2020.- «Día 1»

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Tema: Crime AU

Advertencia: Posible OoC.

Aclaración: Cuando algo está escrito en negrita y cursiva es un flashback, recuerdo de un personaje o un sueño.

Contenido adulto: [×]

Canción: Partners in crime – Set it off

Resumen: «Los crímenes son actos prohibidos, pero para Shōyo eran la única manera en la que podía llegar a sobrevivir.»

You'll never take us aliveWe swore that death will do us partThey'll call our crimes a work of art

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You'll never take us alive
We swore that death will do us part
They'll call our crimes a work of art

—Hey, Shō, ¿qué escuchas?

—Una canción que nos representa, Tsumu.

—¿Hm?

—Déjalo, es algo sin importancia.

Hinata paró la canción que había puesto en su teléfono móvil, quitándose los audífonos para prestarle toda su atención a su pareja.

Aquella noche cometerían un último crímen tras cinco años en los que cometieron algunos simples, tales como robos, e incluso algunos más graves como lo son los asesinatos a sangre fría.

Nadie conocía sus rostros como criminales, así que los policías no podían siquiera imaginar que los ladrones que tantos problemas les habían causado eran dos personas de 21 y 22 años respectivamente.

Y Shōyo recuerda perfectamente el día que conoció a Atsumu, seis años atrás.

Corría a toda velocidad, esquivando a todas las personas que se le ponían por delante. En sus brazos llevaba una bolsa llena de comida que acababa de robarle a uno de los compradores del mercado. Detrás de él, el señor al que le había robado lo perseguía furioso, pero no tenía nada que hacer contra la velocidad y agilidad del pelirrojo.

Se metió entre las callejuelas que tan bien se conocía, llegando hasta un lugar en el que habían varios contenedores de basura. Bajó la tapa de uno, se subió sobre el mismo y saltó, alcanzando el techo de la casa más cercana y empezando a correr por los tejados.

Siguió corriendo durante diez minutos hasta alcanzar su objetivo, bajando ágilmente hasta volver al suelo, en un oscuro callejón sin salida.

Miró a todas partes para asegurar que nadie estuviera cerca, sacando la tapa del alcantarillado y bajando por las escaleras, volviendo a colocar la tapa con cuidado en su lugar.

Cuando llegó abajo del todo, fue recibido por cinco niños pequeños, que estaban más que felices de volver a verlo.

Los niños de entre ocho y diez años habían encontrado en Hinata la figura de un hermano mayor, después de todo el chico de tan solo 15 años los había acogido a todos y cada uno de ellos cuando los encontró en las sucias calles de aquel barrio nipón.

Atsuhina weekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora