Eres una niña que siempre has estado deseando de conocer a Jose Julio, has hecho todo lo posible, pero nada funcionó.
¿Qué pasará cuando por fin lo pueda conocer?
¿ Y si su ídolo se enamorase de ella?
¿Será un amor correspondido?
Todo esto lo sabrás...
Me levanté por el sonido de la alarma, volteé para ver la hora y marcaban las 05:00.h. Resoplé y me levanté sin ganas. Rebusqué por la maleta la ropa que me pondría y me fui al baño a ducharme.
Salí vestida con esto
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Bajé las escaleras y ahí me pude encontrar con los chicos y obviamente a Naim cocinando, como antes. Me dirijo hacia ellos y les sonreí a los que me lo devolvieron.
Desayunamos y todo iba tranquilo hasta que decidí romper el silencio.
-Chicos. -miraba mi plato.- Se que todo esto es muy difícil y sé que os dije que puede que volviera en un año pero ayer me llamó mi tía y dijo que puede que no vuelva. -se me fue quebrando la voz.-
Ellos inmediatamente giraron a verme con caras de confusión y otras de tristeza.
-¿Qué quieres decir con eso? -me miraba Jose Julio confundido y con la misma voz que yo.-
-Lo que quiero decir es que puede que no vuelva. -respondí a su pregunta cabizbaja.-
Miré a los chicos y algunos de ellos asentían con la cabeza con tristeza y otros solo me veían con algunas lágrimas en sus rostros. Pero el peor era Jose Julio...
Terminamos de desayunar y me fui a mi cuarto a lavarme los dientes, terminé y revisé si me faltaba algo por llevarme del baño, pero estaba todo en orden.
Me fui a mi cuarto acercándome para coger mis maletas. Las agarré y caminé hacia la puerta para salir definitivamente de este hermoso lugar.
Agarré el mango de la puerta abriéndola, puse un pie fuera y empecé a salir de ahí hasta que recordé que se me olvidaba algo. Corrí directamente a mi cama y cogí la sudadera que me dio Jose Julio en la tarde de ayer. La abracé y lo olí, cerré mis ojos con fuerza y lágrimas recorrieron mis mejillas.
Cuando me pude recuperar un poco, suspiré hondo y bajé las escaleras con las maletas. Me acerqué a los chicos y los miré con un rostro triste. En este momentos las palabras eran innecesarias en mí y también porque era imposible salir de mi boca. Nos juntamos en un fuerte abrazo.
-Okey chicos, iré por las llaves del coche. -se separó del abrazo Sieteex de mientras que hablaba apenado. Se alejó de nosotros y yo le seguí con la mirada.-
-Jose Julio, necesito darte algo. -lo cogí del brazo alejándonos un poco de los demás.-
-¿El qué? -se paró en frente mía.-
- Toma tu sudadera.- Me iba a quitar la sudadera que tenía en la cintura pero me lo impedió.-
-No te preocupes, quedatela, así me recordarás...
-Bueno vale, muchas gracias. -le abracé sin previo aviso, él al principio no me correspondió pero después sentí sus brazos rodearme.-
-Chicos, tenemos que irnos. -escuchamos a Ángela y nosotros nos separamos.-
Cogí mis maletas y llegamos hasta el coche, abrí el maletero y Abe me ayudó a meter las maletas. Después de eso nos montamos en el coche hasta llegar al aeropuerto.
Entramos y veíamos a muchas personas andar a todos lados que supongo que serían para montarse en el avión o porque habrían salido.
Miré la hora y solo quedaban cuatro minutos para que saliera mi vuelo así que me tendría que despedir de ellos.
-Chicos quiero que sepáis que en todo este tiempo que he estado con vosotros me lo he pasado genial y que me he sentido muy cómoda. -hice una pausa y miré a Jose Julio que estaba mirando al suelo.- Solo quería daros las gracias y que nunca me olvidaré de ustedes.-
-Ohhh ven aquí pequeñaja. -extendió sus brazos y nos unimos todos en lo que sería nuestro último abrazo.-
-Pasajeros al vuelo con destino a California, Los Ángeles, su vuelo está a punto de despegar. -escuchamos los altavoces nombrando mi vuelo, así que me separé de ellos, cogí mis maletas ya lista para irme.-
Empecé a caminar pero volteé una última vez para verlos
-Adiós. -dije con pena.-
-Adiós. -dijeron todos al unísono.-
Me giré de nuevo y seguí con mi rumbo de antes, pero sentí que alguien me agarraba del brazo y tuve que voltear para saber de quien se trataba.
-¡Espera! Tengo que decirte algo. -dijo aún agarrándome de la muñeca.-
- Lo siento pero llegaré tarde y perderé mi vuelo. -me safé del agarre.-
-Por favor... solo un segundo...-
-Perdóname, pero no tengo tiempo...-lo abracé y susurré.- nos volveremos a ver, te lo prometo. -nos soltamos.-
Besó la comisura de mis labios. -Solo recuerda esto, nunca te olvidaré. -
- Yo tampoco, adiós.- empecé a caminar y desaparecí de su vista.-
Me monté en el avión y suspiré profundo.
Narra Jose Julio:
Joder...¿Por qué tuve que dejarla ir? No es nada fácil estar lejos de Nerea...¡No se que me hizo en solo todo este tiempo que estuvo aquí conmigo, pero de lo que estoy seguro es de que me dejó marcas en mi corazón! No se que ha pasado, pero es que ella es maravillosa. Su forma de sonreír, de ser tan dulce y graciosa al mismo tiempo, esa bella mirada que tiene y ese hermoso cuerpo...¡¡Todo en ella es perfecto!! Ha conseguido que piense en ella en todo este tiempo. Hasta en la pelea que tuvimos...Porque en realidad yo siempre la he querido lo que pasó es que mi orgullo era mucho mayor que mis sentimientos. Pero ahora tengo que hacer la cosa más dolorosa y difícil que se puede hacer, olvidarla...No creo poder conseguirlo, ojalá pudiese irme con ella aunque sea por un año...¿Pero olvidarla? ¿Enserio? ¡¡Eso es imposible!! ¡¡Todo me recuerda a ella!! Y todos esos momentos que pasamos juntos nunca los olvidaré, me los quedaré como un tesoro valiosísimo. Y sobre todo me acordaré del día más importante de mi vida, el día en que nos conocimos...De verdad...¡No se me da bien el amor! ¡¡Soy un imbécil!! ¡¡¡¿¿Por qué no habérselo dicho??!!! ¡¡¿¿Por qué no se puede quedar a vivir con nosotros??!! ¡¡AGH!! ¡¡¡TODO LO QUE HAGO ES EQUIVOCARME!!! ¡¡LOS PUTOS ERRORES ME PERSIGUEN!! y ahora solo lo que puedo hacer es imaginarla a mi lado en todo momento...¿Por qué el destino no me da una oportunidad para tenerla cerca? Al menos una...La aprovecharía al máximo solo con tal de tenerla siempre junto a mí y poder recuperar los momentos perdidos, sentir sus cálidos abrazos y sus besos llenos de amor, solo eso...
Derrepente sentí como un mar de lágrimas fluía por mis mejillas, lo que sentía era verdadero y nadie podía cambiarlo, ni siquiera yo mismo...
