Especiales.

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Después de decirle aquello, esa vinculación tan lógica, me respondió con una sonrisa gentil pero notaba algo de tristeza en sus ojos.

___¿Qué ocurre? -intenté animarle, la verdad es que no sabía por qué era buena con él, veía bondad en sus ojos, es lo único que saqué en claro-.

___Y-Yo...-tartamudeó-. Me alegro de que estés aquí. -Fingió una sonrisa de alegría, esta vez no era sincera, lo notaba-. ¿Has visto ésto? -sacó su artilujio que había guardado en el bolsillo de su pantalón tras quitarmelo de su chaqueta-.

Cambió de tema como si no quisiera que yo supiera la causa de tanta frustración.

___Es un destornillador sónico. -Me dijo algo enigmático, mostrándolo delante mia-. Observa.

De pronto me "escaneó" con esa cosa, de arriba a abajo y volvió a subirlo hasta la altura de mi pecho. Pulsó un botón y lo miró, como si estuviera leyendo algo.

___Constancias vitales, buenas, muy buenas para una chica de tu edad...¿Rachel?, Rachel Waslow.

Era mi nombre, ¿cómo lo supo con solo apuntarme con un aparato manual?

___Sí. Así me llamo. -Contesté simplemente, no se me ocurría nada, todo eso era algo muy chocante-.

___Rachel. Compañera. -Escondió de nuevo el llamado destornillador y extendió su mano para que le respondiera estrechándola-.

Me quedé atónita, no sabía lo que hacer, miraba su mano, si la estrechaba...¿tendría que viajar con él? Ni siquiera le conocía, no tenía nombre, Doctor, es lo único que sabía de él.

___L-Lo siento, n-no puedo aceptar. -Aparté la mirada, cabizbaja, le devolví su chaqueta y llegué hacia la puerta dispuesta a abrirla, y cuando lo hice...-. ¡Ah!

Solo un paso, di solo uno, y sentí como no habia nada bajo mis pies, sentía que iba a caer, estaba cayendo. Hasta que noté que me sujetaban la camisa, no con mucha fuerza, pero la suficiente para no soltarme y ver a mi alrededor. Abrí los ojos al sentir como si flotara, y así era, estaba levitando en medio del espacio. Podía ver planetas delante de mis ojos, estrellas que nunca había visto, destellos inexplicables. Giré mi cabeza fascinada y vi que el Doctor me sujetaba, para que no me desviase-.

___Aquí la gravedad nos ha favorecido, ¿no crees? -dijo sonriendo, seguro de sí mismo-.

Dios, era algo fascinante, era como un sueño hecho realidad, lo tenía todo delante mia. Es maravilloso.

Minutos después, el Doctor tiró con fuerza hasta llegar a mi brazo y llevarme dentro de la TARDIS, finalmente cerrando la puerta con un chasquido de dedos.

___Enseguida te llevo a casa. -Decía después de unos segundos mirándonos mutuamente-. Sin querer debí darle a una palanca. -Volvió a sus mandos-.

Un impulso me llevó hasta él, hasta ponerle mi mano encima de la suya, evitando que bajara la palanca que supuestamente me llevaría de vuelta a Londres. Él me miró incrédulo.

___No. -Le dije-. Quiero ver más. -Seguí, mis ojos rebozaban ilusión y curiosidad-. Me quedaré.

___¿Viajarás conmigo? -volvió a mirarme de manera triste, pero con una sonrisa en los labios-.

___Si antes me dices por qué esos ojos. -Pasé mis pulgares alrededor de sus ojeras-. Tu mirada y tu expresión no van compajinados.

___No quiero perder a nadie más. -Suspiró y se desplomó poco a poco hasta apoyar su espalda en la máquina, sentado en el suelo-.

Me agaché y me senté a su lado, dando un pequeño toque a su hombro.

___¿Eran personas importantes para ti? -no sabía de quiénes hablaba, pero aún preguntaba-.

___Especiales, muy especiales. -Me contestó firmemente, mirando al techo-.

___Si te sirve de algo, nadie me echará de menos ahí abajo. -Me referí a la Tierra, para que no se desmoronase-. No me queda familia, solo tios abuelos alejados de mi existencia.

Él me miró sorprendido, tragó saliva, podía notar la presión que tenía en ese momento tan incómodo. Pero de repente se le iluminaron los ojos, como si encontrase fuerzas para sí mismo.

___Por eso. -Dijo sin apartar la vista de mi-. Por esa razón es por la que estás aquí.

¿Se refiería por el hecho de que fuera huérfana? Eso creía.

___Viajaré contigo. -Le contesté-. Así nos haremos compañia, ¿no? -Sonreí-. Pero con una condición...

Frunció el ceño, algo extrañado.

___...¿Por qué oía como si tu corazón fuera el doble que uno normal? -Levante una de las comisuras de mis labios, intentaba animarle un poco-.

Soltó una carcajada, lo había conseguido, hasta que me miró de nuevo y me respondió.

___En verdad tengo dos corazones.

Me quedé riendo, hasta que reaccioné.

___¿¡Dos corazones!?

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