La ambulancia llegó y se llevó el cuerpo de Naomi
El chico que todavía se mantenía a mi lado me ayudó a levantarme del piso. Empecé a caminar hacia la salida guiada por él.
Cuando salimos hacia la peatonal, Alma vino apresurada hacia nosotros con el coche y Xiomara.
Ella me hablaba, pero no entendía lo que me decía, no podía escuchar nada. Veía todo borroso y no podía distinguir bien su rostro.
Me tambalee y si no fuera por el chico que me agarró a tiempo, hubiera terminado en el piso.
—¡Alisse! —pude escucharla.
—Naomi —susurré.
—¿Qué pasó? ¿Dónde está Naomi?
—No está.
Sentí mis ojos llenarse de lágrimas y un nudo en mi garganta que no me dejaba hablar.
—¿Cómo que no está? ¿Salió? ¿A dónde se fue? ¿Por qué estás llena de sangre?
Alma seguí haciendo preguntas, las cuales no quería responder. Temía que si lo decía en voz alta se volvería real.
—Alisse —me volvió a llamar—. ¿Dónde está Naomi?
Me aferré más fuerte al brazo del chico. No me había dado cuenta de que todavía me seguía sosteniendo, hasta que escuché un quejido de su parte ya que le estaba clavando las uñas.
—¡Alisse! —gritó Alma.
—¡Está muerta! —grité yo de vuelta.
Alma retrocedió un paso y me miró con una expresión de horror.
Mis lágrimas fluyeron sin control al caer en cuenta de que mi mejor amiga ya no estaba, que ya no la volvería a ver, no la escucharía reír, de que no estaría presenta cuando su hija diera sus primeros pasos, fuera a la escuela, se graduara y demás.
Miré a Xiomara que estaba en el coche, estaba un poco inquieta y parecía asustada, seguramente por todo el alboroto que había alrededor.
—N-no puede ser.
Miré a Alma, ésta se tapó la boca con las dos manos, esa expresión de horror no se le iba de la cara.
—Alisse, no juegues con esas cosas.
Clavó sus ojos en los míos, los suyos empezaron a llenarse de lágrimas.
—Por favor, dime que no es verdad —me suplicó en un susurro.
—Lo siento —dije bajando la mirada—. Yo... Yo no pude hacer nada. Se murió en mis brazos.
Alma se abrazó a sí misma mientras lloraba. Se alejó del coche y vino a abrazarme, provocando que llorara con más ganas.
Nos separamos cuando escuchamos el llanto de Xiomara y me acerqué hasta el coche para alzarla y tranquilizarla, pero no dejaba de llorar y su llanto se volvía más intenso con cada segundo.
Parecía que ella sabía que no volvería a ver a su madre, que ya no la volvería a tener entre sus brazos y llorara su pérdida.
—Disculpen, tenemos que tomar sus declaraciones.
Una policía se nos acercó cuando pude tranquilizar a Xiomara.
—Sí, está bien —dijo el chico.
—Claro —contesté sin ganas.
Le pasé a la bebé a Alma y me acerqué hasta donde estaban los dos.
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Little Love ©
Romance¿Alguna vez escucharon hablar sobre "el amor de tu vida"? Esa persona por el cual sientes un amor profundo, verdadero e inefable. Con la cual deseas pasar todo el tiempo posible juntos, hacerla feliz y vivir muchas cosas a su lado. Pero hay quienes...