T R E S

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— Con un demonio Sasuke, ¿Qué se supone que haremos? Tal parece que todo tipo de inconveniente en nuestra vida pasada ya lo arregló Hagoromo-sama, y también parece que solo Sakura, Hinata y los niños recuerdan lo que pasó.

— ¿Qué sugieres hacer?.

— Ésto no es tan simple como devastar la nación del Rayo, o como invocar meteoritos, ésto es un lío familiar Uchiha, hay que pensar muy bien las jugadas con nuestros hijos.

— No me hables así, Usuratonkachi.

— ¡Sasuke!

— ¡Naruto!

— Ya, cállate, yo sugiero tomarnos el tiempo de buscar un hogar, para un refugio en lo que arreglamos las cosas, yo no pienso regresar con Hinata, pero aún puedes arreglar tu lío con Sakura.

— Hablaré con Sarada en la mañana, pero respecto a Sakura no pretendo dirigirle la palabra, no puedo creer que te haya hecho eso, y no olvidemos que igual que Sarada, casi mojó sus pantalones al vernos, es igual de inútil y miedosa que hace veinte años, pero ahora sabe curar raspones.

— A mi lo mismo me ocurrió con Hinata, ella parecía seguir loca hasta que le dije que Boruto y Himawari estaban bien, les dije que saldría, pero ellos también están molestos con Hinata por alguna razón.

— ¡Pero claro! ¿¡Y si hablamos con los tres tú y yo juntos!?

— ¿Traerlos a mi oficina?

— Evitará mayores altercados, será como conocerlos de nuevo.

— Sasuke, no han pasado ni dos días desde que atravesé su corazón con un rasengan de fuego -Se quejaba frotándose las cienes.-

— Está bien, pero debes tener en cuenta de que quizá el Jogan de Boruto y el Sharingan de Sarada quizás ya estén despiertos, y puede que Himawari recuerde el modo sabio de los sapos.

— Eso me hace preguntarme, ¿Cómo lo aprendió? Si se supone que el octavo Hokage, el mocoso Sarutobi tenía el pergamino y murió.

— No lo sé Sasuke, supongo que Tsunade se lo dio a Hinata por respeto a Jiraiya o algo así, Acabo de matar a mis hijos, no me hagas pensar, ¿Quieres? Ten un poco de consideración.

— No te hagas la víctima, mejor ve a dormir, yo limpiaremos éste chiquero, te quiero despierto mañana a las seis de la mañana.

— ¿Para qué?.

— No viviremos en ésta oficina, ¿O sí?

— ¿A dónde vamos?

— A limpiar mi casa en el barrio Uchiha, tú no esperabas en serio que durmieramos aquí toda la vida, ¿No?.

— La verdad me importa más el cómo voy a arreglar las cosas con mis hijos, no podré permanecer toda la vida así con ellos para cuando llegue Kawaki hasta dentro de algunos años.

— ¿Hablas del niño que encontramos en las afueras de los escondites de Orochimaru? Pensé que lo habías matado.

— Le advertí que no le pusiera un dedo encima a Konoha, por puro gusto de destruirla yo mismo, y resultó, digo, no apareció en todos nuestros años como mercenarios.

Vamos a visitar a Orochimaru luego de limpiar mi casa, ¿De acuerdo?.

— De hecho no estoy de acuerdo —De manera instantánea, Naruto adquirió un pigmento naranja al rededor de sus ojos, su iris se tornó amarillo y a su vez su pupila se volvió horizontal, calló unos segundos— Lo encontré, dentro del barrio Uchiha —Sentenció finalmente.—

— Ah, sí, ¿Por qué es que le permitimos estar en Konoha?.

— Porque ayudó en la guerra con los Edo-tensei de los antiguos Ho... —Naruto calló un segundo para luego ensanchar los ojos— ¡Eso es! ¡Ya lo sé! ¡Papá y los viejos Senju! —Se apresuró a encender su Rinnegan mientras cercenaba parte de su brazo, mismo que se regeneró al acto, y dejándolo en el centro de la habitación, forzó sus ojos anillados y cuando comenzaron a brillar, se fue formando un cuerpo más grande, de armadura rojo y cabello castaño, el cuerpo inerte de Hashirama Senju.—

— ¡¿Qué mierda haces?!

— Necesito, necesitamos aliados, Sasuke, no se me ocurre más que traer a las personas más sabias que haya visto Konoha.

— ¡¿Entonces qué está haciendo Hashirama Senju en el suelo?!

— ¡Oye, respeta! Es el primer Hokage.

— Ay cállate, ven aquí .

Ambos recrearon el sello del carnero con una mano cada uno, sus ojos anillados brillaron y la parca, el mismo Shinigami se plantó frente a ellos.

— Naruto Uzumaki, Sasuke Uchiha, ¿A qué debo tan desagradable infortunio? 

— Quiero el alma de Minato Namikaze, Fugaku Uchiha, Tobirama Senju y Hashirama Senju a cambio de tu libertad.

— Mi libertad, dices, ¿Quién te ha dicho que estoy encerrado?

— Estás anclado al Rinnegan, directamente anclado a nosotros por ser los últimos descendientes de los hijos de Hagoromo Otsutsuki, y el último hombre capaz de invocarte manualmente morirá hoy a cargo de mi espada, tu anclaje a éste mundo depende de nosotros, si me das lo que te pido no verás el mundo humano en mucho tiempo si no es que por siempre  —El dios demonio pareció meditar la oferta del rubio, titubeó, observó la determinación de ambos pares de ojos morados y finalmente cedió, al fin y al cabo también lo beneficiaría en buena parte.—

— Bien, bien, ustedes ganan, tenemos un trato, yo no quiero saber de su repulsiva especie en muchos años.

— Quiero sus almas —Acto seguido, tomó tres pergaminos y se los extendió al Shinigami, él, escupió de su boca cuatro grumos luminosos de neblina que volaron hasta un pergamino cada uno, quedando impreso en él el nombre del respectivo guerrero caído, la última, voló hasta Minato y entró en su cuerpo.—

— Espero no volver a saber de ustedes —Luego se retiró desvaneciéndose y ambos ninjas se miraron decididos, asintieron y con tres clones de sombra teniendo como misión hallar los restos de cada ninja, restaurar su cuerpo con el Rinnegan y dejar su alma dentro, ellos fueron a cazar a Orochimaru junto al clon que le correspondía el cuerpo de Fugaku Uchiha.—

— Vamos al norte, el cementerio Uchiha está hacia el éste, él se oculta en  la sala de reuniones que ocupaba tu padre —Corrieron sin detenerse, haciendo el camino firmemente corto.—

— ¿Cómo sabes eso? 

— Itachi me contó un par de cosas.

— Hijo de puta —Susurró en la entrada del despacho mientras pateaba la puerta irritado.—

— ¡Oh! ¡Pero qué tan agradable sorpresa, Naruto, Sasuke, por favor vengan! —Decía malicioso con varios ojos Sharingan sueltos en la gran mesa de reuniones frente a ellos.— Siéntanse como en casa. 

— Orochimaru de los Sannin, por manipular el poderoso Dojutsu herencia del casi extinto clan Uchiha sin supervisión ni permiso de algún ente superior —tanto los ojos de Naruto como los de Sasuke viraron en rojo y morado, mientras que por parte de Naruto su cuerpo brilló amarillo, el de Sasuke en el respectivo color de su Susano— Yo, Naruto Uzumaki, séptimo Hokage de la aldea de la hoja, te acuso de alta traición y te condeno a muerte. 



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⏰ Última actualización: Mar 23, 2021 ⏰

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Traición | NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora