después meterme una cucharada de fruta a la boca.-
Desayunamos entre risas de partes de las dos, porque ninguna paraba de decir estúpideces en todo el rato, y por culpa de eso casi veo la luz de la muerte.
Nos sentamos un rato a ver la televisión, estuvimos como una hora hasta que me aburrí y me subí a mi cuarto. Abrí la puerta y al alzar la cabeza veo a Jose Julio dentro de mi cuarto ¿Cuándo ha entrado? esa pregunta se me hizo presente en mi cabeza.
-¿Qué haces aquí? Deberías estar con tu no.....-no pude terminar porque el muy imbécil me besó. Por una parte quería separarme pero por otra no quería, necesitaba sentir sus labios entre los míos, pero me lo pensé bien y lo aparté de mi.- ¿Eres estúpido o que te pasa? -pregunté muy enojada.-
- No niegues que te ha gustado. -me miró con cara atrevida y yo rodeé los ojos.-
-Sal de aquí si no quieres que te deje sin hijos. -lo miré enojada y lo empujé derechito a la puerta, el se intentaba quedar quieto pero mis empujones hacían que se moviera ya que estaba muy enojada.-
- atrévete. -me miró con seriedad cuando ya estaba en el marco de la puerta, yo solo lo miré desafiante y arqueé una ceja.- Ves, sabía que no eras capaz de hacer algo así. -sonrió victorioso, pero no por mucho tiempo, ya que yo levanté mi pierna en señal de que le iba a golpear en donde más duele. Cuando vio que mi pie se aproximaba más se alejó y bajé de nuevo la pierna. Por dios, este chico me saca de mis casillas.-
- Y ahora vete si no quieres que te pase algo mucho peor. -lo fulminé con la mirada y le cerré la puerta en todo el morro.-
La tarde pasó lenta y tranquila hasta que ya se hizo la noche, cené, me lavé los dientes y me fui a acostar.
Pasados tres dias
Estos últimos días me he empezado a llevar mejor con Jose Julio, ya que me he dado cuenta que por mis malditos celos estaba destruñendo una amitad preciosa.
