CAPÍTULO 5

3.1K 241 111
                                    

___: ¡Hey!

Emilio: ¿"Hey" qué? levantate y pelea pues.

Me puse de pie, corrí hacia él y le metí dos puñetazos seguidos, uno en cada lado de la cara.
Intentó devolverme el golpe pero logré esquivarlo.

Conway: ¡Muy bien súper nena!

A punto de darle una patada en el estómago, Emilio toma mi pierna y me lanza con fuerza hacia un lado.

Horacio: Que la va a matar, eh.

Emilio se acerca y se pone sobre mí como si fuese a intentar ahorcarme, yo le doy un cabezazo y hago que caiga a un lado.

(Dios, que mareo...)

Emilio se pone de pie, toma mi brazo y lo tuerce hacia atrás con mucha fuerza.

Horacio: Pero superintendente, ¡¿no va a hacer nada?!

Gustabo: Déjalo, déjalo.

Gustabo: Déjalo, déjalo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

___: ¡AUH!

Conway: Vamos a ver, mariconetti.

Conway va hacia nosotros y le quita las manos de mí.

Conway: No te dije que la lastimaras en serio, gilipollas.

Conway tomó el brazo de Emilio y lo torció al igual que hizo conmigo antes.

Emilio: No mames. ¡Ya entendí! ¡Ya entendí! ¡No la vuelvo a lastimar así!

Conway lo suelta y camina hacia mí.

___: Lo siento, no estaba atenta. No es su culpa. Si esto fuese real, puede que nadie hubiese detenido al agresor, debo ser más cuidados-

Conway: Calla.

Toma mi brazo con delicadeza y empieza a sobarlo.

Conway: Eres débil. Los brazos de mi abuela tenían más fuerza.

Gustabo: Pero, pero ¿qué hace?

Gustabo: Pero, pero ¿qué hace?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Horacio: No sé... ¿Papu?

Conway: ¿QUÉ?

Segismundo: Le está...¿sobando el brazo?

Conway me suelta y se aclara la garganta.

Conway: Es una nueva recluta, debo cuidarla como también a vosotros.

Todos se miraron extrañados, por mi parte, simplemente lo dejé pasar.
Ahora trabajaré por él, debe preocuparse por los suyos, al igual que yo me preocupaba por mis compañeros.

Conway: Regresad a vuestras casas, hasta aquí el entrenamiento de hoy.

Segismundo: ¡Pero que yo ni siquiera he peleado con ___!

Conway: No me importa, iros a tomar por culo ya.

Segismundo: Hombre, ya que lo pide tan amablemente.

La noche ya había caído, Emilio y Segismundo se fueron por su camino, juntos.
Yo estaba atando mis agujetas hasta que escuché una voz llamarme.

Horacio: ___, ¿tu casa queda lejos? ¿te llevamos?

___: ¿En serio?

Gustabo: ¿En serio?

Horacio: Que sí, que sí. Venga, sube.

___: Pues...¡vale! gracias.

Subí al auto.
Durante todo el camino no parabamos de reír con Horacio cantando "Barbie girl" a todo pulmón y con tanto sentimiento.
Incluso lamenté cuando por fin llegamos a mi departamento.

Horacio: Nos quedaríamos contigo un rato, pero Volkov llega a su casa en 15 minutos y si quiero toparme con él debo irme ya.

___: Volkov, eh? ya veo...

Gustabo: Horacio por favor, que pareces un acosador, das miedo hombre.

___: Bueno, suerte con encontrarte a Volkov, y gracias por traerme.

Horacio: No hay de qué. Nos vemos en el trabajo.

Gustabo: Venga, tira, tira pa'lante.

Ignorando a Gustabo, entré a mi departamento.
30 minutos después;

estaba saliendo de ducharme, cuando mi celular comenzó a vibrar.


("desconocido")

Inmediatamente pensé en mike o en alguno de mis compañeros que pudiese haber cambiado de número.
Atendí.

___: ¿Diga?

???: ¿Cómo sigue tu brazo?

___: ¿Conway?

Conway: Tu número estaba en la ficha de arresto. ¿Te duele aún?

___: ¿No?...no me duele. Pero, Superintendente, son las...2:00am.

Conway: Sí, ya lo sé. ¿Crees que no tengo un reloj?

___: Uy...disculpe usted.

Conway: ¿Entonces tu brazo está bien? ¿Segura? ¿No necesitas yeso?

___: Ah...Sr. se escucha ebrio... y estoy bien, de verdad.
No tenía porque llamarme.

Conway: No podía dormir. Estaba preocupado.

___: ¿Disculpe?

Conway: Estaba preocupado, por ti.

Durante un momento solo huvo silencio en la línea.

Conway: Bien, ya que estás bien, descansa.

___: Usted tam-

Ha cortado la llamada.

Enamorado de una criminal | Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora