Se levantó como un resorte de la alegría, volvió a la máquina principal y bajó exactamente dos palancas. Yo me quedé boquiabierta todavía en el suelo, hasta que vi una mano asomando por encima de mis hombros. La cogí tomando apoyo y conseguí levantarme.
_¿D-Dos corazones? -seguí absorta, mirando a un punto fijo-.
_Sí, bueno. -Se quedó unos segundos callado-. No entiendo como podéis vivir con solo uno. -Dijo como si nada, dirigiendo la mirada a los controles-.
_¿Algo más que deba saber?
_Que debas saber, no. Que Quieras saber, puede. -Soltó una pequeña sonrisa que crecía en su comisura derecha mirándome de reojo-.
_La edad. -Dije sin pensar, en verdad quería saberlo-. E-Es solo un ejemplo...-intenté arreglar mi respuesta inesperada-.
_Mmm...perdí la cuenta. -Se reincorpora estirando ligeramente su espalda-. 2135 años.
Me quedé en shock.
_No, espera...-prosiguió-. ¿2133?...
Seguí mirando sus ojos sin gesticular, no podía creer nada. ¡Se le veía tan joven! ¿2000 años? No puede ser.
_Te ponía 27...-dije rompiendo el hielo, o eso creía-. Me he quedado lejos...
Soltó una pequeña carcajada, me miró con sus ojos marrones brillantes y presionó sus labios.
_Sí, eso me dicen...más o menos. -Seguía mirando la luz que iluminaba toda la sala-. Es solo una cuestión de tiempo, como todo lo que me rodea,...el tiempo.
De repente hubo un silencio absoluto, hasta que me dispuse a decir algo y me interrumpió un golpe seco que provenía de la TARDIS.
_Me tambaleé-. ¿Qué ha pasado?
_¡Hemos llegado! -desactivó algunos botones y cables, y se dirigió a la puerta-. Bienvenida a Ranmi.
Me dirigí a la puerta, dando pasos lentos y siempre con la mirada fijada al exterior. Al llegar me apoyé en el marco contrario de la puerta en el que estaba él y miré alrededor.
_¿Ranmi? -Pude ver piedras color esmeralda incrustadas en las paredes de piedra que cubría todo el paisaje; personas...o seres, caminando tranquilamente con cestas hablando entre sí, toda eran distintas y algunas iguales.
_Sí, un planeta neutro. Como un mercadillo. -Se quedó observando por unos momentos-. ¿Es así como los llamáis?
_Creo que sí...-si se refería a las tiendas, tenia razón. No podía aguantar más y tuve que salir de la TARDIS y adentrarme en aquel mundo inexplicable-.
Pocos segundos después de pisar el pie fuera de la máquina, el Doctor me cogió firmemente del brazo. Pude girarme rápidamente y ver su cara, pálida y muy expresiva, concentrado en algo.
_Están aquí. -Un sonido ensordecedor provenía de la TARDIS al nombrar esas palabras-.
_¿Quiénes? -pregunté intrigada, incluso diría que asustada-.
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(Llego a este punto de la historia para preguntar si sigo con ella, ¿les interesa?)
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Who are you?
Fiksi Penggemar» ¿Os he hablado alguna vez de él? Juraría que sí, pero la verdad es que dudo de mí misma a estas alturas. La cabeza me da vueltas y vueltas, a veces salen de mis ojos destellos de color azul, incluso podría distinguir cada estrella en el firmamento...