INOCENTE «HIATUS»

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1

.—Muy bien señorita Minatozaki, dígame ¿donde esta la señorita Park Jihyo? — pregunto por enésima vez el policía.

.—Ya le dije que yo no se donde está Jihyo — respondió ella por enésima vez — yo no tuve nada que ver con su desaparición

El policía soltó un gran suspiro, esto estaba tomando mucho tiempo.

Apoyo sus codos sobre la mesa y se acercó un poco más a la japonesa.

.—Vamos, dime la verdad — susurro — creme que haré todo lo posible por que reduzcan la sentencia que te vayan a dar — le guiño un ojo.

.—Ya le dije que yo soy inocente y no se donde esta Jihyo.

Un foco que estaba pegado en la pared se prendió. El tiempo se había acabado.

.—Esta bien. Estarás tras las rejas hasta que no nos digas donde esta Park Jihyo.

La puerta se abrió, entraron dos policías y la levantaron de la silla.

Aunque ella se negara, se la llevaron así a su celda.

Abrieron la puerta y la arrojaron para después cerrar la puerta.

Rápidamente Sana se levantó del suelo y fue hasta las rejas.

.—¡Yo soy inocente! — gritó pero nadie le hizo caso.

Paso media hora y Sana seguía de pie, diciendo que era inocente.

Se cansó y se sentó en un rincón del lugar.

Abrazo sus rodillas, ocultando su cara entre estas mientras sollozaba.

.—Y-yo no hice na-nada malo~ — susurraba.

No supo cuantos horas paso así porque se quedo dormida.

Hasta que escuchó que la llamaron.

.—Minatozaki — un policía abrió la puerta y asustó a la japonesa.

.—¿Sí? — pregunto asustada

.—Eres libre bajo fianza — se hizo a un lado para que pasará esta.

Rápidamente se levantó del suelo, salió de su celda.

.—Por aquí — el policía encargado de ella, la llevo a la salida.

Cuando estaba por salir, pero el policía que le pregunto sobre Jihyo en aquella habitación cerrada se puso delante de ella.

.—Te estaré vigilando niñita — le susurro — por el momento eres una sospechosa, puede que estes diciendo la verdad o no, pero hasta que no aparezca Park Jihyo — la señala — tú eres la única sospecha.

Sin más se hizo a un lado y se fue. Sana no lo perdió de vista.

Algo en ese policía no le agradaba mucho.

Cuando salió del lugar, lo primero que vio fue un auto y lo reconoció al instante.

.—¡Sana-chan! — gritó una chica con pelo rubio, salió del auto y corrio hasta ella.

.—¡Minari! — ambas se abrazaron

.— ¿Estás bien? ¿no te hicieron daño? — pregunto mientras la revisaba de pies a la cabeza.

.—Estoy bien Mina — la sujeto por los hombros — sólo estoy algo cansada

.—Vamos a casa — la tomo de la mano para caminar hacia el auto — me alegra que te dejarán libre

.—Sí lo se ー de repente algo hizo click — salí bajo fianza eso significa que...— detuvo su paso y la japonesa menor la miro

.—¿Qué?

.—Mis padres saben que estuve en la cárcel — dijo asustada — me van a matar — se comenzó a alterar

.—Oye~ tranquila

.—¡¿Cómo voy a estar tranquila?! — elevo un poco su voz — mis padres saben lo que paso. Se suponía que no y haría ninguna estupidez mientras ellos están de viaje. Estoy frita~

.—Jajajajaja — comenzó a reír y Sana la miro

.—¿Que es tan gracioso? — preguntó con lágrimas en los ojos y Mina comenzó a reír más — te estas pasando. Mira que ya casi estoy tres metros bajo tierra y tu muy feliz de la vida — se cruzó de brazos.

.—Descuida ellos no te mataron por el momento — aseguró

.—¿Como sabes eso?

.—Nosotras fuimos quienes te sacamos de la cárcel

.—¿Nosotras? — estaba confundida

.—Sí, nosotras — sonrió

.—Tú y ¿quien más?

Antes de que respondiera la puerta del auto se abrió y salió alguien.

.—No me digas que es....— reconoció esa ropa, era un poco más grande que la persona que la usaba.

.—Sip~

Camino hasta ellas y se puso delante de ambas.

.—Hola~ — la saludo levantando su mano.